A menudo en la televisión local aparecen jóvenes rostros los cuales se sabe desde un principio que serán una “bomba actoral” y que, poco a poco pero en forma constante e incansable, se irán abriendo paso hasta ir logrando reconocimiento, posicionamiento y espacio en las diferentes producciones que se realizan y transmiten. Al mismo tiempo, muchos de estos casos suelen aparecer un par de veces y luego, por diferentes motivos, no permanecen ni logran una consolidación, sin embargo en esta ocasión esa mecánica y patrón de funcionamiento se rompe a cabalidad con Francisca Walker (32).
La actriz chilena nacida en Oakland, California, Estados Unidos, ha desarrollado una carrera a base de un pulso constante e incesante, donde la capacidad de superación ha sido la tónica para que, en este proceso largo, su carrera haya podido experimentar grandes saltos y constantes triunfos, permitiéndole hacerse un nombre reconocido dentro del universo actoral de nuestro país, siendo además un rostro reconocible y querible para la opinión pública.
Su carrera comenzó con una pequeña pero significante aparición en la producción histórica realizada por TVN llamada “Algo habrán hecho por la historia de Chile“, la cual recorría la historia del país mostrando grandes momentos y personajes de ella.
En esa ocasión, Fran Walker encarnaría a la monja hermana Úrsula Suárez, una de las primeras escritoras del periodo colonial chileno. En este papel, Walker rápidamente se mostraba sólida en pantalla, con seguridad y prestancia a la hora de dar vida a un personaje de extrema relevancia para las Artes y la Literatura chilena.
Su periplo profesional continuaría con lo que sería su primera aparición en una teleserie, marcando así su debut en un producción masiva y de un corte tipo teleserie: Mamá Mechona (Canal 13). En 2014, en esa teleserie le tocaría interpretar a Paula Alcaíno, una estudiante de psicología ácida, crítica y aguda, algo rebelde, que enmarcaba a algo totalmente opuesto a lo que había sido su debut televisivo, con un personaje cuya personalidad no era la de una persona tímida, sino todo lo contrario, obligándola como actriz a inmediatamente tener que ampliar su capacidad de registro actoral, que sumado a su gran capacidad actoral y de adaptación le significó destacar en una teleserie que, lamentablemente, no obtuvo los resultados esperados, colocando su rostro y capacidad profesional velozmente en la palestra.
El gran salto de carrera lo daría luego de este fugaz paso por la ex estación católica llegando al que, hasta el día de hoy, es el canal líder de las teleseries de la tarde, MEGA, medio de comunicación donde debutaría en la teleserie de las 20 horas “Papá a la deriva”, interpretando a la superficial Bárbara González, realizando además su primer papel antagónico, permitiéndole adoptar otra faceta y enfoque a su trabajo, logrando aquí establecerse como parte estable de los elencos del canal privado.
Muestra de eso sería sus constantes apariciones, en dos teleseries consecutivas, como serían “Sres. Papis”, producción en que daría vida a la joven, exitosa y racional abogada Valentina Salamanca y, luego, en “Isla Paraíso”, haría una participación especial mientras se encontraba considerada para su rol actual en Yo Soy Lorenzo, teleserie en la cual encarna a Nancy Álvarez.
La carrera de Fran Walker ha estado marcada por su constante ascenso, capacidad de superación y una habilidad importante en cuanto al aprender haciendo, lo que le ha valido la posibilidad de, papel tras papel, teleserie tras teleserie, ir adquiriendo herramientas actorales y de “habilidades blandas” como la jerarquía o dominio escénico que la hacen ver como una sólida y ya consagradísima actriz a pesar de su juventud.
Ya sea en televisión o en teatro, Fran ha sabido ir traspasando las barreras propias del oficio actoral, del anonimato e incluso del manejo mediático para transformarse en actriz joven con más jerarquía a nivel de su capacidad profesional y una de las líderes de la ficción televisiva y teatral chilena del futuro.