Lo que más sorprende de “Lupin”, la nueva serie estrenada en Netflix a comienzos de enero, es la rapidez con la que logra atrapar a su espectador. Sin ser fanática de las historias de aventuras con esos pequeños toques de comedia, quedé atrapada desde el primer capítulo en la producción francesa de George Kay. Y es que este programa toma por sorpresa al espectador sin necesidad de grandes innovaciones o enredos de trama.
El hecho de que sus dos últimos capítulos estuvieran dirigidos por la chilena Marcela Said, en un género completamente diferente a sus producciones más tradicionales, también era un gran punto de interés para ver la serie. Porque más allá de los toques de comedia, resulta particular verla en una realización de aventuras sin el sello discursivo que tanto la caracteriza, como en “El Mocito” o “Los Perros”.
En un enfoque que se asemeja bastante a lo que podrían ser las recreaciones de Sherlock Holmes en pantalla (tanto la serie como las películas), o incluso la película “Knives Out” de Rian Johnson, “Lupin” juega con el status quo del misterio y la aventura, entregando un antihéroe que se inspira en Arsène Lupin, el ladrón de guante blanco creado por Maurice Leblanc, para vengar la injusta condena de su padre a manos de una poderosa familia.
En ese aspecto, la obra logra jugar con todos los códigos del género: Los buenos son buenos y los malos son extremadamente malos; la policía es extremadamente inepta; nuestro héroe siempre sale victorioso; y nunca resulta cuestionable que su oficio sea ser ladrón… incluso se considera lo moralmente correcto.
Desde su simpleza, su elenco, su claridad y su buena técnica fílmica, “Lupin” es la apuesta inesperada que se está tomando Netflix este enero -tal como lo fue en el último trazo de 2020 con “Gambito de Dama”– y que promete un buen comienzo en la oferta de la plataforma este 2021.
Omar Sy y su carisma
El punto mas alto de “Lupin” es el desplante actoral de Omar Sy al dar vida a su protagonista.
El casting de una serie o película siempre es importante. Pero en este caso fue fundamental, porque sin el carisma de Omar Sy esta serie habría sido completamente diferente…
Lo anterior sobre todo en este género, ya que es el protagonista quiene debe hacer creíbles todas aquellas hazañas inverosímiles. Así como en las novelas de Arthur Conan Doyle, es Sherlock el encargado de justificar la explicación lógica detrás de cada misterio, acá el rol recae en Assane Diop que pone su ingenio y carisma a disposición de sus propios intereses.
Y así como una mala representación de Sherlock Holmes arruina por completo los extraordinarios relatos de Doyle, la construcción de Assane Diop es fundamental para hacer de “Lupin” una trama entretenida y adictiva, en lugar de una serie inverosímil e infantil.
Omar Sy es el encargado de introducir tensión en cada capítulo y hacernos creer que fracasará en sus planes, solo para salir victorioso al último momento y aun así suscitar sorpresa en nosotros. Lleva a cabo una construcción sutil y viva de Assane Diop, y es esto lo que hace la serie tan efectiva.
Es el ejemplo perfecto del rol actoral de seducción en la pantalla, porque es algo que va más allá del guion y la construcción del montaje. Es algo que reside solo en su desplante actoral, y en su capacidad de atrapar al espectador y hacer que toda acción que realice sea extremadamente interesante.
Lo bueno y lo malo de Lupin…
Así como “Lupin” usa de lleno las claves del género, son esos mismos atributos los que implican sus pequeñas falencias a lo largo de sus 5 capítulos.
Como serie de aventuras parte a lo grande: el robo del collar de Maria Antonieta en el Louvre. La construcción y el montaje están hechos de manera milimétrica en el relato, en donde cada pedazo de información que se entrega viene en el momento preciso, acompañado de la imagen precisa. Por medio de flashbacks, que nos van ayudando a entender la vida del protagonista y sus motivaciones y transiciones inteligentes entre toma y toma, la serie toma un dinamismo que deja a su espectador perplejo.
No hay espacio para el aburrimiento. Todo se construye de manera entretenida, didáctica y liviana. Y es en esos momentos en donde la serie funciona a la perfección: en los pequeños trucos que realiza Assane para lograr sus objetivos, en los breves momentos de comedia, en el engaño y el desengaño constante con el espectador.
Pero esto implica que aquellos momentos en donde la serie intenta ser dramática no traspasen la pantalla. Los momentos contundentes no lo son y quedan cortos…
Si bien el pasado del personaje de Assane Diop se instala de manera clara, el extremo dramatismo de algunas escenas se vuelve innecesario. Y hace que la muerte de personajes importantes pasen de manera superficial, sin dejar una verdadera impronta en el espectador.
El referente en este genero quizás vendría a ser la serie “Sherlock” de la BBC, que es de las pocas producciones que logran balancear de manera casi perfecta la comedia, la aventura, el drama y el dolor.
Con ganas de más
A pesar de todo, lo cierto es que “Lupin” te deja con ganas de más.
Con solo 5 capítulos, culmina su primera parte con un cliffhanger excepcional, esperando el siguiente capítulo. Algo extremadamente difícil de lograr considerando que la gran mayoría de producciones cuentan con un desarrollo de 8 o 10 capítulos para construir ese nivel de intriga.
A través de una estructura tradicional del bueno contra el malo, de un antihéroe visto millones de veces que se vale de su ingenio para salir adelante en la vida, y de una ejecución técnica espectacular, la serie entrega algo novedoso y fresco.
Y partiendo el 2021 el mundo ya no puede esperar a finales de año para el estreno de los próximos 5 capítulos de una serie que en un comienzo aparecía como otro titular más dentro de Netflix.
Lo cierto es que con estos 5 capítulos “Lupin” nos muestra que una apuesta concisa, simple y coherente es más que suficiente para hacer una buena serie.
“Lupin” se convierte en el ejemplo perfecto de que a veces menos, efectivamente es más.
