Cuando nacen ideas, en primera instancia, poco plausibles y aceptadas dentro de los cánones creativos, normalmente las burlas, negatividad y risas abundan. Hay ejemplos cinematográficos en los que sí están justificadas estas acciones jocosas, como lo fue con “Pixels” o “Emojis”, llevando a un campo minado estas creaciones.
No obstante, también hay excepciones. Uno de ellas fue ‘Angry Birds’ de 2016, la que, con cierto prejuicio, tuvo un aura de suspicacia tanto para la crítica como para los espectadores, debido a que, por historia y casi antonomasia, las películas que adaptan videojuegos son MALÍSIMAS y no respetan la esencia de aquellas ideas. Pero este filme se salva de aquella categoría en cierta medida.
Angry Birds no solo fue construida como una cinta animada infantil, sino también tuvo un argumento con tintes adultos que, curiosamente, son más contingentes que en el año de estreno: la inmigración, los derechos sociales y la corrupción.
Elementos que, lamentablemente, su secuela no contiene.
‘Angry Birds 2’ es la segunda entrega de la película basada en la serie de videojuegos móviles de lógica desarrollados por Rovio Entertainment en 2009.
A diferencia de la primera cinta (2016), esta es dirigida por Thurop Van Orman (Home: Las Aventuras de Tip y Oh) y no por Clay Kaytis con Fergal Reilly (The Christmas Chronicles y Open Saesson); es guionizada por Peter Ackman (La Era de Hielo 3: El Origen de los Dinosaurios).
Esta secuela nos cuenta que Red, el pájaro protagonista, es muy querido por toda la pajaridad de la isla, sin embargo tiene el problema de no poder controlar su ira. En esta ocasión no está del todo controlado y sigue manteniendo su carácter serio y malhumorado pero más sarcástico y, por supuesto, su ego altanero.
“Angry Bird 2” es directamente la continuación de los eventos ocurridos en la primera parte, esta vez con Red convertido en un héroe total y formando alianza con su principal rival, Leonard, para combatir las amenazas provenientes de una nueva isla cubierta de hielo.
Al haber un tregua entre la Isla Pájaro e Isla Cerdito, Red se ve afectado por la carencia de sentido de su trabajo, ya que su deber era mantener las cosas en orden. La tregua fue propuesta precisamente por Leonard; ¿el motivo? – Zeta, una ave despechada que busca su propio placer y comodidad.
Quien se roba la mayoría de las risas es Chuck, el ave amarilla que posee la gran habilidad de moverse extremadamente veloz. Él protagoniza las escenas humorísticas de toda la cinta, empero juega un rol importante para el desarrollo de la trama al igual que el nuevo personaje que presenta, Ella, su hermana; una inteligente paloma blanca ingeniera, quien ayuda a Red con sus problemas emocionales y además le enseña la importancia del trabajo en equipo.
¡El mensaje es claro! Angry Bird 2 es una comedia animada que te muestra la importancia de saber trabajar en equipo y no subestimar las habilidades de otros, porque pueden ser de mucha ayuda.
El orgullo de Red lo lleva a querer ser el “héroe solitario”, sin embargo el potencial de aquello es que no le es fácil lograrlo sin la ayuda del equipo, y parte fundamental de esta es Ella quien intenta recabar en las emociones que nuestro protagonista comprime.
Trata de ser una película en la que en todo momento es hilarante, en ocasiones los chistes son los mismos que hemos visto en muchas animaciones anteriores como las que se pueden ver en el tráiler, sin embargo esto no resulta molesto ya que siente como un humor clásico y no repetitivo o poco original.
No obstante, esta secuela termina cayendo en la categoría de “más de lo mismo”. No hay ninguna variación positiva en comparación a la primera parte, en especial con las subtramas y subtemas que confluyen desde el comienzo al desenlace. Es un cúmulo de humor y de personajes medianamente entrañables.
¿Es para ir con los niños? Absolutamente. ¿Te dejará pensando en alguna moraleja moral? Para nada. Pero obviamente, la idea base de Angry Birds es desconectarse unos minutos de la cotidiana sociedad repleta de luz gris.