Placebo volvió a Chile, revivió a los góticos y brindó un show de alta factura, pese a una cuestionada elección de canciones

Placebo en Chile fue una cita que si bien fue magistral, se sintió incompleta a ratos, pues la falta de temas clásicos no pasó desapercibida.

Placebo es una de esas bandas que te hace viajar en el tiempo y, pese a que suene cliché, efectivamente se siente así. El clímax de los británicos llegó entre fines de los 90s y principios de los 2000s, aquellos años entrañables en que los fans pasaban de la adolescencia a la temprana adultez, con muchos miedos e inseguridades, pero con una playlist envidiable que servía como el mejor refugio para esa transición.

Esa misma banda, liderada por Brian Molko y Stefan Olsdal, volvió a Chile tras largos 10 años, ofreciendo un concierto (el primero de dos), en el Movistar Arena, que no contó con la mayoría de clásicos, lo que no quiere decir que fue una mala elección del setlist; pero indudablemente, aquellos fans a los que hacíamos referencia (los primeros fieles), y también los más jóvenes, se quedaron con las ganas de escuchar en vivo ‘Every You Every Me’, ‘Meds’ o ‘This Picture’. Una propuesta novedosa, pero que roza el egoísmo, teniendo en cuenta la década en que los exponentes del rock alternativo estuvieron alejados de este pedazo de tierra llamado Chile.

¿Cómo fue el show de Placebo en Chile?

¿Por dónde se parte? Suponemos que desde el comienzo. Y en esa línea, el concierto partió puntual a las 21:00 horas y el público gritó apenas pisaron el escenario, teniendo de advertencia el uso constante de los celulares durante el show, ya que la banda -Molko, principalmente- considera que utilizarlos para grabar es una práctica que no respeta el espectáculo ni a los espectadores que quieren ver el concierto sin interrupciones.

 

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Pues bien, todo se dio de gran manera; el bajista Stefan Olsdal aportaba con coros realmente buenos. Una voz aguda que sorprendía para su tamaño. De esa forma, uno de los mejores momentos fue ‘Happy Birthday in the Sky’, que Molko le dedicó a su hermano con un potente drift de guitarra.

El grupo se dedicó a repasar, casi en su totalidad, su último álbum de estudio: ‘Never Let Me Go’ (2022), un disco que puntualiza en esta nueva etapa de la banda y con ello, nuevos aires para la propia agrupación.

El concierto duró cerca de dos horas y sonó perfecto. Un deleite, tanto musical como visualmente. Por si fuera poco, para la anécdota, Molko habló en un impecable castellano con el público, generando un vínculo especial con la alocada audiencia.

Las tres décadas de carrera de Placebo quedaron plasmadas en el escenario. Sin embargo, el experimento del setlist privó a sus fanáticos de escuchar algunas de sus canciones favoritas y de disfrutar la experiencia al máximo.

En conclusión…

Es verdad, el legado de Placebo en Chile es algo que no se puede negar, siendo su música parte intrínseca del desarrollo, incluso a nivel social, en el país, principalmente durante los primeros años del siglo XXI. Hoy, como lo fue en algún momento, los góticos, los murciélagos resilientes, fueron protagonistas. Pasado y presente… con Placebo sonando de fondo.