Sí, sé que parecería que hay una especie de trato, pero no es así. Constantemente en este espacio se está haciendo alusión al “recambio” de la actuación chilena. Por estas mismas líneas (y bajo mi autoría) han comentarios, opiniones y análisis de Antonia Aldea, Sebastián Ayala, Rocío Toscano, Hernán Contreras, entre otros, todos, de una u otra forma, son parte de este proceso de renovación que viven las artes dramáticas nacionales, y hoy no será la excepción con un nombre muy en boga hoy: Paula Luchsinger.
Formada en la Escuela de Teatro UC, con una carrera sólida, en progresivo ascenso y un futuro que no solo le permitirá fortalecer sus ya muchas cualidades, sino también adquirir más riqueza a su ya vasto talento, se ha convertido desde hace algunos años el rostro juvenil de las teleseries de Mega, dando también, meteóricamente, el salto a la participación en cadenas internacionales. Es que su talento, capacidad y naturalidad en pantalla se notan, por eso funciona como un remezón que viene a decirnos que los jóvenes llegaron y están aquí, para quedarse. Hablamos de Paula Luchsinger Escobar (25).
Parte de una generación de actrices y actores que se ha instalado con fuerza no solo en televisión, sino que ha sido un pilar fundamental en la nueva dinámica de apostar por series. Paula concretó su primera aparición en un capítulo de “Papá a la Deriva” (Mega), canal en que seguiría hasta consolidarse como una actriz recurrente, siendo su última aparición en el canal privado en la producción “Yo Soy Lorenzo”.
Su carrera ha crecido a pasos agigantados desde el cine a la televisión, con participación, por ejemplo en “Ema“, compartiendo pantalla con Mariana di Girolamo y no por nada tanto HBO como Amazon la eligieron para formar parte de sus respectivas series (“Los Espookys” y “La Jauría“).
Precisamente, en esta última producción podemos verla en un rol diferente, donde deja de lado a la actriz de las comedias y los dramas sentimentales de Mega, para tener una actuación en el registro dramático acorde a lo que necesita el guion, cumpliendo y generando una relación muy sincera y auténtica con sus padres ficticios (Amparo Noguera y Daniel Muñoz), pero asimismo con todo el entorno que da vida a la serie, mostrándose madura, consolidada y muy capaz de representar y adaptarse a diferentes contextos.
Si bien el futuro de Paula Luchsinger es incierto, aquí me aventuro a decir que estamos en presencia de una actriz que perfectamente podría ser la GRAN actriz de los nuevos tiempos, precisamente con producciones de este calibre, también en teatro, cine y televisión convencional. Paula Luchsinger está llamada a hacer grandes cosas, a ser una gran actriz y probablemente a marcar época.
