Los “Super Papás” abundan en todos lados. Padres dedicados que dan su vida por sus hijos, trabajan hasta el cansancio para darles lo que ellos nunca tuvieron, apoyan y comprenden las decisiones de sus retoños en todo momento. Pero también cometen errores como cualquier ser humano y eso, muchas veces, no se ve reflejado en lo que nos ofrecen en la pantalla. Padres modelos que en la realidad podrían no serlo tanto.
Por ello es que en el Día del padre, en La Máquina seleccionamos algunos casos de padres que, de alguna u otra manera, marcaron parte de la historia del cine y que pueden ser juzgados desde distintas veredas.
Vito Corleone: El patriarca por excelencia
Si hablamos de patriarcas en el cine, el primero que se nos viene a la cabeza es el poderoso Vito Corleone, interpretado magistralmente por Marlon Brando y luego vemos su versión joven con Robert De Niro. Al principio vemos a un padre que profesa un amor desenfrenado por su núcleo familiar, adoptó un niño para darle un hogar, siempre protector y al corriente de todo lo que sucede con su gente. Casi ninguno trabaja fuera de los negocios familiares (Michael era militar, pero luego se convierte en Don) y sus nietos son lo más importante que tiene en su vida (hay algunas escenas donde podemos ver el profundo amor que los niños le tienen a su abuelo). Sin embargo, detrás de eso algo se esconde.
Machista, controlador, obsesivo y autoritario también son calificativos que descansan en su rol de padre. Connie Corleone, su única hija, a quien le profesaba amor, pero jamás al nivel de sus otros tres hijos (porque sí, el padre hacía diferencias y tenía un favorito). Este papá “chapado a la antigua” tenía a Michael como su hijo más adorado y las diferencias eran notorias por cómo se dirigía a él y cómo hablaba con Sonny… Y sobre todo con Fredo.
Ningún hijo debe hacer nada de forma independiente sin antes preguntar (lo siento niños… Si eres hijo de Corleone, tu futuro ya está fabricado por tu padre) y todo debe pasar por la autorización de tu controlador papá. Y sin saberlo, arrastró a la muerte a uno de sus propios hijos (al meterlos a todos en el mafioso negocio, debiste haber sabido que eso pasaría), mas si hubiera dejado que todos tomaran su decisión, quizás no hubiera puesto en peligro lo que (según él) más amaba: Su familia.
Bryan Mills: El “Súper Papá”
En el 2008 se estrena “Búsqueda Implacable”, película protagonizada por Liam Neeson que nos muestra la increíble odisea que puede llegar hacer un padre para traer con vida a su hija secuestrada. Al enterarse, este papá es capaz de incendiar Londres entero por su única hija y al final, y contra todo pronóstico, lo consigue y salva a su retoña. Un héroe sin capa por donde se le mire.
Al pertenecer al género de acción, esta figura paterna se nos aleja completamente de la realidad. Este progenitor posee “una serie de habilidades especiales” que lo hacen un peligro para cualquier humano en la Tierra y por sí mismo puede acabar con cualquiera que se le cruce sin ningún tipo de ayuda. Por su hija comete una matanza del clan de proxenetas y luego desencadena una venganza que dieron paso a una trilogía. Podemos deducir que, desde la segunda película, la presencia de nuestro “héroe” y lo que hizo por salvar a su hija, la ponen en un nuevo peligro.
Punto aparte es la relación con su hija. Este hombre no quiere que su retoña crezca y al parecer cuando dicen “que siempre la verán como su niñita” en este caso es bastante literal. Vemos que no ha estado en contacto con su hija, porque no sabe que la “Máquina de Karaoke” le gustaba cuando tenía 13…. Y ahora cumple 17 y no tiene idea de los gustos de la muchacha… ¿Padre ausente?
Esta teoría se sostiene con que este hombre era un adicto al trabajo que perdió su matrimonio y ahora casi pierde a su hija. Y como buena película de acción, tuvo que pasar este hecho trágico y salir vencedor para que su hija mostrara una eterna gratitud y su relación se compusiera. O sea… si no hubiera pasado esto, ¿no habrías hecho nada por acercarte más a tu hija? Entonces, eres como el cuidadano promedio que tiene pasar por las peores cosas para cambiar. Sería mejor que tuvieras “habilidades emocionales” y no tantas “habilidades especiales”.
