Netflix no se detiene: hace unos días estrenó “The two popes”, que podría convertirse en su tercera gran apuesta, junto a “El Irlandés” e “Historia de un matrimonio“. En esta oportunidad, trae una película simple, pero enmarcada en lo soberbio, especialmente sobre la Iglesia Católica y las personas que la gobiernan.
No obstante, ”Los dos papas” ha recibido duras críticas debido a que el filme no es la representación del Papa Francisco y Benedicto XVI, sino más bien refleja un enfoque ideológico de ambos. Benedicto XVI es interpretado por Anthony Hopkins y el cardenal Bergoglio, el actual Papa Francisco, por Jonathan Pryce.
La producción se centra en reuniones imaginarias entre ambos personajes, los papas Benedicto XVI y Jorge Mario Bergoglio durante los períodos de 2005 y 2013. El filme es una obra de ficción, no está basada en hechos reales. Su director, Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, 2002), pone el centro de atención en su visión del papado a través de la relación entre el actual Papa Francisco y su predecesor en el cargo.
El largometraje se transforma en un diálogo entre dos señores de edad, con personalidades distintas y dispares en cuanto al entendimiento que tienen de la Iglesia y su futuro. Todo esto envuelto en una capa de humor y delicados diálogos, ambientación majestuosa y sencilla a la vez, adentrándose en el corazón de Roma y acercando más a los protagonistas. Meirelles también utilizó imágenes de archivo de los noticiarios de televisión, lo que, sumado a las locaciones del Vaticano, traslada a Hopkins y Pryce hacia un ”casi” documental de los hechos.
Varios críticos han reconocido en la película al género norteamericano llamado ”Buddy Movie” o comedia de amigos de caracteres contrastados, algo que tiene gran parte de esta representación de la relación de dos líderes de la Iglesia.
El trabajo de Meirelles se ve opacado por un recurso que no convence del todo. Se trata de unos flashbacks sobre la juventud de Bergoglio en blanco y negro. Esto tiene lugar para informar sobre tormentos y culpas de la vida del actual papa cuando, como autoridad jesuita en Buenos Aires, tuvo que lidiar con la dictadura de Videla.
En resumen, la cinta es interesante, pues brinda las dos de las más destacadas interpretaciones del año, en especial la de Jonathan Pryce, quien podría ser nominado al Óscar a mejor actor, nominación a la que también podría optar Anthony Hopkins, por mejor actor de reparto. Hasta el momento, la película postula a cuatro Globos de Oro en la gala del próximo 5 de enero.