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El Casete: Linkin Park – Minutes to Midnight

Se asoman los primeros sonidos rasgados que le dan vida aWake y mi pecho se acelera inmediatamente, inundado de recuerdos. Corría el año 2007 y en esa indecisión entre el otoño y el invierno, que casi siempre es una pura cosa cuando vives en ciudades del puerto. Envuelta en ropa de escolar y con audífonos baratos, me encontré varias veces murmurando temas del álbum “Minutes to Midnight” de los memorables Linkin Park, cuando sonaban en la radio recién salidos del horno o cuando lograba descargarlos con éxito.

Hace unas semanas, el disco cumplió 13 años de existencia… voy repasando el repertorio con nostalgia, tarareando partes sueltas y algunos coros como si todavía estuviera sentada en ese mismo sillón, con el MTV como canal sagrado – en ese tiempo, valía la pena-, esperando que salieran mis temas preferidos.

Recuerdo vivencias y situaciones de antes, las reanalizo y pienso en voz alta: “¡qué tiempos!”. Y es que el disco tiene de todo: canciones enérgicas que te llenan de furia contenida; canciones suaves que te desarman en dos segundos; sonidos nuevos y poco explorados previamente por la banda que a muchos gustaron y a otros tantos no, lo que de alguna manera marcó un antes y un después la música de los estadounidenses.

Minutes to Midnight es el tercer álbum de estudio de la agrupación, que significó la desviación musical de lo que venía mostrando en sus predecesores Hybrid Theory y Meteora, consolidando una faceta orientada a un tipo de rock más alternativo y soltando la mano sin ningún miramiento del “nu metal” que les hizo saltar al éxito.

Linkin Park: De introspección a rabia contenida

Cuatro años tuvieron que esperar los fans para hacerse de un nuevo disco, puesto que entre ires y venires, la banda pospuso el lanzamiento en variadas ocasiones, hasta que por fin vio la luz el sencillo “What I’ve Done” – que parece cobrar especial relevancia en este tiempo de pandemia -,  acompañado de un videoclip dirigido por Joe Hahn y que hoy cuenta con más de 450 millones de reproducciones en YouTube. Además, sería utilizada como tema principal para la banda sonora de la película Transformers.

El álbum pasa a ser una pieza tremendamente experimental, en la que eliminaron sonidos clásicos de las composiciones anteriores, como los elementos más electrónicos y el rapeo obligatorio de Mike Shinoda. Pero lo que estaba claro, es que había un consenso al interior de la banda: aparentemente habían agotado todos esos elementos en los discos anteriores y estaban ávidos de un cambio.

Como consecuencia, era de esperarse que este material estuviese cargado críticas tanto de sus fans más asiduos como de los medios especializados de música. Nadie debería sorprenderse, es un camino por el que transita cada banda que decide darle una vuelta de tuerca tangencial a su propuesta y donde solo hay dos salidas posibles: decepcionar a medio mundo o ganar nuevos adeptos.

Pero las cosas no salieron tan mal como parece con “Minutes to Midnight”, porque terminó transformándose en un disco de culto para muchos.


Alejandra tiene 40 años. Es oriunda de Viña del Mar y asocia la salida del disco con un momento clave en su vida. Por circunstancias personales, sentía que había perdido su vida social y que pasaba por una etapa particularmente oscura.La música –del disco- siempre ayudaba, tenía la fuerza que una no se atrevía a sacar de adentro”, menciona. Sus favoritas son Leave Out All The Rest y Shadow Of The Day, aduciendo que, si bien son de las más melancólicas, hasta el hoy la emocionan. “A veces una piensa que está todo perdido, pero cuando te sientes empatizada por la música o canciones con letras que te llegan, logras cambiar la onda. Me gustan mucho”, declara.

De acuerdo a la revista Kerrang! fueron varios los rumores que acompañaron el proceso creativo de este disco, presumiendo posibles roces al interior de la banda, o que abiertamente la banda habría terminado. Pero lo cierto es que después de unos buenos años de intensidad, los integrantes necesitaban una bocanada de aire fresco antes de continuar con la vida de Linkin Park.

Según dichos del fallecido vocalista Chester Bennington: “Necesitaban salir y poder juntarse con amigos, ir a comprar alimentos a una tienda y hacer cosas normales, de ese estilo”. Agregaba: “Nunca estuvimos ni siquiera cerca de desarmarnos, ni siquiera en los tiempos más horribles”.

Durante ese vacío de tiempo, tanto Bennington como Shinoda aprovecharon para trabajar en proyectos paralelos, siendo ciertamente un influjo en la vida del nuevo álbum, puesto que no solamente fue una de las consecuencias de por qué tardó tanto en salir, sino que, de alguna u otra forma, terminó atrapando ciertos elementos de estos proyectos, en su sonido nuevo.

“Estaría en shock si a este álbum lo patean a la basura. Dolería. Personalmente me dolería. Estaría devastado. Es nuestro bebé” – Chester Bennington

Sus temores serían injustificados. A pesar de las críticas mixtas, la revista Rolling Stone lo posicionó en el número 25 de los mejores álbumes del año 2007.

Ignacio vive en la ciudad de Quillota, quien cuenta: “Me puse a escucharlos a las 14 años. En ese tiempo jugaba balonmano y tenía un compañero metalero, así que empecé por influencia”. Ahora tiene solo 17 años y es de la “nueva oleada” de fans de la banda. De aquellos que se encariñaron con Linkin Park cuando ya no eran “moda” y que muchísimo más tarde vinieron a enterarse de su historia y evolución, aunque no por ello le fue indiferente.

Given Up” y “Bleed It Out” son las que más me marcan y se me vienen a la mente. Definitivamente el escuchar unos gritos y energía acompañados de un riff precioso me dejan tranquilo, y siempre que hay presión, Given Up me calma. Amo la mezcla de géneros y la evolución que ha tenido el grupo”. Amo la mezcla de géneros y la evolución que ha tenido el grupo”, afirma.

Justamente los anteriores fueron los sencillos que le seguirían a “What I’ve Done” y que aparecieron a principios del 2008, con buena recepción. Se les sumarían Shadow Of The DayyLeave Out All The Rest.

El disco vendió millones de copias, fue galardonado en varias ocasiones, tuvo un puesto en los 200 mejores álbumes de aquella década y logró obtener doble disco de platino en Estados Unidos. Además, no se quedó chico: alcanzó el N° 1 en 32 países.

Este registro será por siempre aquel en que Chester Bennington cantó a todo pulmón, donde viven los estribillos que se te pegan en la cabeza, donde abundan las líneas melódicas, donde las guitarras cantan por sí mismas.

Minutes To Midnight cumplió 13 años y Chester Bennington, donde sea que esté brillando, puede estar tranquilo. Su disco estuvo lejos de ser lanzado a la basura. Muy por el contrario, sigue vigente, se sigue escuchando, sigue adornando recuerdos polvorientos de los que estuvimos antes y será descubierto por otras generaciones que vendrán después.

Los 43 minutos de Linkin Park en los oídos que dura pasan volando, pero la esencia permanece y late fuerte en los seguidores incondicionales.

Quiero agregar que sin duda que aún duele hablar de los discos con Chester y Linkin Park y si bien no me detuve a ahondar en ello, este caso no es excepción. Su partida produjo un impacto cuya escala es difícil de estimar.

Nota personal: revivamos estos discos. Será la mejor manera de honrar ese recuerdo.



“Minutes To Midnight”
Año 2007
Sello: Warner Bros. Records
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