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Entrevista | Paola Lattus: “Al cine chileno le falta alejarse de esa belleza, de que todo se vea bonito”

Paola Lattus, oriunda de Antofagasta, no solo se ha enfocado en el arte, como actriz de teatro, cine y televisión podemos encontrarla dando vida a queridos y rudos personajes en producciones como “Tony Manero”, “Ramona” o “Ilusiones ópticas“, sino también se dedica a darle vida a un activismo feminista en la Red de Actrices Chilenas (RACH), donde encabeza el equipo que gestiona el programa virtual “La buena racha”, un espacio de conversación online para discutir y conocer sobre distintos problemas que viven las mujeres chilenas.

A la fecha, ya han organizado conversatorios sobre maternidad, violencia de género, gordofobia y, por supuesto, sobre el arte y cómo organizar los tiempos dentro de este periodo de incertidumbre que nos ha rodeado a todos y todas en los últimos meses. “En  #LaBuenaRacha aprendemos capítulo a capítulo”, afirma Paola Lattus.

La Máquina conversó en exclusivo con Paola Lattus sobre sus perspectivas en torno a su trabajo, la industria del cine y la televisión chilena, así como también sobre los propósitos y las vivencias de RACH y esta nueva instancia virtual de conversación y práctica feminista.

N.E.: Esta entrevista con Paola Lattus se realizó de manera remota, debido a las precauciones dictadas para evitar la propagación del coronavirus covid-19.

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Cuéntanos, Paola, ¿cómo surge el proyecto de #LaBuenaRacha?

Surge de la necesidad de poder visibilizar las problemáticas feministas en este momento de pandemia. Surge desde la necesidad de tener un espacio para hablar como actrices feministas. Nosotras tenemos muchos temas que no creo que hayan sido tocados.

Igual, nace de una seguidilla de jornadas de formación que nosotras hemos tenido en referencia al feminismo. Cuando partimos, dijimos: “ya, seamos una red de actrices feministas”; comenzamos con talleres o jornadas de reflexión o información frente a la violencia de género, la brecha salarial, la cosificación en los medios, etc. Pero esto no es solo para las actrices, a nosotras nos interesa que sea algo que cruce a todas las mujeres. Si bien los temas siempre están abordados de lo que pasa en nuestro gremio, siempre se empieza de lo macro hasta lo micro.

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¿Sientes que en el rubro existe la desigualdad de género? ¿Te has topado con ambientes machistas?

Todo el rato. Hay cosas que tenemos que cambiar (una también), una siempre se está riendo de las tallas, pero a veces… es pan de cada día los agarrones de poto, los cuchicheos muy encima, un actor que te mira mucho. Por ejemplo, me pasó una vez tener que estar de frente y muy cerca con un actor y sentía en su mirada una pulsión desagradable, donde una termina casi rezando: “que se termine luego la escena, que se termine luego la escena”. Después, en la continuación de escena trata de improvisar y me trata de dar un beso, por suerte soy “chora” y me los saco de encima, por último en escena, dentro del personaje una intenta salir de esa situación incómoda. Una se las arregla de alguna forma, pero eso no tendría por qué pasar. 

Yo no pienso aguantar trabajar con un actor o con alguien que por ser hombre piensa que le debemos aguantar todo. Por ejemplo, yo nunca he estado en una producción donde una mujer llegue tarde o llegue carretiá (sic), nunca ha pasado que tengamos que esperar que a una mujer se le pase la borrachera y hombres sí, montones. Hay mucho también de una sensación de camaradería en los equipos de producción y trabajo donde casi siempre la mayoría son hombres, entonces se da mucho el chiste, la talla, la unión entre ellos.

Por eso #LaBuenaRacha invitará solo a mujeres, es hora de dar visibilidad a nuestras opiniones y nuestra voz. Finalmente, como dice la compañera de RACH, Fredra Vergara (una de las denunciantes de Herval Abreu), quien es muy precisa y clara: cuando la televisión sigue dándole espacio al trabajo de estas personas que han hecho daño, repitiendo sus trabajos, abren la herida de las víctimas, eso los canales de televisión ‘se lo pasan por la raja’ (sic). Ese trabajo de lucha no lo hace ni la justicia ni los canales de televisión, Abreu está sobreseído (no es ni culpable ni inocente), así que somos las personas comunes que tenemos que elegir no ver ese tipo de contenido. Yo no separo la obra del autor.

¿Te gustaría hacer otras cosas además de actuar? Me refiero a montaje, edición, dirección, etc.

