¡Por fin! Uno de los álbumes más esperados vio la luz el pasado 17 de mayo, se trata del sexteto alemán Rammstein, que no presentaban una producción musical completa desde 2009 con su disco “Liebe Ist Für Alle Da”, solo 1 canción nueva que han interpretado en vivo como “Ramm4”, pero que, finalmente, no se incluyó en este cedé.
Y Rammstein no es una banda exenta de polémicas. Su imagen, letras, presentaciones en vivo e incluso (en un momento, por la pronunciación) en el lenguaje que trasmiten su música, ha causado cierto rechazo en las personas que no son adeptas a su arte.
No obstante en parte eso es lo que busca este grupo de metal industrial: no dejar indiferente a nadie con la propuesta que entregan, tanto en lo estético como en lo audiovisual, enmarcándolos como una de las agrupaciones más importantes de la música germana.
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Comenzando por la carátula del álbum, solo se halla un fósforo con un fondo blanco, nada muy complejo, es más ni título tiene el álbum, pero cuando una producción no cuenta con estas características, se dice que es un homónimo (pasa a ser el nombre de la banda el título, aunque la banda no lo haya hecho con esa intención), y tal portada tan extravagante es común en la discografía de Rammstein, aunque este es mucho menos agresiva visualmente en comparación con discos anteriores como “Liebe Ist Für Alle Da”, “Mutter” o “Sehnsucht” , solo mostrando un fósforo, objeto muy relacionado con la piromanía que los 6 miembros tienen detectada en diferentes medidas, en que el fuego es un elemento infaltable en sus shows y videos.
El disco comienza con la potente “Deutschland”, la cual da rienda suelta con un teclado electrónico por parte de Flake, sonido que está instalado en la música de Rammstein, y los demás instrumentos aparecen de manera explosiva, dando un buen arranque que Rammstein sabe darlo en sus discos.
La atmósfera oscura acompaña a la lírica que retrata la historia de Alemania y el videoclip es, realmente, una obra de arte, mostrando el punto de vista histórico y más controversial (todo por parte de metáforas visuales) de lo que el país tuvo que soportar/actuar en lo más oscuro de la historia mundial.
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Al igual que la canción anterior, “Radio” comienza con sonidos electrónicos hechos por sintetizadores, pero esta vez más accesibles al oído y bien pegadizos. Estos dos primeros temas ya los habían lanzado días antes como singles, ambos con un videoclip a su haber.
El teclado en Radio se puede identificar fácilmente como una canción de Rammstein (en especial el final, parecido a “Du Hast”), sin embargo no quizás toda la canción en conjunto, porque sí se aprecia un sonido más renovado o menos clásico que al principio puede causar rechazo o confusión, mas siendo tan pegadiza, al final se acepta y hasta se puede cambiar de opinión.
Además, la letra nuevamente tiene doble significado. Unas estrofas cuentan lo difícil que les fue a Rammstein ser tocados en radios extranjeras (por los prejuicios de que eran una banda nazi) en sus inicios y esto a la vez les dio más popularidad. Y el significado histórico se basa en el poder de la radio luego de la Segunda Guerra Mundial, al momento de ser dividida Alemania, la parte oriental no se les permitía escuchar radios extranjeras por ser consideradas peligrosas para el hombre de esa época (todo esto se muestra satíricamente en el video).
Con un coro de canto gregoriano, muy característico de sinfonías religiosas, arranca la tercera canción: “Zeig Dich”, que musicalmente es todo lo que se puede esperar de Rammstein. Contiene en su melodía un estilo más sinfónico, disfrutando ese breve coro y los pasajes que canta Till Lindemann cuando las guitarras se apagan y predomina el bajo de Oliver Riedel con una velocidad misteriosa muy personal.
El coro gregoriano en la génesis del tema y con el que terminan, no fueron escogidos al azar, ya que la letra trata sobre la hipocresía que algunos sacerdotes cometen “en el nombre de Dios”, específicamente el abuso a menores de edad. Rammstein retrata esta situación, ironizando las buenas acciones por los que los religiosos son considerados.
Continuando con este álbum, las secciones tecno predominan desde el inicio de la siguiente canción: “Ausländer”, siendo de los temas menos oscuros, amigable y es hasta entretenido notar cómo el coro es cantando por frases o palabras en 5 idiomas diferentes (español, inglés, ruso, francés e italiano) sin olvidar que la mayor parte está en su idioma madre, que es el alemán.
Ocuparon este recurso porque en castellano esta palabra quiere decir “extranjero” y la letra habla de esto precisamente: una persona que le gusta viajar y aprender más lenguas que no se mantiene en un solo país, algo así como un nómade moderno. Es el tema más “bailable” con muchas influencias Synth Pop, New y Dark Wave junto con tecno music que quizás a los fans más antiguos de la banda no le agrade completamente.
