Mucha tinta, historias, diseños y colores han pasado por las manos de Katty Barahona desde que, con solo 14 años, se tatuó ella misma una flor oriental y dio cuenta de lo que sería su gran pasión. Hoy, con 34 años, doce de ellos de experiencia profesional en el rubro y un estudio propio –‘Sorry Mom’-, es considerada una de las pioneras y máximas referentes del tatuaje chileno, exponiendo su arte por todos los rincones del país hasta llegar a Australia, lugar en el que se asentó durante tres meses para trabajar.
Famosa por sus característicos diseños de rostros femeninos, Barahona se refiere al tatuaje como “mucho más que dibujar sobre la piel”, sino que cada vez más “es parte de nuestra esencia, una forma de expresarse y muchas veces de sanarse”.
La Máquina conversó con la tatuadora, quien se refirió a sus difíciles comienzos en un mundo en que mayoritariamente ejercían hombres, su figura como referente femenino que ha llevado a muchas más mujeres a incursionar en este mundo, al rol del tatuaje dentro de nuestra sociedad y los problemas que ha debido enfrentar producto de la pandemia por Covid-19.
N.E.: Esta entrevista a Katty Barahona se realizó de manera remota, debido a las precauciones dictadas para evitar la propagación del coronavirus covid-19.
¿A qué edad y cómo empezaste en el mundo del tatuaje?
Desde muy niña me interesaron las artes y manualidades, por ende dibujaba mucho. La primera vez que agarré una máquina fue a los 14 años y me tatué una flor oriental e inmediatamente me di cuenta de que eso era para mí. Al mismo tiempo le tomé el peso y la responsabilidad que conlleva, porque me di cuenta de que tatuar era algo mucho más complejo que solo dibujar sobre la piel, era también un desafío súper grande para mí y tenía mucho que aprender. La experiencia y aprendizaje la obtuve visitando y preguntando en distintos estudios de Santiago Centro y Providencia…y obvio, practicando.
¿Cómo era el ambiente cuando comenzaste?, ¿habían mujeres?, ¿consideras que había machismo y discriminación hacia ellas?
Al principio sí lo era. Eran muy pocas las mujeres que se dedicaban a tatuar y trabajar en un ambiente solo con hombres era incómodo para muchas. Afortunadamente, jamás me tocó vivir malas experiencias en el rubro. Hoy en día eso ha cambiado y existen muchas más mujeres tatuadoras. Hasta existen estudios manejados solo por mujeres y eso es genial, porque para algunos clientes es más cómodo trabajar con nosotras debido a malas experiencias de acoso y abuso por parte de hombres.
¿Qué significa para Katty Barahona sus propios tatuajes?
Tengo un par de favoritos, pero como me los hice hace mucho tiempo, me gustaría arreglarlos, soy muy exigente (ríe). Va a sonar chistoso, pero yo me tatúo súper poco, más que nada porque se me olvida, pero las ganas siempre están. A veces me gustaría tener un poco más de tiempo para mí.
¿Cuál es tu especialidad y cómo crees que la moda del tatuaje ha ido evolucionando a través de los años?, ¿por qué crees que se da dicha masividad?
Hago de todo, pero en lo personal me gustan mucho los rostros femeninos y trato de hacerlos en diferentes técnicas. Aún me siento una aprendiz en este arte, por eso me cuesta definir un estilo concreto, porque trabajo con muchos y eso me ha permitido fusionar técnicas y construir cosas muy entretenidas.
Pese a que considero que en estos tiempos sí lo son, no me gusta ver a los tatuajes como una moda. Los veo más como una expresión cultural, porque a la gente le gusta expresarse y plasmar vivencias, experiencias y sentimientos y conmemorarlos a través de un tatuaje. Por eso creo que en general son más que una moda.