Siempre he dicho que donde me siento más cómoda es actuando en un formato audiovisual. Últimamente estuve preparando un fondart de una obra de teatro y me sirvió para re-encantarme con el texto teatral. Actúo desde los 11 años. Nunca me ha llamado la atención elegir, lo he hecho, pero no me siento cómoda en ese lugar.

Y la pregunta clásica: ¿Paola Lattus prefiere teatro o cine?

Prefiero hacer cine. Aunque claramente depende de la obra. Si tengo que elegir entre una obra en el teatro que, por ejemplo, he hecho por muchos años como “El otro” o una película cómica para cine… prefiero mil veces el teatro. Depende de la temática, porque siento que los lenguajes se han unido bastante, el teatro se ha servido mucho de los elementos audiovisuales. Al revés también, por ejemplo, a uno le sirve de pronto ver una película y analizar los planos, así que ambos son muy bonitos. 

“Una de las cosas que más rescato es que estamos de igual a igual. La imagen que más tengo es de una  asamblea en la que estoy como parte de la organización dondeme tocó estar al frente, en la pizarra anotando, y miro hacia la platea y veo como compañeras a actrices de teleseries, actrices de teatro, mujeres muy “bacanas”, muy “cabronas” sentadas al lado de una jovencita de la Escuela de Teatro incendiaria, diciendo que hay que quemarlo todo y las otras escuchándola, sin juzgarla. Eso es un gran avance para nosotras como mujeres y como gremio, luchar y tratar de la misma forma a la compañera que tiene el Oso de Oro como a la compañera que está recién egresando de la U”.

¿Qué piensas de la industria del cine chileno? ¿Qué es lo más destacable o valioso? ¿Qué le falta?

Siempre he leído a compañeras y compañeros decir que no existe industria en Chile, lo comparan con Argentina o Alemania. Yo creo que existe una industria… a la chilena, pero existe. Le falta visibilización. Hay directores o directoras que hacen películas con nada. Quizá no deberíamos esperar siempre a que se nos financien todo, aunque esto puede sonar muy idealista. Por ejemplo, yo siempre trato de llegar a acuerdos de plata, siempre estoy dispuesta a trabajar con escuelas o alumnos de cine, no pido imposibles tampoco. Creo que estamos en un país donde el trabajo colaborativo nos puede hacer crecer mucho, no siempre los actores o directores queremos ganar. 

Cito a Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda, que han hecho varios largometrajes sin nada, trabajan desde lo social. 

Ya que hablamos de la variedad o fusión entre cine y teatro, ¿qué temas sientes que le falta tocar al cine chileno?

Yo creo que al cine chileno, más que tocar temas, le falta alejarse de esa belleza, de que todo se vea bonito. Falta arriesgarse, no digo que los actores no sean buenos, pero quizá no repetirlos tanto. Si vas a hablar de inmigración y hay miles de inmigrantes en nuestro país, llámalos. Otra cosa, la pobreza está súper caricaturizada, el pobre siempre está cochino, siempre está en los mismos escenarios y no es tan así. Alejarse de la dualidad clase alta y clase baja, no hay muchas historias sobre clase media… y por supuesto, más visiones feministas, pero feministas duras. 

Ojalá no pase que después de la pandemia salgan puras películas sobre la pandemia. Habiendo tanto dramaturgo y dramaturga que puede hablar desde otro lugar, variar los temas y los actores nos vendría bien. Porque vemos tanto los mismos rostros que ya no ves al personaje, sino que ves al actor haciendo un personaje. 

De todos los proyectos en la carrera de Paola Lattus, ¿hay alguno de lo que te sientes especialmente orgullosa?

“Mitómana” fue una película que a mí me cambió toda la perspectiva de lo que es la actuación, cómo abordarla, qué es estar en un proceso creativo, etc. No había plata, acepté por el desafío, por amor al arte y a mí también; hay un antes y un después de esa película. Antes a mí me importaba cómo me veía, por ejemplo, verme bonita o fea, si se me ve un rollo o si me saqué los bigotes, cosas que no importan o que incluso agregan detalles al personaje. Cuando logras soltar eso y darte cuenta de que estás al servicio de un engranaje mayor, logras despojarte de tantas piedras que uno lleva encima, como actriz, que tienen que ver, por supuesto, con el bombardeo de mujeres hermosas en el cine y televisión, con estas imágenes coloridas y preciosas.

