«Bendito Teatro» es una compañía de teatro profesional chilena con más de 10 años de trayectoria, formada por jóvenes en situación de discapacidad cognitiva, en su mayoría con Síndrome de Down.
He tenido la fortuna de presenciar el trabajo de «Bendito Teatro» y jamás se me viene a la cabeza la palabra “discapacidad”. Es más, en su diferencia está su magnetismo. Son actrices y actores fantásticos, capaces de encarnar una emoción con profundidad, empoderados, concentrados, con una conciencia impresionante de su cuerpo y del ritmo, tanto individual como colectivo. Histriónicos, arriesgados, mágicos. En la atmósfera se respira libertad. Sus montajes son provocativos y eso es fascinante. Lo que más destaco es que, por sobre todo, su interpretación es honesta.
Sus montajes están teñidos de un lenguaje teatral atractivo, un valor de la estética que queda plasmado en la escenografía y los vestuarios, una composición impecable y vibrantes universos sonoros que te invitan a viajar. Solo asistiendo a ver sus montajes, es posible dimensionar, la magnitud, la potencia y la profesionalidad de sus puestas en escena.
La Compañía detrás de “Bendito Teatro”
Carolina Carrasco, directora de «Bendito Teatro», en entrevista con La Máquina, afirmó que hace más de 10 años se sembró la semilla de lo que después se transformó en esta compañía.
Todo partió cuando la corporación “Alta Vida”, formada por padres y madres de jóvenes con Síndrome de Down del colegio Altamira, ubicado en Peñalolén, Santiago, se ganaron un proyecto en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), de integración profesional y social. A la corporación se les ocurrió producir una obra de teatro y llamaron al actor Fernando Gómez, que había interpretado en una obra dirigida por Andrés Pérez a Tomás (hijo de Malucha Pinto), quien tiene un daño cerebral severo. Fernando ya tenía acercamiento al mundo de la discapacidad. Como era un proyecto integrado, se integró a distintos jóvenes con discapacidad intelectuales e invitaron a tres actores profesionales, entre ellos Carolina Carrasco, actual directora de «Bendito Teatro».
En el proceso de montar la obra, se fue descubriendo cómo podían dialogar teatral y artísticamente con estas personas con discapacidad. Se fueron montando escenas que salían espontáneamente, siempre con mucha música, corporalidad y ahí se creó la obra “Qué bueno”, estrenada en Teatro Oriente. Gracias a esa experiencia, muchos padres y madres de los jóvenes les propusieron seguir con un taller de teatro porque vieron cambios importantes en sus hijos. Cambios tan importantes como la posición corporal, permanecer en silencio, concentrados, dialogar con otros. En este taller se fue generando un lenguaje teatral, una metodología donde la música era algo sumamente importante, gatilladora de emociones, de movimiento, de estado y juego, sobre todo, improvisaciones libres.

“Yo siempre tuve la inquietud de mostrar lo que hacíamos, encontraba tan interesante este nuevo lenguaje, lo que ellos hacían en escena. Desde su discapacidad se producía un lenguaje creativo, artístico, muy diferente, interesante y muy misterioso, costaba leerlo, pero era atractivo. Los actores y actrices iban creciendo, desarrollando habilidades, de lenguaje, movimiento, iban reconociendo sus capacidades, discapacidades, pero sobre todo esa discapacidad pasaba a ser en muchos tiempos un valor y eso fue lo que a mí me interesó, realzar eso, trabajar con eso. En la magia del teatro, en la construcción creativa, del discurso, de las imágenes, da lo mismo esa discapacidad”, relata la directora de “Bendito Teatro”, Carolina Carrasco.
Fue ahí cuando la figura cambió a compañía de teatro, con el objetivo de mostrar anualmente una obra de creación colectiva. Ensayar tres veces a la semana con la metodología de la improvisación, con música, training corporal, con la exigencia y la rigurosidad del teatro y así la compañía lleva más de 10 años. Ha montado obras como “El Peregrino”, “Los Andes”, “Unsale”, entre otras.
“Yo en el fondo soy como una esponja, todos los ensayos voy absorbiendo las imágenes, lo que ellos dicen, voy anotando, registrando, trabajamos con la repetición. Es un trabajo mancomunado, si bien yo dirijo, el trabajo surge de ellos”, afirma Carrasco.

La impulsora de “Bendito Teatro” también asegura: “Por eso a veces resultan obra como “Unsale”, donde yo recibo comentarios: qué oscura, qué fuerte, por qué tan triste. Y yo digo sí, pero por qué no hacer obras así. Siempre el prejuicio de los jóvenes con Síndrome de Down, parte de esta premisa de que son niños y que no entienden mucho, que como que les cuesta y que por lo tanto no captan lo que pasa en la realidad, entonces siempre tienen que hacer cosas lindas, amorosas, alegres, porque son tan tiernos, tan buenos, son angelitos de Dios. Las personas piensan que no tienen deseo sexual, que no pololean” .
“Hay personas que no pueden creer que ellos estén solos en el escenario, creen que hay alguien que les dice cuándo entrar o que les sopla los textos”, concluye.
Su directora manifiesta que hay dos carriles. Uno es su discapacidad y lo otro es lo profesional: “Defiendo lo profesionales que son, toman todas las herramientas, aptitudes de un actor y actriz profesional. Y por otro lado, su discapacidad se transforma en un valor, que tiene que ver con lo arrojados, desfachatados, valientes y honestos que ellos son escena. Todo lo que pasa en escena es maravilloso porque hay honestidad. Esa honestidad a veces puede llegar a incomodar al espectador, a provocar al espectador y a maravillar al espectador”.
“Yo con ellos he aprendido muchísimo, más que en la Universidad de Chile, yo los veo en su fuerza, su resistencia, la pasión que ponen en el trabajo, lo colectivo”, resalta Carolina Carrasco.
A la compañía se entra por audición, puntualiza la directora. “Hay que tener vocación, amor, resistencia y carácter para ser actor y actriz. Y yo eso les exijo y por eso audiciono, al igual como uno, no todos pueden ser actores y actrices, es simple. Hay que tener cierto temperamento, independiente de su discapacidad”, confirma.