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“Sex” es de las canciones más bajas del nuevo disco, con un ritmo, verso y coro un tanto monótonos que asimilarse incluso a una letanía en momentos y no mantiene la atención para todo el tema. Es, sin dudas, la más floja hasta ahora y pasa tan desapercibida que ni la letra destaca por los significados polémicos que Rammstein le atribuye al sexo durante su discografía (es una analogía a una canción de Arctic Monkeys o, incluso, Muse, solo que, en alemán, por el sonido).
El terror, la oscuridad y el suspenso, son las percepciones que predominan en uno de los temas más experimentales de este disco: “Puppe”, que en los primeros minutos se manifiesta con una calma inquietante bajo los versos de Lindemann, hasta que rompe en el coro, con una voz desgarradora.
En esta canción se puede sentir el dolor en la voz acompañada con un solo de la batería de fondo hasta la inclusión de los demás instrumentos, cosa que puede llegar a ser perturbador y atrapante a primera escucha.
Es tema agresivo y bien logrado, complementado por la letra, en que se tratan temas como la prostitución y muerte de familiares, todo esto relatado bajo la mirada de un infante. A diferencia del tema anterior, este no pasa desapercibido de ninguna forma. La letra está sacada de un pasaje de un libro que escribió el vocalista en el 2013 “In Stillen Nätchen: Gedichte” (En noches tranquilas: poesía) que consisten en poesías por parte de Lindemann.
Otra canción que necesita una doble reproducción para tener una mejor impresión es “Was Ich Liebe”. También se da la impresión de que es un tanto floja, pero a medida que el tema progresa, se va afirmando más.
El tema se defiende, pero no da para más que eso. Es entretenido, sin embargo no más que otros temas de este mismo álbum. Es la letra lo que en realidad se valora más (en este caso) que el sonido en sí, de las más depresivas y emocionalmente tristes respecto al concepto de amor, hablando en primera persona una persona que directamente prefiere no creer ni intentar amar nada, a causa de que al final de alguna forma se echará a perder y el protagonista lamentará toda la “felicidad” que en un principio sintió, un significado profundo y realista, que acompañado por algunas guitarras acústicas le da un toque más melancólico.
Y para más melancolía, “Diamant” es la única balada del CD, una canción breve y sencilla, en la cual el motivo lirico es una hermosa mujer que aparentemente no puede dejar de pensar el hablante y deslumbrado por su belleza, parece que no deja de admirar, aunque no la logra tener en el momento. Una bella canción para calmar los ánimos, aunque no llega a la altura de baladas de Rammstein como “Ohne Dich”, “Stirb Nicht Vor Mir”, “Seemann” o “Frühling In Paris”.
Ya entrando en la recta final, se encuentra “Weit Weg”. Los sonidos electrónicos hechos en sintetizador se aprecian durante todo el tema, hasta se puede oír un pequeño solo de guitarra (elemento que en Rammstein no suele existir mucho), una pista que fácilmente puede ser incluida en su álbum “Rosenrot” de 2005, por su tiempo pausado y coro altamente reconocible. Es una melodía que cumple pero que no destaca.
El penúltimo tema es el que más recuerda al antiguo Rammstein. “Tattoo” es una canción enérgica en los versos que habla del arte de inmortalizarse imágenes en el cuerpo y la significancia que estas representan cuando la sangre se besa con la tinta. Esta entrega se hace corta, porque el sonido es todo lo que uno espera de esta banda, sin los sonidos cósmicos en exceso, pero identificando claramente el Metal Industrial que hacen. Sin dudas uno de los puntos más altos del disco.
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El disco finaliza con “Hallomann”, que arranca con esa voz teatral de Till, misteriosa y un tanto oscura; un buen comienzo, pero se va apagando el interés, llegando al coro tan predecible una vez escuchado. Obviando ese detalle, es una canción decente, pero quizás no para terminar. La sección instrumental donde las guitarras de Richard Kruspe y Paul Landers se complementan (con pedales de efectos) con el teclado de Flake (que siempre suena distinto) le da un nuevo aire a la agrupación, también termina muy de golpe, lo que deja un pequeño vacío al terminar de escuchar el álbum.
Fueron 10 años de espera en un poco más de 45 minutos, donde para algunos fans quizás la expectativa era demasiado grande, pero en realidad Rammstein es de esas bandas que sacan material sólo cuando ellos lo consideran necesario, no son bandas como Megadeth que constantemente nos tienen acostumbrados a nuevos discos.
Si bien tiene momentos que sobran, el álbum valió la espera en cierto modo, líricamente es lo que Rammstein está acostumbrado a hacer, mas intentaron variar un poco el sonido sin salirse del Metal Industrial.
Rammstein son los maestros de la expectación y siempre darán de qué hablar a favor o en contra. Con escuchadas más profundas, se podrá apreciar mejor esta nueva entrega de Rammstein, que tiene más puntos positivos que negativos. Además, quizás hasta cuándo no se tendrá un nuevo disco, no nos podemos dar el lujo de despreciar esta nueva entrega.