Existen múltiples críticas sobre la informalidad de los tatuajes a la hora de, por
ejemplo, buscar trabajo. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Siento que antes costaba más porque estaban muy mal catalogados. La cultura del tatuaje es muy nueva en Chile y pegó tan fuerte gracias a los ‘reality shows’ extranjeros, lo que hizo que evolucionaran de sobremanera.
Al principio tener el cuerpo lleno de tatuajes estaba mal visto y soy testigo de que se discriminaba a la hora de buscar trabajo. Ahora hay empresas que los piden como requisitos para, por ejemplo, dentro de las publicidades, agregar un valor adicional en cuanto a estilo propio y eso cada vez se va normalizando. Tu apariencia no refleja ni determina tus capacidades y aptitudes.
Diversos estudios han evidenciado que muchos componentes esenciales para los tatuajes son nocivos para la salud. ¿Qué opinas al respecto?, ¿afecta el número de clientes?, ¿son los tatuajes peligrosos para la salud?
Hay que entender que cualquier modificación corporal de este calibre siempre tiene riesgos. Pero, como en todo rubro, el resultado final y las condiciones dependen de la calidad de los materiales con los que se trabaja. Los que nos dedicamos profesionalmente a esto tratamos de estar al tanto y educarnos con todo lo que tenga que ver con la salud del cliente, por ende se ocupan materiales e insumos de la mejor calidad con todos sus certificados correspondientes. Yo en lo personal trato de que sea así siempre y ocupo marcas reconocidas a nivel mundial.
Un mal cuidado y la poca información puede derivar en tatuajes infectados, lo que en mi experiencia no significa algo grave a largo plazo y es sumamente tratable.
¿Cómo ha sido y qué significan para ti salir a mostrar tu arte al extranjero?, ¿cómo evaluarías todos estos años en el rubro y qué es lo que más destacas?
Una de las cosas que más me ha marcado y ayudado ha sido poder salir a mostrar mi trabajo al extranjero, sobre todo con la valoración que tengo como artista. El rubro del tatuaje en Chile aún es poco valorado en comparación con otros países. Una de las más lindas experiencias la tuve en Australia, lugar donde viví y pude desarrollar mi trabajo por tres meses. Cuando se pueda espero volver a viajar pronto.
¿Te sientes una referente del tatuaje a nivel nacional?, ¿crees que cumples un rol importante en la masificación de tatuadoras mujeres?
No sé si me considero una referente, pero sí he tratado de aportar lo más que he podido. Si es que puedo cooperar, lo hago. Diariamente recibo demasiada buena onda de la gente, colegas y aprendices.
Creo que mi rol es importante para las mujeres, ya que soy un ejemplo del concepto ‘mamá luchona’ y trato de esforzarme al máximo con todo lo que cuesta ser madre, artista y trabajadora independiente. Me gusta enseñar con mi vida y demostrar que los sueños se pueden seguir, y si eso sirve de motivación para las chicas que aún están indecisas, más feliz me pone. No puedo estar más agradecida con mi vida y todo lo que me ha brindado.
¿Cómo ha afectado la pandemia del Covid-19 a la industria y personalmente?, ¿qué tipo de dificultades has debido enfrentar?
Como la gran mayoría de los tatuadores somos independientes y vivimos el día a día de esto, nos hemos visto muy afectados. Con mucho dolor he visto a colegas tener apuros económicos. En mi caso estaba armando recién un proyecto de estudio que tuve que cerrar por la incertidumbre de no saber si se podrá trabajar. Algunos optamos por soltar las máquinas durante la cuarentena como medida de precaución. Lo principal es la salud de nuestros clientes y de nuestras familias, obviamente.
A día de hoy y en tu opinión, ¿consideras que el tatuaje sigue siendo un tema ‘tabú’ en nuestra sociedad?, ¿por qué?
Creo que no es un tema tabú, para nada. Incluso, a la gente más antigua les causa intriga y curiosidad, sobre todo el tema del dolor. Cada vez más el tatuaje se hace parte de nuestra esencia, una forma de expresarse y muchas veces de sanarse.
