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‘Lina de Lima’: La apuesta feminista del cine chileno que busca un sitial en la historia

«Lina de Lima» es el primer largometraje de ficción de la directora chilena María Paz
González
, cinta que estuvo en la búsqueda de una postulación para representar a Chile en los premios Oscar. Como sabemos, no es la única cinta chilena que fue por un sitial en la noche más importante del cine, ya que «Tengo Miedo Torero», «Pacto de Fuga» y «El Agente Topo» también sonaron con mucha fuerza, siendo esta última la seleccionada para esta misión. Sin embargo, «Lina de Lima» de igual forma tuvo credenciales de sobra para ser una propuesta, con el fin de traer el tercer galardón dorado a tierras nacionales.

«Lina de Lima» tuvo su estreno mundial en el Festival de Toronto, junto a un recorrido por los certámenes cinematográficos de Miami, Palm Springs, el Festival de Mar del Plata y el Festival de Valdivia, instancia donde obtuvo el premio a Mejor Película Nacional. Su estreno en Chile, no obstante, se vio pospuesto por la crisis sanitaria. Es más, tenía fecha para estar en salas nacionales el mismo fin de semana cuando todo comenzó.

De todas maneras, su estreno digitalmente está fechado para el próximo 5 de diciembre.

¿Qué deslumbra en “Lina de Lima”?

«Lina de Lima» narra la historia de Lina, una mujer peruana que trabaja como empleada doméstica en Chile para apoyar a su familia a la distancia. Su realidad es la de muchas mujeres migrantes que se ven separadas de su familia, con tal de poder enviarles dinero para un mejor pasar.

Este año Lina se prepara para viajar a Perú, como cada Navidad, a ver a su hijo adolescente. Sin embargo, sus preparativos se ven afectados por un inconveniente en el trabajo y la falta de interés de su hijo. Lina siente que su presencia ya no es tan fundamental y necesaria como ella pensaba. Es ahí cuando Lina decide no viajar a Perú y emprender un nuevo viaje: el de ella misma.

De los aspectos más destacados de la obra (escrita y dirigida por María Paz González), es cómo abordan la realidad migrante, que usualmente es retratada en películas desde las contrariedades e injusticias vividas por la xenofobia, realidad que es necesaria visibilizar y que lo han hecho brillantemente películas como «Perro Bomba» (Juan Cáceres, 2019).

En «Lina de Lima» podemos ver la precariedad, la soledad, la presión por enviar dinero, el arraigo con sus raíces, pero el centro no está puesto ahí, sino en la tenaz personalidad de su protagonista, interpretada por la actriz y cantautora peruana Magaly Solier. Lina no es una víctima de la sociedad, más bien es una mujer empoderada, determinada, arriesgada, moderna, que se abre al placer, a explorar su sexualidad, a reinventarse y gozar de la vida.

En La Máquina conversamos en exclusiva con su directora María Paz González, quien nos contó acerca de la construcción del personaje de Lina.

El personaje de Lina surgió de muchas conversaciones con mujeres migrantes que conocí en negocios, en la cocina de las casas donde trabajan, en karaokes, celebraciones peruanas e incluso en salas de embarque de aeropuerto. Fue un trabajo de sumergirme en sus vidas, conocí sus piezas, llevé encargos a sus casas en Perú y también conocí a las familias que dejaron en Perú. Conversando me contaron cómo llegaron, lo que vivieron y también como cambiaron en todo este tiempo…de ahí surgió esto como una ficción…porque yo partí haciendo un documental. Por eso Lina es un personaje que se construye a partir de una realidad que existe y donde nunca sentí que las mujeres fueran víctimas. Personas que habían sufrido, sí, es evidente que migrar es difícil, pero eso solo las hizo más fuertes, independientes y empoderadas a pesar de que internamente cargas miedos, dolores y culpas que muchas veces no confiesan. Ese lugar me pareció muy lindo para hacer una película“, afirmó María Paz González.

María Paz González, directora de la cinta junto a su protagonista Magaly Solier. Fotografía: Sengo Pérez

Otro aspecto a destacar es la propuesta de «Lina de Lima», ya que es un “dramedy musical”. Villancicos, cumbias y boleros rompen con el naturalismo de la película y nos permiten apreciar la tradición musical peruana y el mundo interior de Lina.

