Hasta que las tinieblas lo llamaron: Ozzy Osbourne ha muerto

Adiós, Príncipe de las Tinieblas, Ozzy Osbourne. Gracias por tu música, tus locuras y tu voz inconfundible.

El príncipe de las tinieblas finalmente ha vuelto a su reino. Hoy, martes 22 de julio de 2025, la familia de Ozzy Osbourne confirmó la muerte del ícono musical a sus 76 años

Su muerte ocurre a menos de tres semanas del festival tributo hacia “The Madman” y Black Sabbath, en el que al menos 13 bandas, de la talla de Metallica, Slayer, Guns N’ Roses, Tool (solo por nombrar algunas), fueron parte en el Villa Park.

En La Máquina te contamos más quién fue Ozzy Osbourne.

El Mito, su música y el legado.

Aunque no es este el momento para hablar de toda su carrera, sí es tiempo de venerar su figura. John Michael “Ozzy” Osbourne fue mucho más que el cantante. Fue un ícono, un símbolo generacional. Desde su irrupción con Black Sabbath, principalmente en los 70s, con canciones como Paranoid, War Pigs o Iron Man, todos clásicos, fueron capaces de crear un aura y atmósfera sonora única, densa y poderosa, tanto así que definieron su época y las bandas que vendrían tras ellos.

Tras su salida de Black Sabbath en 1979, inició una brillante era solista con himnos como Crazy Train o Mr Crowley, lo que lo consolidó como una figura global.

Pero todos sabemos que Ozzy era más que un músico. Su título de príncipe no era simplemente un apodo. La figura enigmática, su vinculación con lo macabro, los excesos y excentricidades (¿¿¿como morder la cabeza de un murciélago???) lo convirtieron en el hito que hoy celebramos.

Incluso fue tan visionario que su reality “The Osbournes”, a principios de los 2000, lo convirtió en un personaje entrañable para las nuevas generaciones que lo veían como un viejo buena onda.

Hoy, tras su partida a los 76 años, el mundo despide no solo a un músico, sino a una figura irrepetible. El Príncipe de las Tinieblas, el Padrino del Metal, deja un legado que nos taladra la cabeza con cada riff  y cada grito oscuro que él ayudó a forjar.

Adiós, Príncipe. Gracias por tu música, tus locuras y tu voz inconfundible.

Ojalá te encuentres con Dio(s). Y bueno… que pase lo que tenga que pasar.

Saludos a Mr Crowley!