Por primera vez aquí vi mi actuación en jaque, fue un desafío total: me llaman a mí, me dicen “tienes que cortarte el pelo”, pero no que realmente tenía que raparme. Yo venía de hacer “Ilusiones ópticas” y “Tony Manero”, un cine más formal y cuando me invitaban a esto tan experimental… tenía que ganarme el papel, casi que tenía que demostrar que me la podía. Como la naturaleza de una es chora, ya po’, lo hice. Empecé toda esta peripecia, terminé rapada al cero y cuando fui al estreno de la película caché (sic) que no estaba la escena donde estoy rapada. Está la escena súper loca en la que me cortan el pelo, muy bonita, tengo esa escena pa quebrarme y… termina la película y no hay nada de mi escena rapada. Le digo al director “¡¿cómo se te ocurre?!” y me dice que en el montaje se dieron cuenta de que no funcionaba. Me quedé callada, me contuve y después pensé… y en verdad, no calzaba. Es clave ver que no siempre van a estar las escenas que a uno le gustan. Grabas, es linda la escena y te encanta, pero después solo dejas ahí una grabación. Lo bueno es que en el teatro lo puedes volver a vivir, estás habitando varias veces el mismo texto, el mismo gesto, el mismo compañero. 

También Paola Lattus afirmó: “Me siento orgullosa de “El otro”. Estaba en un momento de mi vida en que no quería hacer teatro, estaba desencantada. Y además, estaba cesante [risas]. Me llama el director y me dice “hola, te quiero invitar a un proyecto” y yo le dije “¡Sí!”. Es una obra que amo mucho, que visibiliza el amor entre los enfermos psiquiátricos. Me dio la oportunidad de conocer a Paz Errázuriz, es un trabajo a partir del libro de fotografía “El infarto del alma” (Diamela Eltit), son fotos de un psiquiátrico en Putaendo”.

“Es maravilloso, en este libro están las fotos de parejas del psiquiátrico, reflexiones sobre el amor y sobre el viaje que ellas hicieron hasta allí, nosotros igual fuimos y nos tocó darnos cuenta de todo lo que este país bota a la basura, como no se hace cargo de la salud mental”, concluyó Paola Lattus.

Ilusiones ópticas (2009) - Filmaffinity

Cuando llegas te das cuenta de que la precarización de estos pacientes (o usuarios como le llaman ellos) es heavy. Las pastillas que les dan son tan malas que los dejan out, hablan lento, se las dan para que dejen de molestar, sus cuerpos se atrofian. En esa obra actúo de pareja de José Soza y siempre nos planteamos el esfuerzo de no querer caer en los clichés como “peinar la muñeca”, pero lo primero que vimos al entrar fue una señora que me mostraba una muñeca y me decía que era su hija. Se nos cayeron todos los paradigmas, estar en un psiquiátrico es un cliché, los tienen cochinos, se emocionan, te piden fotos y cigarros.

A mí me dio un nivel de ansiedad y angustia tremendo al estar ahí. Entrar en ese mundo y hablar de dignidad y amor, fue bacán. Me enseñó a trabajar en equipo y a entender que no es necesario incluir tanto texto, no vas a poner a personas locas a decir los medios textos de amor. Es mostrar que los tienen idiotizados, que no los dejan ser parte de esta sociedad y el directorio de estos lugares te pinta algo completamente irreal. Quiero mucho a esa obra porque es terrible, pero es universal, hemos ido a distintos países: Holanda, Francia, España, Bélgica e incluso Corea. Hemos estado en muchas sociedades distintas y en todas la gente tiene la sensación de “esto también pasa aquí”, la gente se reconoce. En Seúl, noviembre de 2018, la gente lloraba mientras veía la obra y nos hablaban del abandono. En Holanda, le preguntaron al director cómo lo hicieron para sacar a los enfermos del psiquiátrico, pensaron que éramos el taller de actuación del psiquiátrico [risas].

¿Con qué causas del feminismo se identifica más Paola Lattus?

Creo que en este momento, me identifico con la protección, el acompañamiento y la justicia hacia víctimas de femicidio. Con todo lo que tenga que ver con la violencia hacia la mujer. Y respecto a mi gremio, me importa mucho terminar con las brechas de género, con poder trabajar en lugares libres de prácticas patriarcales, abusivas o violentas. Más que igualdad, respeto al género y que sea todo horizontal. No podemos volver el 2020, después de una pandemia y seguir ganando menos que los hombres, seguir teniendo que esforzarnos el doble por un papel, tener que enfrentarnos como caballos de carreras para conseguir algo, hay que generar un trabajo en equipo. 

https://lamaquinamedio.com/septimo-arte/ramona-mas-que-una-revision-historica-una-representacion-autentica/
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