“Ser chileno y pronazi nos parece algo cómico”: Dupla León y Cociña desnudan el surrealismo de “Los Hiperbóreos”

Cristóbal León y Joaquín Cociña revelan los secretos de Los Hiperbóreos y sus colaboraciones con Thom Yorke y Ari Aster.

Cristóbal León y Joaquín Cociña han cosechado un notable éxito a lo largo de su carrera. Desde 2007, han trabajado juntos en una amplia variedad de proyectos que abarcan animaciones, videoclips, esculturas e instalaciones artísticas. En 2018, presentaron su largometraje La Casa Lobo, considerado una de las mejores animaciones de la historia del cine. Además, han colaborado con destacados artistas internacionales como PJ Harvey, Thom Yorke y el director Ari Aster. Su cortometraje Los Huesos, estrenado en el 78° Festival de Venecia en 2021, fue galardonado con el premio Orizzonti a Mejor Cortometraje. Más recientemente, contribuyeron con segmentos animados en la película Beau tiene miedo, protagonizada por Joaquin Phoenix.

León y Cociña se han establecido como referentes del cine experimental, y su más reciente trabajo, Los Hiperbóreos, reafirma su posición como innovadores en este género, que ya puede ser vista en salas de cine en el país.

“Los Hiperbóreos” explora las controvertidas ideas del poeta Miguel Serrano, combinando surrealismo y esoterismo. La película sigue a Antonia Giesen, actriz y psicóloga, mientras filma un guion transmitido por el fallecido Serrano. Durante el rodaje, su personaje, una policía, se enfrenta a una distopía y realidades paralelas para recuperar una película robada, descubriendo un secreto que transforma su vida.

En Revista La Máquina, tuvimos la excelente oportunidad de entrevistar a estos grandes directores y conocer su extravagante estilo tras el estreno de “Los Hiperbóreos”.

¿Qué desafíos tuvieron al grabar Los Hiperbóreos?

Joaquín comenta al respecto: “Es que este es nuestro primer largometraje con una actriz y con un actor, por lo tanto, yo diría que las dificultades… o sea, por un lado, no tenemos mucha comparación. Yo no sé cómo habría sido rodar esa película sin tenerlo abierto al público, y la mayor dificultad yo creo que era esa: enfrentarnos a un rodaje que, en vez de ser un rodaje de animación —que puede durar todo lo que tenga que durar—, en realidad no es un rodaje propiamente tal. En animaciones, es como ir al taller a pintar todos los días, pero con resultados de animación, y no de pintura. En este caso, teníamos la presión, para bien y para mal, de tener un equipo de 40 personas, o de 30 y tantas personas, un rodaje con tiempo más acotado, como con todas las presiones de ir cumpliendo metas día a día”.

Quisiera saber por qué tomaron la inspiración de aquella historia del poeta y diplomado Miguel Serrano, conocido por sus creencias esotéricas y neonazis. ¿Siempre pensaron que esto sería así?

Joaquín: “Solo una acotación: no es neonazi, era pronazi, porque era suficientemente viejo. No ‘neo’. Solo que se quedó ahí. Hay una dimensión de nuestros trabajos, ¿cierto?, que es política”. Cociña especifica más sobre el tema: “No todos, pero muchos. Y, en general, tratamos de encontrar la gran pregunta de qué significa ser arte político. Yo la encuentro no obvia. Es decir, cómo meterse en la política a través del arte, o cómo alimentar una obra de arte desde su contexto político. Para mí, cada trabajo que hacemos es un intento de respuesta a eso”.

Cristóbal complementa la respuesta: “Sí, yo creo que, bueno, nos parece un personaje… o sea, dicho más claramente, nos parece un personaje fascinante. Por un lado, tiene una dimensión súper ridícula, patética. Miguel Serrano tiene esta cosa de ser chileno y nazi, lo cual yo creo que a Joaquín y a mí nos parece algo cómico. Son ideas como súper poco conciliables: el ser latinoamericano y ser nazi. Pero, por otro lado, es fascinante. Nos parece chistosamente patético el personaje. Entonces, creo que nos produce una confusión. Yo creo que el arte siempre nace de una confusión más que de una certeza. Y este personaje nos confunde, nos desafía. Por eso nos interesa.”

Cristóbal, ansioso, añade: “Voy a rellenar con algo más. Podemos hablar mucho. Yo creo que hay otro tema. No era algo que tuviéramos muy articulado en el momento en que estábamos pensando la película ni haciéndola, pero ahora, en retrospectiva, se me hace muy evidente que estamos en un periodo histórico donde presenciamos la crisis de la democracia. Estamos viendo una especie de declive del proyecto occidental. También la ruptura de la idea de izquierda y derecha, tal como las conocíamos, desde el eje político en el cual hemos vivido toda nuestra vida.

“Podemos hablar mucho. Yo creo que hay otro tema. Yo creo que no era algo que tuviéramos muy articulado en el momento en que estábamos pensando la película ni haciéndola, pero que ahora en retrospectiva se me hace muy evidente que estamos como en un periodo histórico de como presenciando la crisis de la democracia, estamos presenciando una especie de declive del proyecto occidental, estamos presenciando como también la ruptura de la idea de izquierda y derecha, tal como las conocíamos, como desde el eje político en el cual hemos vivido toda nuestra vida”, concluye Cristóbal.

Cristobal León (izquierda) y Joaquín Cociña (derecha).

¿Qué significa para ustedes el haber trabajado con grandes artistas y estar en la zona de los artistas más innovadores de los últimos años?