Forrest Gump: Te deseamos suerte, querido Forrest
¿Hay un personaje más querible que Forrest Gump? Tom Hanks nos mostró cómo amar a un personaje que no tiene nada de maldad en su interior, sigue lo que le dicta su corazón y siempre dedicado a sus amigos. Eterno enamorado de Jenny y devoto de su madre, Forrest es amado por todos y odiado por nadie, no le pueden cuestionar sus hechos porque todo lo que hace es bueno y todos los que están afuera de ese círculo merecen la crítica por hacerle daño a nuestro inocente Gump.
Pero tu idealización es innegable. Debido al cliché y a la creencia popular, él es una potente víctima en todo momento y la inocencia y dulzura que presenta es propio de él. Cuando Forrest se entera que es padre, se asusta al creer que el niño “no será inteligente” porque es hijo de él. Pero después de sólo DOS SEGUNDOS se acerca y cree que es la cosa más hermosa que ha visto (y ni siquiera ha entablado una conversación con el niño… Digo… Para conocerse…).
Aunque solo especulamos sobre su rol de padre, al final de la película se ve como un papá amable, generoso, amoroso y le enseña cosas que hizo antes. De una manera sorpresiva, el niño es idéntico a él (¿recuerdan la escena donde están pescando, verdad? Tiene la misma posición corporal) y asumimos automáticamente que Forrest Gump se convertirá en el ejemplo a seguir para todo padre soltero.
Aunque la película es una apología a la idealización del “personaje bueno”, como espectadores le deseamos la mejor de las suertes y no asumiendo que tiene un gran desafío por delante: La crianza de un niño completamente solo. Todos vimos como Forrest era discriminado por su condición y sabemos que como padre tendra una tarea titanica pero cómo el es perfecto podrá sortearlo. Pero ¡cuidado gente!, Forrest Gump es uno de los arquetipos más notorios del cine… Y al no ser una imagen realista, Forrest Gump se nos cae del cuadro.
La vida es bella y llena de mentiras
Roberto Benigni nos regaló uno de los personajes más queridos del último tiempo. “La vida es bella” nos relata la conmovedora historia de una familia italo-judia en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Guido Orefice es el hombre que ama a su “Princesa” y a su pequeño hijo. Luego llegan los alemanes y el padre, decidido a que su niño no se diera cuenta de nada, le inventa una fantasía que el niño cree ciegamente e incluso llega a pensar que “ganó el juego” por ver venir el tanque del que tanto le habló su papá.
Una mentira tras otra. Eso es, en teoría, la relación que tiene este padre con su hijo. Pero es un tema de debate, ya que los espectadores justifican su red de mentiras y fantasías para esconder la horrible realidad y así le demuestra el profundo amor que le tiene, mientras que otros piensan que la película promueve en la mentira una excusa perfecta para escapar de la realidad y hacer vivir a su propio hijo en un mundo paralelo.
El niño (en su inocencia) cree firmemente en todo lo que le dice, poco y nada sabe que su padre está muerto y cree que ganó un juego… Que de juego poco tiene. Se agradece la protección de la inocencia de su hijo, pero algunos creemos que la verdad, aunque duela, debe ir por delante.
Buscando a Nemo: Otro secuestro provoca la reconciliación
Pixar nos ha regalado entrañables cintas y “Buscando a Nemo” cae en esa categoría. La trama es conocida, pero ahora en formato animado, por ende es familiar: Secuestro de un hijo y el padre (soltero porque su esposa fue asesinada) va a buscarlo y sortea todas los obstáculos para que, en el final, lo rescate y pueda vivir feliz con él.
Pixar siempre plantea temas complejos y bastante trágicos para los niños, pero de alguna u otra forma, el resultado siempre es el mismo. Todo termina bien, mucha felicidad y nuestro héroe es reconocido. Pero si empezamos a recordar, Marlin es un padre con estrés postraumatico, debido a lo vivido con su familia, siempre de mal humor y su paciencia se acaba al más mínimo intento. No le gusta pedir ayuda para la búsqueda de su hijo e incluso su terquedad lo pone en peligro más de una vez (pero esto se justifica por su horrible pasado…).
Punto aparte es la relación que vemos con Nemo, el único hijo que sobrevivió a la tragedia. Controlador, invasivo y sobreprotector, este padre no deja que su pequeño hijo sea como cualquier otro niño: Le coarta su curiosidad, no quiere que asista a la escuela y también persigue a su hijo al colegio (acto que sólo responde al trauma que vivió).
