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Reseña | “Capone”: El incomprensible viaje a la decadencia del mito

Hablar de gángsters es hablar de Alphonse Gabriel Capone, más conocido como Al Capone, el temido “Rey de la Mafia” de los años 20. Nació en Brooklyn, durante 1899 en la cuna de inmigrantes italianos; esta numerosa familia poseyó humildes orígenes, pero el corpulento Capone se encargaría de tallar su apellido en las páginas negras de la historia.

Nuestro Scarface (apodo que se ganó debido a sus cicatrices en el rostro por los cortes de una navaja en una pelea de bar), comenzó su carrera criminal siendo un adolescente. Con tan sólo 14 años dejó la escuela y conoció al gángster Johnny Torrio, quien rápidamente se convirtió en su mentor y el mismo Torrio (captando el potencial de Capone) lo introdujo en la banda “Five Points Gang“, la banda juvenil más peligrosa en aquellos tiempos.

Aquí es donde el meteórico y rápido ascenso a la cima del crimen comienza para Capone, que incluso a fines de los años 20 ya formaba parte de la lista de los 20 más buscados por el FBI.

https://youtu.be/Naa1fL0QaZA

Despiadado, decidido y férreo a la hora de tomar decisiones (quizás para ganarse el respeto de sus pares por su juventud) se transformó en líder de la banda después del retiro de Torrio en 1925 y se especializaban en la explotación de la prostitución, casinos ilegales y tráfico de alcohol (lo que le ganó notoriedad máxima y mucho dinero por la Ley Seca en dicho país).

El joven mafioso se convirtió en líder.… Y con eso empezó a aflorar la frialdad y determinación de su personalidad. Con Capone al mando, ordenó la matanza de los líderes e integrantes de las bandas rivales pasando a tener un control total sobre el bajo mundo de Chicago.

La Matanza del Día de San Valentín” en 1929 es, por lejos, lo más mítico en sus asesinatos (eliminando a cinco jefes de bandas en un garage), aunque jamás hubo pruebas que inculparan a Capone de dichos crímenes. Con todos fuera del camino, el mafioso se enriqueció de sobremanera y en 1927 su fortuna ascendía a los 100 millones de dólares, cifra de aquellos tiempos.

Sin embargo, su poder no pasó de Chicago, su apellido provocaba temor y respeto por donde iba, pero no para la policía norteamericana que, en 1927, lo culparia de evasión de impuestos. Nunca por sus asesinatos. Fue sentenciado, finalmente, a 11 años de prisión.

Primero cumpliría la condena en Atlanta, recinto donde Capone seguía manejando todo, decidiéndose trasladarlo a la infame prisión de Alcatraz, lugar en que tampoco cumpliría toda su condena debido a su grave estado de salud, ya que padecía de sífilis sin tratar desde su adolescencia….y también el efecto del infierno de Alcatraz hizo estragos en él.

Capone fallece en Miami a la corta edad de 48 años, causado esencialmente a las complicaciones con su neumonia.

Casado y con un único hijo llamado Albert (quien nunca se dedicó a los negocios de su padre), Al Capone pasó a la historia como el más grande mafioso del siglo XX y eso que su “reinado” duró menos de 10 años, un símil a la carrera de The Beatles: corta pero poderosa.

Se vislumbra un ser humano

Para muchos, Capone es sinónimo de sangre, matanzas, frialdad y hambre de poder por doquier. Pero al final del día, era esposo y padre de un niño que casi queda sordo debido a una infeccion y por la cual su padre fue capaz de pagar 100.000 dólares para que lo salvaran. Un hombre despiadado para sus negocios pero sensible en las laderas familiares.

También se plantea que Capone fue un pionero en las ayudas sociales de mafiosos para el pueblo necesitado. En la Gran Depresión del ’29 en Estados Unidos, mientras ordenaba asesinatos, el mismo Capone armaba comedores sociales para la gente que no tenía que comer y les daba de propina a los trabajadores altas sumas de dinero (equivalentes al sueldo de un mes completo). Es decir, un hombre manipulador en todo sentido, ya que sabía que ganándose la simpatía de la gente era imposible que fueran a por él.

Su final también fue aún más decadente: aquejado por la sífilis mal tratada y una demencia que nació en Alcatraz, sufrió un derrame cerebral que lo dejó por el suelo, haciéndolo depender de su gente para vivir. Y además, apareció el mito de la fortuna perdida y olvidada de Capone, ya que en sus últimos años se buscaba con mucha fuerza la cantidad de 10 millones de dólares, monto que Capone olvidó…. O que quizás jamás existió.

