Décadas atrás, específicamente en 1988, se prohibió en distintos lugares del orbe una de las obras más controversiales del director Martin Scorsese, The Last Temptation of Christ (La última tentación de Cristo), película basada en la novela homónima de Nikos Kazantzakis, que muestra a un Jesucristo más humano, con tentaciones, dubitativo, con miedos y, sobre todo, carnal.
La cinta gatilló la censura en países como Turquía, México, Argentina y también en Chile. No fue hasta el año 2004 cuando fue permitida en tierras nacionales, tras un extenso juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y ahora, incluso, está en YouTube y en Internet a tan solo un “par de clicks”.
Sin embargo, no fue la única película en la cual el ganador del Oscar en 2007 por Infiltrados desafía la fe. Entre sus temas predilectos en su catálogo, están vivir la fe y retratar su origen, existencia y fuerza. Por ejemplo, en el largometraje “Kundun“, que versa sobre Dalai Lama, y en Silencio, que muestra la persecución a sacerdotes jesuitas que difunden el cristianismo en Japón.
Pero la obra que más transgrede las creencias occidentales, sin duda, es La Última Tentación de Cristo, la cual proyecta a un Cristo que vivió como un ser humano común y corriente, se casó con María Magdalena, tuvo hijos, se separó y renegó de morir en la cruz para la salvación de todos.
Scorsese fue catalogado en algún momento como un hereje, en una sociedad cada vez menos creyente, ya que, según se criticaba, el director utilizó un tema sagrado y lo banalizó, algo que en los nuevos tiempos no sería tan renombrado. Tanto es la evolución cultural de este filme que actualmente, se encuentra en una de las plataformas digitales más populares como Netflix, democratizando el contenido.
Es una cinta con un guion creado por Paul Schrader (quién también escribió la conocida cinta de Scorsese, “Taxi Driver“). Con un elenco que destaca a Willem Dafoe como Jesús y también ligado a la experimentación en la fe con películas como el Anticristo. Simplemente, nos invita a dejar lo consciente y entregarnos muchas veces a lo desconocido, que a veces asusta.
Fue tal el impacto de la cinta a fines de los ’80 que en lugares como Francia, el 23 de octubre de 1988, un grupo de católicos integristas incendió un cine que proyectaba la película en el barrio de Saint Michel en París. En Filipinas y Singapur tan solo el 2010 fue levantada la censura a esta obra del intenso Scorsese.
Sin embargo, aún en estos tiempos, lo que se consideró una cinta de nicho, no deja de estar en un internet aún más democrático y alcance de todos. Impensado programar en la televisión abierta a Scorsese para una Semana santa, donde La pasión de Cristo y Jesús de Nazaret marcan pauta.