“Babygirl” es una buenísima película de drama erótico que busca traer de vuelta ese olvidado género y lo hace de buena manera.
Hace algunos días, y gracias a los amigos de Diamond Films, pudimos asistir a una función privada de “Babygirl”, la esperada cinta erótica protagonizada por Nicole Kidman. En ella, la actriz personifica a Romy, una poderosa ejecutiva de una empresa de tecnología que, insatisfecha con la vida sexual que lleva con su marido, decide tener un fogoso romance con Samuel, su nuevo y joven pasante. Todo se complica cuando la pasión que sienten no puede ser controlada, y todo comienza a desmoronarse.
Si bien la película tiene buen ritmo y es atrapante, el marketing hizo lo suyo, ya que se siente demasiado inflada y no cumple con las expectativas generadas. Ahora se entiende la nula nominación de esta cinta.
En Revista La Máquina te contamos cómo es la cinta que podría estar nominada a los premios Oscar 2025 y que ya está disponible en salas de cine.
UNA CINEMATOGRAFÍA PARA APLAUDIR
La cinta está dirigida por Halina Reijn, conocida por haber dirigido la película de terror “Muerte, muerte, muerte”, y que ahora da un paso más grande con “Babygirl”, una película erótica y dramática que busca evocar esas inolvidables cintas noventeras, pero con un toque moderno y un empoderamiento femenino más notorio. Lo primero que debemos hacer es agradecer. Agradecer que esta cinta esté dirigida por una mujer, ya que, gracias a ello, la película no se siente forzada, con un personaje femenino degradante ni siendo utilizado, explotado o construido únicamente para situaciones que suceden en el imaginario masculino. Dicho esto, el montaje está bastante correcto, con muchos planos americanos, primeros planos a Kidman y una fuerte sensación de tensión sexual, química permanente y pasión desbordada. Muy bien logrado.
El guion es otra cosa. Como siempre aseguramos, es el alma del filme, y aquí nos entrega una notable construcción de un thriller erótico con suspenso, misterio, sexo y lujuria. El escrito toma de forma muy inteligente el juego de roles, la sumisión y el intercambio de poder. Porque primero la vemos dominante, luego completamente entregada, más tarde derrotada, y finalmente saliendo de las cenizas. El guion nos muestra un viaje sólido, con partes graciosas, pero que no deja de sentirse real, ya que presenta a una pareja que no conoce la práctica sexual de la sumisión y el BDSM, y que simplemente hace lo que les excita en el momento. Muy realista en ese sentido. Además, incluye símbolos que se convertirán en íconos de la cinta. Muy bien también.
Lo malo de todo es que quisieron jugar con el marketing, y no salió muy bien. En internet se decía que la cinta era tremendamente erótica, que Kidman paró las grabaciones por los numerosos orgasmos y mucho más. Claro, la cinta es erótica, pero no en ese extremo. A bajar las expectativas.
NICOLE KIDMAN Y TODOS LOS DEMÁS
La protagonista innata es ella. Una de las actrices más afamadas de la industria: Nicole Kidman, en uno de sus roles más demandantes. Aquí la vemos como una poderosa CEO de una empresa de tecnología, a quien todos esperan ver quebrarse mentalmente debido a la presión del puesto. Pero algo le sucede. Desde el minuto uno vemos su insatisfacción sexual, ya que su esposo no puede satisfacerla como ella desea ni cumplir sus fantasías. Es por eso que posa sus ojos en su joven pasante y todo se sale de control en un juego de tira y afloja, del gato y el ratón, y sobre todo, de poder y sumisión. Nicole nos entrega una actuación exquisita, pasando de una desinhibición profunda para saber lo que quiere y disfrutar del sexo, a verse sobrepasada y casi rogando al chico de turno por más. Transita por una gama de emociones tanto contenidas como excesivas, demostrando una vez más por qué es ganadora del Óscar. Tremenda.
Luego lo vemos a él, la estrella en ascenso: Harris Dickinson como Samuel, el joven y atractivo pasante que se convierte en un macho alfa y dominante. Harris nos demuestra sus excelentes dotes actorales porque siempre está confundido, pero entregado, pero dominante, pero indiferente. Aquí lo vemos como un joven que sabe que no debe involucrar sus sentimientos y nunca lo hace. Ejemplo perfecto del hombre que pone límites, pero luego los cruza y suele culpar a la chica por ello. Dickinson es un perfecto compañero para Kidman, y su química con ella es increíble. Se transmite la tremenda tensión sexual que tienen. Perfecto trabajo del dúo protagonista.
Y luego vienen los demás. Antonio Banderas interpreta al esposo de Kidman: un marido engañado, dolido, pero incapaz de darle a su mujer lo que quería en la cama. La comunicación es la clave de todo, y aquí vemos cómo lo da todo para sostener las bases de este matrimonio, no sin antes quebrarse por completo. Bien por Banderas. Por último, está Sophie Wilde, una trabajadora de la empresa que espera un ascenso hace mucho y que se convierte en la pareja de Samuel. No sin antes tratar de chantajear a la jefa, diciendo que sabe del amorío y que no pretende decir nada, pero que debe terminar con él y ascenderla. Una mujer manipuladora, inteligente y que sabe utilizar las cartas que tiene. Muy bien escrito el personaje.
“BABYGIRL” EN PALABRAS SIMPLES…
“Babygirl” es una buenísima película de drama erótico que busca traer de vuelta ese olvidado género y lo hace de buena manera. Con un marketing que le queda grande, pero con buenas actuaciones, se comprende que la cinta no tenga nominaciones y que solo Nicole Kidman sea su soporte. Aun así, cumple con su cometido y nos mantiene atentos. El deseo y la lujuria nunca se sintieron tan bien.