En una discusión que genera que su propio hijo le diga “te odio”, el padre le dice que prácticamente es un incapaz y que para todo necesitará la ayuda de su papá. Aunque él asume su culpa, nuevamente la película nos muestra que debe pasar un suceso traumático para arreglar los problemas familiares y jamás se plantea (aunque sea una película animada) que los problemas emocionales no tratados de la figura paterna son las reales razones del distanciamiento familiar.
Kramer Vs. Kramer: La familia en jaque
Dustin Hoffman nos mostró lo fácil que es ponernos del lado del padre. Abandonado por su esposa, repentinamente se convierte en padre soltero, teniendo que llevar la carga completa de la familia y compatibilizarla con su trabajo para que luego la madre vuelva y se intente llevar al pequeño.
Al parecer se nos olvida cómo era Ted Kramer antes del abandono de su esposa. Un hombre completamente consumido por su trabajo y le dedicaba poco y nada de tiempo a su familia. Se nos plantea como una proeza digna de admirar el que se haga cargo de su hijo y lo pueda hacer compatible con su vida profesional…. Pero eso es lo mínimo y lo obvio que debiera hacer, ¿no? Es el padre del niño.
Y obviamente es tanto lo que Kramer cambió que el niño quiere quedarse con él. Agradecemos el cambio del padre, pero no lo pongamos en un pedestal, hizo lo que todo padre debe hacer y eso no es digno de admirar ni aplaudir. Simplemente debe mirarse como que hizo algo que es la obligación de todo padre.
Walter White: Todo es por ustedes
Bryan Cranston pasó a la historia de la televisión como el traficante de metanfetaminas Walter White. Primero, lo vimos como un padre promedio, con un trabajo de profesor de química y siempre siendo el hazmerreír de la familia. Incluso, empatizamos con él después del diagnóstico de cáncer (punto de inflexión de White) y nos creímos su historia de que le quería dejar dinero para el futuro y la tranquilidad de la familia.
La metamorfosis de White fue tan fuerte que ya para la tercera temporada, no queda nada del profesor de química ni del padre que ayudaba a vestir a su hijo con problemas físicos. Ambicioso, con delirios de grandeza y un ego incontrolable, ahora conocemos la verdadera personalidad dle traficante: Insatisfecho con su vida profesional, con un agresivo cáncer a cuestas (la enfermedad le quitó el miedo a la muerte?) y obsesionado con ganar dinero y poder, la excusa de “lo hago por mi familia” ya no tiene ningún peso.
Se volvió un peligro para la familia y en la última temporada podemos ver cómo destruye lo que tanto decía amar. En una fuerte pelea con Skyler la culpa a ella de la caída de la familia y luego su propio hijo no quiere saber la de él. Secuestra a su hija pequeña y mata a su cuñado. Después de todo esto asume su culpa y que todo lo hacía “porque le gustaba la sensación que le daba, me sentía libre”, para ya hacia el final, morir completamente solo. No solo destruyó a su familia, con eso se destruyó a él mismo y como espectadores pensamos que es el precio que siempre debió pagar.
Charlie Barber: Nos acercamos al padre promedio
Adam Driver llamó la atención de todos con su sincera interpretación de Charlie Barber en “Historia de un matrimonio“. Un director de teatro, con una vida promedio, que está pasando por el doloroso proceso de divorcio y viendo que el amor es palpable en esta familia, pero que ahora toma otra significancia.
Este padre es autosuficiente: Cocina, lava los platos, limpia la casa y puede hacer todo tipo de quehaceres hogareños sin ayuda de su mujer y sin que se lo pidan. No hay sentimiento de tengamos que idealizarlo por eso (como es el caso de Ted Kramer), él es así y no es novedoso para nosotros. Cumples y no te lo celebramos ni queda la sensación de que pides reconocimiento por eso.
Se vislumbra un padre promedio porque tiene luces y sombras: En la discusión con su exesposa, lo que más quiere lograr son sus deseos por sobre el de su hijo, pero cuando todo decanta, el también cae y vemos a la persona sobrepasada por situaciones emocionales.
Al principio vemos que quiere luchar por su hijo, pero al final se da cuenta de que no hay nada por lo que luchar, porque su hijo crecerá y tendrá una opinión personal sobre el suceso. Charlie Barber no aspira a ser el mejor papá del mundo ni es una persona idealizada, solo es él y gracias a la interpretación de Driver muchos padres se sintieron identificados.
Chris Gardner: El mejor papá del mundo
Will Smith nos mostró que todo puede ser posible. Chris Garner es un padre que fracasó con su inversión, su esposa lo abandona y se queda a cargo de su hijo. Viven en albergues, pero él está seguro que saldrán adelante pese a toda esta circunstancia, lo termina logrando y amando a su hijo más que a nada en la Tierra.