Inclusión
Qué importante en los tiempos que corren hablar de “inclusión”, ad portas de una nueva Constitución en Chile, urge replantearse como sociedad, observarnos. Un nuevo Chile solo se podrán gestar en una sociedad inclusiva, pero no desde un discurso o un asistencialismo, sino desde lo social, en nuestra forma de relacionarnos con lo diferente. Se necesita que realmente se valore la diferencia, al momento de formar equipos, capaces de enfrentar nuevos desafíos con miradas nuevas que nos lleven a formas y soluciones nuevas. «Bendito Teatro» es un ejemplo de ello.
La inclusión no se sostiene solo en nuevas leyes, aunque también es necesario. Debe abarcar la agenda social, económica pero también la vida, el cotidiano, el mirar a los ojos a la diferencia, una real integración. En cuanto al arte, si no abarca todas las esferas de una sociedad y representa solo algunos, mejor no sea. Y «Bendito Teatro» trabaja con lo diferente.

–Carolina, ¿cuál es tu visión con respecto a la inclusión?
Yo creo que nos falta mucha educación con respecto al tema, nos falta mucha apertura, tolerancia, falta mucho trabajo en el ejercicio de tolerar, abrazar esas diferencias y trabajarlas, de manera creativa, de manera amorosa.
La inclusión depende de una realidad económica súper evidente, hoy existen muchas fundaciones que sí dan un real apoyo a personas con discapacidad, pero el tema es social, porque las fundaciones, nosotros, nos vamos quedando como una especie de ghetto, nosotros los inclusivos, pero el problema tiene que ver con algo social, la real integración, la real inclusión, tiene que ver con lo social. Con mirar al otro y reconocerlo en su discapacidad y reconocerlo como un humano diferente, como todos nosotros somos diferentes también.
Creo que cultural y socialmente, el mundo nos ha llevado a uniformarnos, a decirnos cómo tenemos que comportarnos, y si te comportas de cierta manera vas a ser exitoso, si no, no. Independiente de los movimientos paraestatales, siempre hay algo que manda que es el tema económico, el tema de la formalidad, la educación prusiana que tenemos, súper uniformada. Hemos recibido cierto tipo de información que nos lleva a vivir una forma de vida o mirar la vida desde un lado.
No es coincidencia que el mundo esté en crisis total, porque no es el estallido aquí en Chile, es en todo el mundo, en el fondo todos estamos cansados y queremos reconocernos en nuestra discapacidad, en que no lo hemos hecho bien, tenemos que mirarnos desde otro lado, mirarnos a los ojos, tenemos que abrazarnos, todos, todas y todes. Con discapacidad, sin discapacidad, pobres, ricos, más o menos. Estamos en un gran cambio de paradigma, eso es super interesante y creo que nosotros tenemos un rol fundamental, de visibilizar esa potencia de la discapacidad, esa potencia de los diferente.
Carolina Carrasco cuenta que el camino de “Bendito Teatro” ha sido complejo, en términos de ganarse fondos, de buscar espacios para presentar sus obras, “al parecer no somos, no sé… nadie me ha dicho el por qué no. Viene La Ribot, una bailarina y perfomance increíble española y alucina con Bendito Teatro, con sus actores y actrices y me pregunta por qué nunca han estado en Santiago a Mil. Y yo le cuento que nunca nos han invitado, nunca han ido a ver nuestras funciones, nunca”.
“Hemos hecho un camino muy under, un camino de… sigamos haciéndolo como podamos, porque nos encanta, nos fascina y es super importante. Y todo lo que se genera con la gente que nos va a ver, es super potente. Vamos a seguir trabajando y haciendo teatro”, afirma.

“Cómo me duele Chilito”
Vino la pandemia y «Bendito Teatro» tenía dos opciones: o seguían y se arriesgaban a descubrir cómo hacerlo, o Bendito Teatro entraba en pausa. Así lo manifestó su directora: “Eso significaba mucha energía disipada, olvido de metodología, quietud intelectual, física, emocional. Era soltar algo demasiado importante, para todos, sobre todos para ellos“.
Decidieron comenzar a ensayar por la plataforma Zoom. “Empezamos a trabajar con las dificultades que significa el formato y ha funcionado tan bien que montamos esta obra “Cómo me duele Chilito” todo grabado por zoom, hicimos efectos especiales, con música, está increíble. Además, tomando la pandemia, el estallido social, a mi eso me interesa como directora, que ellos pongan su voz con respecto al mundo, que se permeen con lo que pasa en el país”, confirma la artista.
“Cómo me duele Chilito”, se presentará este 5 de diciembre a las 20 horas de Chile, en el Octavo Encuentro de Artes Escénicas Inclusivas “Otros territorios”. El festival online será trasmitido de México al mundo. La entrada es liberada, con aporte voluntario.
Más información en: https://otrosterritorios.com/como-me-duele-chilito/
“Cómo me duele Chilito” Dirección: Carolina Carrasco Asistencia de Dirección: Adriana Castro Producción General: Luisa Castillo Elenco: Claudia Gutierrez, Constanza Sanhueza, Daniela Testa, Felipe Cortina, Javiera Godoy, Jesus Salcedo, Lautaro Correa, Marcelo Humeres, Mario Lathrop, Francisca Perl, Pedro Avila, Rodrigo Hidalgo