De estos últimos puntos trata “Capone”, cinta de Josh Trank (Los 4 Fantásticos, 2015) que toca la decadencia y la fortuna perdida del hombre/mito. Tom Hardy toma la posta como líder de la banda (y todo el peso recae sobre él…. el largometraje lleva su nombre, ¿no?) y nos trae a Capone en su último año de vida.

El trailer no prometía mucho, la verdad…. Y la película…. Tampoco.

Pregunta sin respuesta: ¿De qué trata?

“Capone”, de 1 hora y 44 minutos de duración, como se mencionó, nos narra el último año del mito. Nos proyecta su decadencia y que ya perdió toda influencia o poder que algún día tuvo. Sufre de alucinaciones y no es ni la sombra de lo que fue. Incluso defeca en su cama….

Y eso es lo que puedo decir de esta película, en realidad. No va más allá de dibujar la decadencia del capo. No ofrece un punto cúlmine, clímax, ni giros de trama. Es tan plana en su construcción que solo vemos la deconstruccion del mito… Y queda la sensación de que no importan sus pecados cometidos porque con este castigo ya los está pagando. Y punto.

Trank, por su lado, no ofrece nada nuevo; mezcla tantos géneros que es difícil saber si es un drama o una comedia negra… O una tragicomedia. No ofrece planos importantes en cuanto a dirección y se torna tan confusa que al final no sabes qué es real y qué no.

Cuando digo lo anterior, no es como en el filme “Inception”, que es una duda que te mantiene al borde del asiento… ¡NO!, piensas… ‘¿Qué pasó? ¿Qué es lo que vi? Es tan olvidable que después de esas preguntas, no te interesa saber las respuestas.

El director ejerce de director/guionista y quizás se hace eco del dicho chileno: “el que mucho abarca…. Poco aprieta”, porque su guion tampoco cumple con las expectativas que nos propuso su película (y eso que volvimos a confiar en él después del bodrio que fue los 4 Fantásticos), su trabajo no ofrece giros y parece ser un guion bastante blando. Lo único bueno de la cinta son sus puntos finales (y si… Decir bueno es exagerar. Aceptable y punto).

Hardy: Hiciste lo imposible.. Pero no se pudo

Tom Hardy. Hablo de este actor porque la película es él. Lleva su nombre y todo el peso del metraje recae en sus hombros, lo cual, por supuesto, no es bueno.

Muchos al verlo como el capo de la mafia se emocionaron e incluso se imaginaron a Hardy nominado a importantes premios, premisa que, lametablemente, no pasará. Tom Hardy nos ofrece un caricaturezco personaje, lleno de estereotipos. Ves al Capone de Hardy y no ves al Capone real; a alguien intentando (y de manera muy forzosa) ser Capone en sus peores días.

El exceso de maquillaje, por ejemplo, logra que no conectemos con él, no apreciamos sus emociones frente a cámara (en primeros planos) y cuesta mucho empatizar con él cuando la enfermedad se apodera de su cuerpo. Incluso, llega al nivel de que cuando empiezan sus delirios, uno se ríe de la situación.

La única vez que vemos a un Hardy convincente es el desenlace, cuando, metralleta en mano, el demente Capone provoca una matanza de antaño en su casa. Ahí está el peso, la seriedad y lo buen actor que es Hardy. Lastimosamente… se enredó con un mal guion.

Repetitiva y humor ridículo al 100%

Decadencia, enfermedad, alucinaciones.… Decadencia, enfermedad, alucinaciones…. Decadencia, enfermedad, alucinaciones…. Eso es “Capone”. Nada más, nada menos. Resulta que el ocaso de su vida resultó ser tal como el de todos. “El día de la Marmota” pero viviendo con un mafioso retirado.

Su fortuna perdida… ¿se habló de eso, siendo el argumento central del filme? Claro que sí, pero solo los últimos 15 minutos del filme lo dedica eso: su familia le consulta al demente. Y el demente sabe, pero no lo recuerda…¡Dios mío, Trank, eres tan original!

Y claro, la guinda de la torta fue ridiculizar a Capone, ¿no? Josh Trank le intercambió un puro por un trozo de zanahoria… honestamente, Trank no dio en el clavo con sus propuestas nuevas y humor ridículo e irónico.

¿Era necesaria esta nueva versión de la vida de Al Capone? Bueno… Después del regreso del género de gángsters con “El Irlandés” y demostrar que aún vive, todos quedamos esperando a Capone. Y este fue el resultado: un largometraje soso, que quería apostar a una innovación del género pero no fue bien aceptada. Quizás Trank es un adelantado a su tiempo y no comprendemos su propuesta o quizás el viaje que ofreció tiene muchos caminos, pero es preferible bajarse y tomar un tren con más sentido y coherencia.

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