“Un cometa está pasando cerca de la órbita de la tierra y de su cola se están desprendiendo pequeños meteoritos que caen en la atmósfera terrestre, trayendo consigo en algunos sectores del planeta un patógeno desconocido”. Lo anterior es la sinopsis de “La Forma del Miedo“, y no, no se trata de una producción hollywoodense, sino de una película chilena, lo último del director Jorge Olguín.

Si bien son pocos los filmes chilenos que han incursionado en la ciencia ficción y solo uno el que ha combinado la sci-fi con el terror (nos referimos a “Solos“, también de Olguín), estamos ante una propuesta que tiene como referentes a clásicos del cine como “La Amenaza de Andrómeda” (1971) de Robert Wise, “The Thing” (1982) de John Carpenter o “Solaris” (1972) de Andréi Tarkovski, mas también una locación bastante chilena, como lo es el desierto de Atacama.

La protagonista de la historia es la nueva actriz fetiche del John Carpenter chileno, hablamos de Mayte Rodríguez, quien ya había colaborado con Olguín en el corto “Reverso” (el cual reseñamos y estrenamos en La Máquina). En este nuevo proyecto, la actriz interpreta a Elena, una joven tecnóloga médica que sufre de depresión y debe tomar un reemplazo en un alejado hospital ubicado cerca del desierto, para ello deberá dejar a su hija de 10 años a cargo de su madre, mientras en los noticiarios se anuncia que además de una pandemia, el paso del cometa está afectando las comunicaciones.

Al hospital llega un paciente grave infectado con el virus, creando una alarma donde un joven e inexperto militar, interpretado por Juan Carlos Maldonado (“Juegos de poder“, “El Príncipe“) a iniciar un protocolo de cuarentena. Las cosas se complican aún más cuando se pierden las comunicaciones y la electricidad, dejando al hospital aislado. Al poco andar se desata el caos, el virus se propagada descontroladamente, y el militar, consumido por el miedo, va perdiendo la cordura.

“Elena es una mujer muy aislada de la sociedad, absorta en su mundo laboral, en el hospital. Tiene un lado oscuro y una carencia emocional, la vida le presenta un momento para luchar por lo que ama y existe un desenlace muy interesante”, cuenta Mayte Rodríguez en entrevista con La Máquina.

Nada es casual en una película de la dupla Olguín-Campos. Así como pandemia y militares son dos temas que hemos visto hasta el cansancio en el último año, tampoco es azarosa la selección del desierto para ambientar la historia.

“Carol Campos (productora) es del norte, nacida en Chuquicamata y aparte tecnóloga médica, por lo tanto lo más honesto es desarrollar esta historia en ese lugar tan especial, considerando la analogía que se puede hacer de sus cielos estrellados con el mundo microbiológico”, explica el realizador.

Si todo sale bien, película tendrá entre sus locaciones escenas filmadas en Calama, Chuquicamata y San Pedro de Atacama.

Ya filmar el tráiler en medio de una pandemia fue toda una odisea. O en palabras de Mayte: “una locura, primero no solo por los protocolos y los cuidados, la falta de costumbre de no estar en sociedad, y también porque particularmente esta historia te lleva a pensar que irá a pasar más adelante, hasta donde vamos a llegar con nuevas mutaciones y pandemias que nos pueden hacer dar un giro de 180 grados en nuestras vidas de un segundo a otro, todo esto mezclado con el terror y la ficción… es casi surreal”.

El proyecto ya se adjudicó un fondo CORFO para filmar un teaser promocional. Una vez realizado, Olguín, junto a su esposa y productora Carol Campos, esperan encontrar inversionistas y/o coproducción internacional para financiar el proyecto y estrenarlo en 2022.