“Gracias. No sé si nos estaba diciendo a nosotros que éramos los más innovadores, pero muchas gracias por eso”, menciona León, quien añade: “Por un lado, nos despierta orgullo, y también un poco de morbo. En el caso especial de Thom Yorke (vocalista de Radiohead), voy a hablar porque es alguien que hemos admirado desde nuestras adolescencias. Estar reunidos con él fue algo que nos puso súper nerviosos, pero también súper contentos. Fue algo lindo, la verdad.”

Joaquín Cociña añade: “Yo creo que es un empujoncito para seguir. Pero la verdad, igual nosotros somos un poquito… O sea, pasamos por todos estos sentimientos que comenta Cristóbal, pero nos subimos rápido al carro de entender que, para trabajar con alguien, tienes que trabajar como de igual a igual. No puedes estar pensando que lo estás admirando, ¿cachai? Entonces nos ponemos ‘barsas’. Asumimos que está bien, que es nuestra pega, que estamos colaborando. Pero creo que somos medios sueltos de cuerpo para eso, lo cual encuentro bueno también. No puedes estar trabajando nervioso todo el rato.”

¿Sienten que esto es el primer escalón para seguir subiendo en su carrera, avanzando?

Joaquín: “Mira, no sé si en términos de carrera, pero creo que hay dos cosas muy positivas de Los Hiperbóreos. Una es que fue una manera estratégica de salir del mundo de la animación, al menos a medias, para no estar solamente vinculados todo el tiempo a la animación. Igual es una película súper hecha por cabezas de animadores, si tú miras los efectos y la lógica de cómo se desarrollan las cosas. Entonces, en ese sentido, es una película que nos permitió conocer cómo trabajar con alguien como Antonia (Giesen) y Pancho (Francisco Visceral).

¿Tú, Cris?- Joaquín pasa el manto de la respuesta-

“Es bacán que ahora haya gente, mucha gente joven y no tan joven, haciendo cosas parecidas a las nuestras. Alguien me dijo: ‘Esta película no se parece en nada a las anteriores, pero tiene todo el espíritu de ustedes’. Para mí, eso fue un súper lindo halago. Significa que no estamos amarrados a una manera de trabajar”, asegura León.

Crítica | Los hiperbóreos

Para ustedes, ¿qué significa que esta esencia tan extravagante, se podría decir, en sus cintas llegue a tanto público? Estas ideas de la animación, combinar animación con vida real, contando historias así de bizarras, tal vez, están llegando a mucho público.

“Yo no podría decir si llegan a mucho público o poco público —contestó Cristóbal de inmediato—. Lo que sí, a mí me llena de satisfacción y orgullo. Y lo pudimos ver en Valdivia, sobre todo. Creo que en las funciones que tuvimos en el Festival de Valdivia se llenó de estudiantes de cine, y nos pudimos dar cuenta de que estos estudiantes de cine nos tienen como uno de sus referentes. Y eso fue súper bonito”.

“Creo que también ver que hay gente 20 años mayor que tú que está haciendo algo que tú admiras, que ha construido una carrera que tú admiras, es emocionante —continuó Cristóbal, dando una opinión nostálgica—. “Yo creo que nosotros no teníamos tanto eso cuando empezamos como artistas y cineastas. No había una escena. No estoy hablando solo de nosotros; estoy hablando de la escena en general que ha crecido en el cine chileno. Es bacán ver que hay referentes. Yo pienso en los que yo admiraba, y se me ocurren pocos”.

León continúa mencionando: “Aplaplac, por ejemplo, o no necesariamente Aplaplac, pero el grupo de Plan Z, por ejemplo, eran artistas un poco mayores que nosotros, a quienes admirábamos muchísimo y que inspiraban lo que estábamos haciendo. Pero no había una escena robusta, de muchos artistas colaborando entre ellos, y eso me llena de felicidad”.

“No sé qué siento al respecto —comentó Joaquín—. Obvio que me siento igual que Cristóbal, me siento súper bien. Y, de hecho, voy a volver a lo que Cristóbal comentaba de Valdivia. Por primera vez tuvimos un estreno donde pudimos ver gente que iba a ver nuestros trabajos, que eran como seguidores de nuestro trabajo. No nos había pasado antes”.

“Conocíamos personas que ubicaban nuestro trabajo, teníamos amigos, algo de visibilidad con otras cosas, pero con La casa lobo nos fue bien, aunque no en el estreno, digamos, sino después, por razones obvias. Antes no existía algo así. Fue súper lindo. A mí me alegra también, como hay algo, hay algo muy particular del cine chileno. Esto lo digo yo”.

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¿Qué proyectos más se vienen post “Los Hiperbóreos”?

“Se vienen dos proyectos principales —se dirigió Cristóbal—. Uno se llama La Plaga, que vamos a filmar nuevamente en Matucana 100 durante marzo, abril y mayo. Nuevamente protagonizada por Antonia Giesen, es una película de ficción, nuestra primera película donde todos los personajes están representados por actores y no por muñecos” —aclaró Cristóbal y comentó sobre otro proyecto…

Y tenemos otro proyecto que se llama Hansel y Gretel, que es un proyecto completamente de animación. Entonces, La Plaga continúa un poco lo hecho en Lo Hiperbóreos, y Hansel y Gretel retoma un poco lo hecho en La Casa Lobo. Esos dos proyectos son Hansel y Gretel, y uno de los productores es Ari Aster —finalizó Cristóbal—.

“Los Hiperbóreos” está disponible en salas de cine en Chile.

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