Crítica de “Quiero bailar con alguien”: Nunca la vida de Whitney Houston había sido tan aburrida

Una nueva película biográfica llegó a los cines. Y ahora es el turno de ella. La artista femenina más premiada de todos los tiempos. Hablamos de Whitney Houston, la icónica cantante con una de las voces más privilegiadas de la historia. La cinta “Quiero bailar con alguien” nos lleva por un viaje a su vida, desde sus inicios hasta que se convierte en la estrella que todos conocemos. Pero algo sucede.

El filme solo da un esbozo de ese otro lado de la vida de Houston. Ese que no tiene aplausos, premios o reconocimientos. Su adicción a las drogas apenas se muestra, poco y nada se habla de sus escándalos públicos y apreciamos únicamente una arista de la vida de la actriz protagonista de “El Guardaespaldas”.

Y así no funciona. Se nota que es ficción.

UNA CINEMATOGRAFÍA CON UN ERROR IMPERDONABLE Y UN GUION OLVIDADIZO

La película está dirigida por Kasi Lemmons, quien estuvo detrás de “Harriet”, cineasta que aquí se enfrenta a su más ambicioso proyecto.  Debemos decir que la directora ya tiene experiencia en biopics y es por eso que las secuencias musicales están perfectas: hay planos clásicos y conocidos en éste género; indudablemente, apostó por lo seguro, mostrando el auge y caída de la artista y no tratando de innovar en la propuesta de cinta biográfica.

Hasta ahí, 10 de 10. No obstante, si hablamos del guion… este largometraje comienza a entrar en un callejón sin salida.

El guion cayó en manos de Anthony McCarten, guionista de la cinta -vapuleada por unos, defendida por otros- “Bohemian Rhapsody”, sobre Freddie Mercury y la banda Queen. Y ya con eso podemos decir muchas cosas. En la cinta protagonizada por Rami Malek, podemos ver como la figura del cantante fue totalmente “limpiada”, muchas cosas no sucedieron o se proyectaron como fueron para dejar al frontman “mejor parado”. Y aquí se vuelve a repetir.

Vemos como el guion nos muestra a una sola Whitney en “Quiero bailar con alguien”. A esa artista exitosa. Sin embargo, nos da un esbozo de sus sombras. Tiende a quedar como la víctima en todas y cada una de sus situaciones, pero muchas cosas imperantes de la vida de Houston no están dentro del filme. Por ejemplo, en ningún momento se hace alarde a la polémica entrevista de Houston con Diane Sawyer, sus peleas públicas con su esposo Bobby Brown o sus presentaciones en bares estando bajo los efectos de la droga. Houston muchas veces fue dañada, pero no era una blanca paloma.

Punto aparte y bueno del guión es que se atrevió a contar sobre la relación lésbica de la cantante. Bien ahí.

Y aquí viene el error más garrafal de todos: La edición y montaje.

En algunas escenas se puede ver claramente que la actriz va desfasada con el audio que suena detrás. Y eso no debe suceder, menos en una producción como esta.

Otra falta es la falta de alma. La ausencia de esencia de la vida de Houston. Whitney era energía, carisma, talento y demonios internos. Pero la película cuenta la historia con freno de mano y se transforma en una película aburrida, lenta y sin ganas. Que triste porque pudo haber sido mucho más.

 

NAOMI ACKIE SE LLEVA LA CINTA

Si hay algo rescatable de “Quiero bailar con alguien” es ella. Naomi Ackie (Lady Macbeth, 2016) toma la posta y se transforma en Whitney Houston. La actriz se pone al servicio de la cantante y su vida y lo hace increíble. Vemos como se esfuerza por copiar de manera fidedigna cada gesto que esgrimía la intérprete en sus shows. Vemos transitarla por el duro camino de la droga y como llegó a caer en un triste final.

La chica se luce con su rango actoral, mostrando angustia, fuerza y esa espontaneidad que tanto caracterizaba a Whitney. Si bien se nota en demasía que está doblando las canciones, consigue que podamos ver a la cantante. Bien hecho.

Luego viene el elenco ensamble en donde destacamos al actor Stanley Tucci como el mánager de Whitney; Clarke Peters como el implacable padre de la artista,  Tamara Tunnie como Cissy Houston, la talentosa madre de Whitney, y Nafessa Williams como la ex pareja y mejor amiga de la ídola.  Todos ellos juegan un rol preponderante en la vida de la cantante y, por ende, debían estar presente.

También no podía faltar él. El que siempre fue tildado como el villano. Ashton Sanders personifica a Bobby Brown, cantante, esposo de Houston y su compañero de adicción. Muchos asumen que la adicción de Whitney se acrecentó cuando Brown entró a su vida; la película no le hace mucho favor. Sanders está brillante como el complaciente esposo de la artista, siendo un mal compañero y una notable mala influencia para ella.

En líneas generales, el elenco ensamble funciona muy bien.

“QUIERO BAILAR CON ALGUIEN” EN PALABRAS SIMPLES…

“Quiero bailar con alguien”, es una cinta que los fans de Whitney Houston disfrutarán “a concho”, porque está orquestada para ellos. Solo muestra la grandiosidad de la artista, con pocas aristas personales de la cantante y un final que la engrandece aún más. Sin embargo, para los que no son seguidores, la sentirán como un metraje frío, insípido y que solo salta de presentación en presentación. Si no quieres salir del cine solo tarareando canciones, te recomendamos verla por streaming.

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