Reseña | “James Bond: No Time to Die”: El correcto pero imperfecto cierre para el Bond que se salió del molde

Una de las películas más esperadas para este año era lo nuevo de James Bond y, por consiguiente, lo último de Daniel Craig en la piel del mítico agente (de hecho ya están buscando a su reemplazo). Y después de tantos retrasos debido a la pandemia de Covid-19, al fin tenemos su resultado final. “No Time to Die” llegó a las salas chilenas, con asombrosas escenas de acción, un James Bond en su máximo esplendor (o trata de estarlo), chicas Bond a la altura de la ultima película y un villano que es el máximo problema de la cinta.

Así nos encontramos con una buena película, un correcto cierre de la saga liderada por Craig… Pero algo sucede: no ofrece nada nuevo, pareciera que todo ya está visto… ¿Cuando no ha sido así con una película de acción de Bond? Quizás debió entregar mucho más, pero solo es un digno cierre que, definitivamente, pudo ser mejor.

La cinta trata sobre un James Bond ya retirado y tratando de forma una vida “relativamente normal” con su mujer Madeleine, pero todo eso se ve afectado cuando asesinos a sueldo de SPECTRE van por la pareja. Así Bond cree que Madeleine lo traiciona y la deja. Cinco años después, Bond deja su retiro luego de enterarse sobre el Proyecto Heracles y del poder que tiene este peligroso virus al tacto, y con la nueva agente 007, deciden ir en busca de su fabricante y poder salvar al mundo de la inminente infestación.

Sabiendo aquellas credenciales, analizaremos ‘No time to die’ con todos sus elementos que la posicionan entre las mejores del Agente 007, pero también las que degradan su posibilidad de estar en el podio.

La cinematografía: Lo mejor de la cinta

Debemos subrayar, en primera instancia, que esta película pertenece al género de acción y, siendo el cierre de Bond, se espera que las escenas sean impresionantes y que bordeen lo perfecto. Gran acierto, pues la cinematografía de la cinta es lo más logrado. Las secuencias de acción son espectaculares, todo está ejecutado a la perfección y todo es grandilocuente. En pocas palabras, todo es muy Bond.

La dirección de la cinta pertenece a Cary Fukunaga, director y productor de la brillante serie “True Detective”, convirtiéndose la nueva aventura del Agente 007 es su tercer largometraje. Llegó a la dirección de este filme después de la abrupta renuncia del prestigioso director Danny Boyle, argumentando “diferencias creativas”. Aunque muchos podrían pensar que no tiene la experiencia suficiente para dirigir una cinta tan esperada como esta, debemos decir que no lo hace nada de mal. Si bien al principio del filme parece ser una dirección desordenada en cuanto a planos, luego se redime y opta por usar planos típicos de películas de acción bastante bien ejecutados.

Cuento aparte es el guion. Porque aquí la cinta toma apuesta por Bond, Bond y más Bond y deja a todos los demás detrás. Pareciera que ningún personaje más allá del principal va a tener un desarrollo o tridimensionalidad, y asume que ésta cinta es la última de la saga y por ende, solo James Bond tiene que brillar (y tener los mejores textos para poder hacerlo). Los demás tuvieron que hacer lo mejor que se puede con lo que se les entregó y si bien se agradece los giros de guión, no fue suficiente. Sobre todo después de que el mismo director asumiera que seguía escribiendo el guión en la etapa de post-producción de la cinta, y que luego se dio cuenta de que “hay escenas en dónde Ralph Fiennes y yo nos preguntábamos porque estaba diciendo esos textos”. Con eso se explica todo.

Aplausos de pie para Daniel Craig

Bond. James Bond. Una de las frases más icónicas del cine y a la que Daniel Craig estará enlazado para siempre. Con ésta entrega se despide del personaje más importante de su carrera y el que lo lanzó a la fama internacional. Cuando lo vimos por primera vez, en “Casino Royale” (cinta que, por lejos, es la mejor de esta saga, junto con la aclamada “Skyfall”) se encendieron las alarmas. Este actor rubio, de ojos azules y mirada penetrante era el nuevo Bond y no todos estuvieron contentos con su elección. Pero bastó verlo en acción para que todas las opiniones cambiasen. Pero este Bond era diferente, se salió del molde completamente. No hay inspiración en ninguno de sus antecesores, y saben por que? Este Bond es humano, frágil, depresivo y enamorado. Nos impresionábamos cuando lo golpeaban a diestra y siniestra y los villanos, al final, se salían con la suya de alguna u otra forma. Sufría por amor y en ésta última entrega, pedía a gritos formar una familia y estar tranquilo.

Esta nueva cinta ésta hecha para que el brille y lo hace sólo como el sabe hacerlo. Lleva esta cinta a sus hombros y no le pesa porque lleva más de 10 años haciendo lo mismo. Pero no lo hace como los demás. No siempre está seguro, sufre por ser traicionado y no lograr su gran objetivo: Amar, ser amado y dejar de ser el agente 007 para ser sólo Bond. James Bond, padre de familia. Craig humanizó lo que ninguno antes hizo, y que si bien es seductor, viril, sensual y sexual también mostró un atisbo de bisexualidad en “Skyfall” (esa memorable escena con Bardem… Dios Mio!) algo impensado para el personaje de Bond. Pero él lo hizo. Se atrevió y le dio una tridimensionalidad única. La vara está demasiado alta porque nadie quiere que retroceda el tremendo personaje que construyó Craig. Pero que venga el otro, porque quizás sea diametralmente opuesto.

Craig brilla solo. Que Bond tenga un buen viaje.

El elenco, complemento perfecto para Craig

Si bien el (a veces) débil guion de No Time to Die no ayudó a todo el elenco, hay algunos que salieron bien parados. Como por ejemplo la pequeña pero satisfactoria participación de la actriz Ana de Armas, que brilla por su talento y belleza dándole el toque cándido a la cinta. A ella se suman el siempre brillante Ralph Fiennes, Naomie Harris como la nueva 007 y la siempre destacada Lea Seydoux, que con su personaje de Madeleine, logró meterse bajo la piel de Bond, siendo su eterna enamorada, a tal punto que el agente le confiesa que “siempre la va a amar, no importa que”.

Pero algo salió mal. El villano es un problema grave para la cinta. Y no lo digo porque logró ponerle problemas a Bond (como ya saben, en estas versiones de Bond el villano siempre se sale con la suya o le hace un significativo daño al protagonista) sino que no logra transmitir nada en la película. Rami Malek fue el escogido como el último villano de esta saga y su trabajo fue bastante decepcionante. Estas cintas han tenido grandes actores que son sus antagonistas como Javier Bardem, Christoph Waltz o Madds Mikkelsen y ahora la posta la tomaba Malek.

Pero sucede que en ningún momento se asume que este hombre le pudiera hacer un daño real a Bond y en algunas ocasiones no transmite emociones ni la gravedad de la situación en la que vive. Si bien el guión le hace un flaco favor a Malek, pareciera que el actor no tiene energía y solo esta diciendo sus líneas de manera neutra y con una pasividad que impacta en el mal sentido. Quizás era una buena elección de casting, pero la ejecución quedó la debe.

En palabras simples…

“No Time to Die” es un correcto cierre para una de las sagas mas famosas y populares del mundo. Quizás tenía una gran presión por ser la última entrega y esperábamos algo más. No es atrevida y no ofrece nada nuevo pero sigue la línea de todas las demás: Cumple con la acción, giros de trama y con ese Bond que se fue convirtiendo en un ser humano. Y ahora tiene su digno final.

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