Idealizado en su mayoría, Gardner haría cualquier cosa por su hijo, jamás lo deja solo y prácticamente son un equipo. Le da los consejos que todo hijo quiere escuchar y siempre va a estar para su pequeño. El drama con esto es que nuevamente nos sorprendemos con su actuación y al parecer aún nos cuesta asumir que estas son actitudes que todo padre debe cumplir.
Al parecer, el problema con Gardner (y la pelicula) es que nos muestra que aun como sociedad debemos avanzar en cuanto a la responsabilidad paternal y no endiosar a un padre por el solo hecho de hacerse cargo de su criatura.
Todos son Juan Herrera
Y terminamos este conteo con el padre chileno promedio por excelencia. Daniel Muñoz nos entregó a Juan Herrera, el patriarca de la familia Herrera. En los 80, plena dictadura, este padre promedio hace lo mejor que puede con lo que tiene (aunque puede mejorar), pero no podemos negar que muchos chilenos vieron en Herrera a su propio padre.
Machista, autoritario e irritable, este padre no le gusta que su esposa trabaje, tiene favoritos (Claudia es su preferida), no sabe cocinar y golpea a su hijo mayor en una reunión familiar. Cómo olvidar el terremoto y que el padre solo salvaba lo material o cuando intentó cocinar tallarines y nos dimos cuenta de que no podía valerse por sí mismo.
Pero quedaba una sensación de que era un padre sobrepasado y de buen corazón, con buenos valores y que es capaz de endeudarse por los estudios de su hija. Como olvidar la frase “aquí no hay pinochetistas ni comunistas, solo personas” y que por su familia era capaz de todo.
Juan Herrera nos muestra que tiene demasiadas falencias como padre, no obstante también que se esfuerza por mejorar y nos revela a ese padre chileno que todos conocemos.
Quizás se quedaron muchos padres en el tintero (el siempre bueno y magnánimo Mufasa, el carismático Jordan Belfort o Michael Corleone es su faceta de papá), pero hay algo que los engloba a todos: Todos cometen errores y a su vez la mayoría tiende a idealizarlos solo por esta presente como padre. La sociedad debe avanzar y normalizar de una vez por todas la responsabilidad paternal como una obligación dentro del núcleo familiar.
1 Comentario. Dejar nuevo
Pues bastante ridículo el artículo y muy simplista. A ver, para empezar yo me pregunto quién ve a Vito Corleone como un ejemplo de padre, además de la autora en algún momento de su vida claro está, porque me queda claro que ni Coppola, ni el autor de la novela tienen en ningún momento intención alguna de hacer esa representación. Esta Claro que Vito tiene a su única hija en un segundo plano, sería bobo quien no se de cuenta desde el principio, y los hermanos también la tienen en un segundo plano, incluso Sonny que se comporta como un hermano sobre protector. Por cierto, hsy muchas cosas que muestran a Vito como un padre autoritario y es curioso que la persona que escribe este artículo le de tanta importancia a la muerte de Sonny como algo en lo que exclusivamente tuvo la culpa Vito, cuando recordemos que a fin de cuentas el mayor culpable fue el cuñado, y que si el mayor de los corleone no se hubiera comportado tan impulsivo no habría muerto.
En cuanto a Forest Gump, la historia original es una novela, que no se adaptó en su totalidad al cine y que además tuvo algunos cambios importantes, para empezar en la novela el protagonista no padece de ningún problema cognitivo, al contrario, es un genio. Ahi Forest tiene problemas con su hijo, quien en la adolescencia se vuelve drogadicto.
Kramer vs Kramer es una película de 1979, pretender verla con ojos actuales es tan anacrónico que resulta patético. Fue una de las primeras películas que rescataba la figura del padre soltero, obvio, bajo esa lógica el padre soltero debe ser el héroe de la película, quien por cierto tampoco es perfecto, en ningún momento la película pretende mostrar eso. Aprender a cuidar a su hijo es algo que debía sí, pero era algo que no era tan común en la época. Estamos hablando de 1979 no del 2022.
La vida es bella es una película que por lo menos a mí siempre me parecio que difícilmente se toma algo enserio de verdad. Ciertamente es la enésima denuncia del holocausto en el cine, pero fuera de eso las situaciones son tan absurdas que es mejor ni tomarla enserio.
La segunda y la última película no las he visto.