¿En qué se basó la decisión del género musical? ¿Qué te parece que en Latinoamérica existan pocos filmes de este género?

Siempre estuvo en el corazón de la película. Me llamaba mucho la atención eso mismo, que siendo un continente cultural y musicalmente tan rico tengamos pocas películas que desarrollen el género. Me parecía desafiante pensar cómo hacerlo sin apropiarse además de otra cultura. Esta película surge desde una admiración profunda por la conexión que muchos peruanos tienen con sus raíces. Chile es un país muy negador con su pasado, que ha aplastado a sus indígenas, que mata sus idiomas originarios.

Me produce mucha admiración ver cómo en Perú aún hay muchas lenguas, danzas, fiestas y ritmos que siguen resistiendo y valorándose. Todo el tema musical fue también una investigación en ritmos y en paisajes de Perú. Allá hay selva, costa y sierra y cada lugar tiene una diversidad cultural maravillosa que intentamos rescatar en un trabajo que está hecho con muchos músicos peruanos y donde la propia Magaly Solier, que además es cantante, participó activamente componiendo las letras y dándole vida a las canciones.

Magaly Solier, reconocida por su actuación en «La teta asustada» y «Madeinusa», hace un trabajo notable. Su sólida interpretación nos adentra a la soledad y frustraciones de su personaje, pero además nos acerca a un personaje sumamente querible, divertido y gozoso. Cabe destacar además su brillante interpretación en las escenas musicales y la generosa complicidad que mantiene con el personaje de Clara (Emilia Ossandon).

Otro de los aspectos que resalta es la sexualidad, resulta atractivo que sea Lina una mujer dueña de su sexualidad, sea ella quien vea en los hombres un objeto de deseo, habla de una liberación femenina.

“Me parecía muy importante hablar de eso. Vivimos en una cultura muy machista, católica y castigadora con las mujeres, sobre todo si no son de una clase dominante. Se ha consagrado una idea de que la clase trabajadora debe esforzarse para surgir y se habla del sacrificio como algo totalmente opuesto al goce. Entonces es mal visto ser mujer, irse a trabajar a otro país y andar pensando en tener sexo, menos con desconocidos, menos en la casa vacía de tus patrones. Si fuera hombre y desfilara un sin número de mujeres por su puerta no sería tema. El personaje de Lina es bien provocador en ese sentido. Me parece importante que nuestras historias se conecten más con la realidad que con los estereotipos”, explica la cineasta María Paz González.

Lina de Lima: traíler oficial de la película con Magaly Solier | Festival de  cine de Toronto | La República
Fotograma de “Lina de Lima”.

Conversamos también con Anita Remón, editora y montajista de «Lina de Lima», para que nos contará desde su rol cómo fue la elaboración de la película.

“El editor/ra es fundamental, colabora con la directora en un momento en que lo que manda es el material y no las ideas previas. Escribe con los materiales filmados repensando a partir de los problemas y de las virtudes. El trabajo del montaje es el momento crucial en el que se puede elegir focalizar en ciertas cosas, extremar un punto de vista, redefinir una puesta en escena. En el montaje el lenguaje está ahí, detenido y cristalizado, se puede desmenuzar y repensar, decidir, calibrar, omitir, realzar“, afirma Remón.

La editora del filme agregó: “En «Lina de Lima» trabajamos despojando la historia de ciertos elementos y reorganizando el resto para que tome relieve la Lina poderosa que María Paz pensó en el guión y que, bajo su mirada precisa y delicada, Magaly Solier encarnó en el rodaje. Decidimos centrarnos más en Lina, en sus deseos, en su universo. Radicalizamos el punto de vista, quedándonos con lo que resultaba importante para ella. Fuimos empujando al resto de las tramas y personajes para que operen desde el fuera de campo, siempre en función del conflicto de Lina”. 

La historia de Lina no es un drama de inmigrantes, sino la historia de una mujer compleja en un momento particular de autodescubrimiento y de replanteo de su vida, en el que se pone en cuestión su rol como madre proveedora y su relación con el placer; cada decisión de montaje fue en función de potenciar esa complejidad y ese universo”, declara Anita.

