Los años ’70 pueden definirse como una época convulsa y atolondrada en cuanto a la vorágine incesante de grandes sucesos que marcaron la historia política y cultural de Chile. Primero, en 1970, Salvador Allende era elegido como el primer presidente socialista de tendencia marxista que llegaba al poder por la vía democrática. Casi tres años pasarían para que, en 1973, el 11 de septiembre, un Golpe de Estado iniciara la cruenta dictadura al mando de Augusto Pinochet.
Dentro de todas las persecuciones y matanzas que eran encabezadas por los aparatos de inteligencia del régimen -entes liderados por Manuel Contreras-, el mundo del arte y las culturas no se vio ajeno a esa realidad, artistas rápidamente eran perseguidos, acallados y más de alguna vez torturados y muertos, muchos de las más variadas disciplinas y tendencias.
Entre tantos actores, actrices, pintores, escritores y cineastas perseguidos, hubo dos que se llevarían de las peores situaciones relacionadas a muertes perpetradas por la dictadura de Pinochet hacia el mundo de las artes: Jorge Muller y Carmen Bueno.
Carmen Bueno (1950), era cineasta y actriz. Inició sus estudios superiores en la carrera de Teatro y Cine de la Escuela de Artes de la Comunicación de la Universidad Católica, siendo considerada una destacada estudiante, llevándola a empezar una temprana y promisoria carrera.
Su “debut” se daría como asistente de producción en diferentes filmes, entre los que se destacan “Cosita” (1971), “La Tierra Prometida” (1973) y “A la Sombra del Sol” (1974).
A pesar de ya contar con gran experiencia en su rubro y de tener algunas participaciones como actriz y de haber trabajado incesantemente como parte de los equipos de producción de ChileFilms, Carmen Bueno tendría la que, quizás, sería su mayor participación profesional, trabajando codo a codo con el reconocido cineasta chileno Patricio Guzmán en su documental titulado “El Primer Año” (1972), pieza audiovisual en la que retratarían la primera etapa del gobierno presidido por Allende.
Jorge Muller (1947), cineasta, director y fotógrafo. En 1970, entraría a estudiar Cine a la Universidad de Chile, donde encontraría su vocación.
Mientras todavía era estudiante, José Román y Diego Bonaccina, ambos profesores de dicha carrera, llamarían a Muller a que colaborara en la realización de un documental llamado “Reportaje a Lota”, el cual tendría un fuerte contenido social, marcando la carrera y vida de Jorge Muller, quien se dedicaría preferentemente a esta temática de realización.
Tras esto, Muller iniciaría una larga carrera que incluso lo llevaría a trabajar con Patricio Guzmán en el ya icónico reportaje documental “La batalla de Chile”, filme en el que se retratarían los días previos al Golpe de Estado. Luego, Jorge Muller, activo miembro del MIR, vería mermado trabajo como cineasta y realizador, consiguiendo un trabajo en ChileFilms.
El día del no retorno
Tanto Muller como Bueno, habían logrado alcanzar notoriedad en la escena audiovisual chilena de la época, trabajando a la par con cineastas como el ya mencionado Guzmán, Silvio Caiozzi o Raúl Ruiz.
La pareja, que había visto su trabajo perseguido por los aparatos de represión de la dictadura, encontraron una especie de refugio laboral en la potente realizadora ChileFilms, lugar al que se dirigirían a trabajar aquel 29 de noviembre de 1974, día en que mientras ambos fueron interceptados y secuestrados por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), quienes al estar en pleno conocimiento de quiénes eran estos destacados realizadores y el vínculo que los unía, decidieron separar sus destinos.
Mientras Carmen Bueno era mantenida secuestrada en Villa Grimaldi y Jorge Müller en Cuatro Álamos, ambos centros de detención y tortura, de los que nunca más volvieron a salir con vida…
Conmemoración y homenajes
En homenaje a ambos realizadores, este año se realizó un taller de sonido directo, ficción y documental, dirigido por Pablo Mardones y Carlos Arias. Posteriormente, se exhibió el documental “Descomedidos y chascones”, de Carlos Flores.
“Esta cinta, producida por el Departamento de Cine de la Universidad de Chile, indaga en la juventud de principios de los años 70 en sus diversas facetas, y debía ser estrenada el 11 de septiembre de 1973. Tras el golpe de Estado, temiendo la destrucción del material, Carlos Flores escondió la película en la Embajada Sueca, lugar en el que permaneció hasta 1980. En los años 80 comenzó a ser exhibida en muestras de carácter privado, así como en Madrid, Caracas, y La Habana. Fue reestrenada el 7 de septiembre de 2010 en el Teatro Antonio Varas de la Universidad de Chile”, explicaron desde el Museo de la Memoria.
Cabe mencionar que en conmemoración a los cineastas, en Chile se decretó como Día del cine chileno el 29 de noviembre.