Crítica de “Amor en la gran ciudad”: Cuando la nostalgia se disfraza de novedad

Gracias a los amigos de Cinetopia, fuimos a una función privada de Amor en la Gran Ciudad, una cinta coreana que llega un poco tarde a Chile y que intenta darle un giro a la comedia romántica, situando una relación de amistad como el eje central de la historia. La película nos muestra el vínculo entre Jae-Hee y Heung-Soo, dos jóvenes que se conocieron durante la época universitaria, y a quienes seguimos a lo largo del tiempo, observando su crecimiento personal. Sus amores, desamores, desafíos laborales y, sobre todo, cómo su relación atraviesa altos y bajos.

La cinta busca ofrecer una propuesta novedosa y, como buen K-Drama, bordea el cliché, la ingenuidad y la inocencia. Con escenas anacrónicas y otras profundamente dramáticas, la película se convierte en una agradable comfort movie que logra mantener la atención del espectador de principio a fin.

En La Máquina te contamos más sobre este filme.

UNA CINEMATOGRAFÍA CLÁSICA

La dirección está a cargo de Lee Eon-Hee, cineasta reconocida por la película Missing Woman, y que con Amor en la Gran Ciudad consigue proyección internacional. Se agradece especialmente que la dirección esté en manos de una mujer, ya que la cinta aborda temas sensibles con cuidado, realismo y una mirada cotidiana. En su estilo se perciben claramente los clichés típicos de los “doramas”: cámara lenta, primeros planos a reacciones sorpresivas, música romántica y escenas clásicas como la de “correr hacia el otro”. Una dirección tradicional, que no busca romper esquemas, pero que cumple de forma eficaz su propósito narrativo.

El guion es el gran pilar de esta película, y lo sostiene con éxito. Con una duración de dos horas, la historia te hace transitar por un abanico de emociones y logra mantener tu atención en todo momento. La narración avanza en orden cronológico, permitiendo ver la evolución y madurez de los protagonistas. Y si bien puede parecer superficial en un primer vistazo, no lo es en absoluto. Este aborda con valentía y sensibilidad temas como: la discriminación hacia el amor homosexual, la violencia de género en la pareja, las frustraciones laborales, el maltrato familiar, entre otros. Como ya se dijo, la historia es hermosa, realista y, lejos de ser superficial, es profundamente honesta.

No obstante, hay situaciones que se sienten anacrónicas, como que a una mujer aún se le juzgue por fumar con hombres, o que se cuestione que un hombre y una mujer convivan sin vínculo romántico. Aunque estos elementos pueden parecer retrógrados, también forman parte del lenguaje y contexto de la historia, reflejando realidades que, lamentablemente, aún persisten en algunos sectores.

ACTUACIONES SÓLIDAS

Nos enfocamos en la carismática pareja protagonista y en lo bien que logran sostener la película.

Noh Sang-Yun interpreta a Heung-Soo, un joven que esconde su homosexualidad debido a su familia poco empática y una madre que cree que “es una enfermedad”. Su actuación es sólida, transmitiendo momentos vulnerables, intensos y profundamente dolorosos. Es leal, empático y una buena persona andante, ese tipo de amigo que todos querríamos tener: siempre atento, siempre presente y dispuesto a defenderte. El héroe sin capa de esta historia.

Por otro lado, Kim Go-eun encarna a Jae-Hee, una joven de espíritu libre, sin prejuicios, que quiere vivir bajo sus propias reglas. Sin embargo, tras esa fachada se esconde una romántica empedernida, en búsqueda del amor, con el anhelo de formar una familia y una vida estable. La actriz maneja con maestría esta dualidad, mostrando un personaje espontáneo, alegre y lleno de vitalidad. Y aunque enfrenta situaciones traumáticas, nunca pierde su esencia ni su brillo. Un trabajo actoral entrañable.

“AMOR EN LA GRAN CIUDAD” EN PALABRAS SIMPLES…

Amor en la gran ciudad es un hermoso y novedoso dorama que replantea la comedia romántica desde una amistad pura y duradera. Con clichés cada diez minutos y momentos algo fuera de época, la cinta se transforma en una linda comfort movie que confirma que la amistad verdadera sí resiste cualquier prueba. Bonita, conmovedora y necesaria.

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