Anita Remón, editora de «Lina de Lima»

¿Qué es lo que más destacas de tu trabajo con esta película? ¿Cuál es tu sello personal en el montaje?

Una parte del trabajo que considero destacable en esta película es la forma en que moldeamos el tono y las actuaciones, especialmente en el personaje de Lina. Fue a partir de los detalles y matices que generó Magaly Solier -quien realmente se transformó en Lina durante el rodaje- que pudimos elegir las sutilezas y el humor que nos interesaban para contarla en su complejidad y su musical mundo interno. Fue un trabajo minucioso.

Para mí, cada película es especial, particular y única. Por eso considero que cada una de ellas tiene su proceso, su estrategia de estructura y su geometría y es el propio material el que me las sugiere. La idea es no forzarlas a procesos o estructuras preconcebidas para otros relatos, sino encontrar sus particularidades, sus potencias y construir desde allí. Creo que esa forma de considerar el material de manera muy abierta y encontrarle una forma particular es mi sello personal.

Sobresaliente es también en «Lina de Lima» la fotografía a cargo de Benjamín Echazarreta -reconocido por su trabajo en Una mujer fantástica” y “Gloria”, quien realiza un magnífico trabajo de luz, composición y color. Armónicamente se mueve entre el cotidiano de Lina y las coloridas escenas musicales, generando un atractivo y colorido universo visual. Benjamín Echazarreta, con una carrera en ascenso, es parte de la Academia de Hollywood este año, participó como director de fotografía de la cinta “Luz”, de la directora Flora Lau, que tiene como protagonista a una de las actrices más destacadas de la escena mundial: Isabelle Huppert.

A modo de conclusión, ahondamos con María Paz González, directora de «Lina de Lima», acerca de su candidatura al Oscar.

¿Por qué crees que merece ser la nominada nacional a estos galardones?

Creo que acá no es solo un tema de merecimiento. Los premios Oscar son muy competitivos. Una cosa es ser la representante chilena y otra lograr llegar a ser la película que finalmente la Academia de Hollywood elija. Una historia puede funcionar súper bien a nivel local, pero eso no quiere decir que tenga opciones afuera, por ejemplo. Este es un tema bien práctico al final y estratégico. Nuestra película tiene varias cosas a favor. Se estrenó en el Festival de Toronto que es el festival más importante del mercado norteamericano. Estuvo en “Discovery”, una de las categorías principales del festival. Desde ahí hemos hecho un circuito importante de festivales, sobre todo en Estados Unidos donde la película gusta mucho y donde nuestra actriz protagónica, Magaly Solier, es súper reconocida y valorada.

La Academia de Hollywood la conoce perfectamente (ya estuvo nominada por «La Teta Asustada») y en «Lina de Lima», Magaly se luce en una faceta súper distinta. Además la película fue comprada por HBO que debe ser el canal más importante de Estados Unidos que llega a 45 millones de personas allá. Creo, de verdad, que podemos avanzar porque tenemos una película colorida, musical y que es valorada afuera como una propuesta distinta, algo que precisamente es lo que tienen las películas que llegan a quedar como Mejor Película Extranjera.

¿Cómo fue para ti la suspensión del estreno de la película en nuestro país tras la llegada de la pandemia?

Fue súper terrible. Íbamos a estrenar el 19 de marzo y tres días antes cerraron las salas. Nos quedamos con todas las calles tapizadas con carteles de la película y nunca pusieron nada después porque no hubo más eventos. Me llegaban fotos al teléfono de cómo los carteles iban cambiando con el tiempo. Bien tragicómico todo.

Uno hace las películas para las salas, pero también todo ha cambiado tanto en este tiempo que creo que hay que abrirse a pensar distinto, sobre todo porque al parecer esto viene para largo. Los estrenos digitales están funcionando de manera increíble, el público ve mucho más cine chileno que antes entonces hay que priorizar. Obvio que nunca será como una sala pero es hermoso pensar que esta historia puede llegar a muchas más personas. Cuando pienso en hacer una película lo hago pensando en una audiencia más que le guste a tal o cual festival. Entonces esto puede ser también una oportunidad. Finalmente vamos a estrenar digitalmente el 5 de diciembre y si hay salas reales en ese momento seguro las sumaremos.

Por Camila Hidalgo y Constanza Vera

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