Hace algunos días, gracias a los amigos de Warner Bros., pudimos asistir a una función privada de La habitación de al lado (ya disponible en salas de cine en Chile), lo nuevo y esperado del gran cineasta español Pedro Almodóvar. La cinta marca su debut en la industria norteamericana, siendo su primera película completamente en inglés.
El filme nos muestra la historia de dos amigas que eran cercanas en su juventud, pero que, por esas cosas de la vida, se distanciaron. Ahora, de manera sorpresiva, una de ellas enferma gravemente de cáncer, y así, una de las enfermedades más crueles las vuelve a unir. Pero esta unión no será tan fácil, ya que el desafío de enfrentar la enfermedad y las consecuencias de una decisión debatible podría haberlo quebrantado todo.
Si bien se entiende la premisa y la propuesta serena del director español, nos quedamos con ganas de más, mucho más. Ahora entendemos por qué no se habla tanto de ella.
Este es nuestro análisis en Revista La Máquina.
UNA CINEMATOGRAFÍA CLÁSICA Y CONOCIDA
Pedro Almodóvar no necesita presentación. Es un director que se ha posicionado como uno de los mejores de habla hispana, con una cinematografía rupturista, su ya clásica explosiva paleta de colores y personajes femeninos que siempre llevan la película sobre sus hombros. Esta vez no es diferente. Respiramos Almodóvar y se siente su esencia desde el minuto uno. Una paleta de colores en tonos verdes, cafés, rojos y más; un encuadre perfecto; unos intentos de caos; y personajes femeninos que comparten protagonismo.
Pero algo pasa. Falta un poco más. Falta caos. Falta pasión. Falta Almodóvar. Quizás eso se perciba porque es su primera cinta 100% en inglés y, por ende, se dejó permear por otro tipo de cine, menos arriesgado y menos vertiginoso. Muchas veces parece una obra de teatro a la que simplemente le pusieron una cámara al frente. Un montaje íntimo, sencillo, sensible, que nos remite a los inicios de su filmografía y que está hecho para fans acérrimos de su trabajo.
El guion es otra cosa. Parece sacado de un libro de poesía del siglo XX. Y eso no es malo, que no se malinterprete. Toda la cinta es poesía, y el guion simplemente viene a complementarla. Todo es sensible, todo es tranquilo, todo es lento, todo es parsimonia. El escrito nos presenta una historia entre dos amigas que alguna vez fueron cercanas y que ahora se reencuentran para, en realidad, apoyarse mutuamente. Y en este relato es precisamente donde falta más Almodóvar. No hay momentos de tensión relevantes, y, si bien hay un conflicto mayor, en algunas ocasiones este se siente sin el peso que debería. Incluso llega a percibirse pesada y sin ritmo, sabiendo que solo bordea la hora y media de duración. Aunque está bien construido, es un escrito que parece estar en un constante estado anestésico.
Pero no por eso todo es malo. Su visión de la muerte, la enfermedad del cáncer y la eutanasia hacen que esta película ponga temas relevantes sobre la mesa y que incluso abra el debate. Es una película contemplativa en torno a la muerte que nos hace recibirla con tranquilidad, y eso no quiere decir que nos resignemos a ella. Simplemente es tu decisión: la posibilidad de elegir morir dignamente al lado de una amiga y el poder que eso te hace sentir frente a tu propia enfermedad. Poesía pura.
ACTUACIONES CORRECTAS
Primero hablemos de Julianne Moore, en el rol de Ingrid, la amiga que se acerca para ser la ayuda, la compañera, el apoyo. Ella es una exitosa novelista, pero pone su vida en pausa para cuidar a su malograda amiga. Julianne hace un trabajo sensible, sólido y lo construye a pulso. Vemos su preocupación genuina, su pelea interna con la decisión de su amiga, cómo esconde algunos secretos y, al final, cómo se resigna y enfrenta el duelo. Si bien no es la mejor actuación en la carrera de Julianne, lo hace excelente, demostrando por qué es una de las actrices más sólidas de la industria.
Luego está Tilda Swinton, la camaleónica actriz con la que el director ya había trabajado antes. Ahora la vemos en el rol de Martha en La habitación de al lado, una mujer que sufre de cáncer avanzado y que, aunque tuvo la posibilidad de un tratamiento, este no dio el resultado esperado, por lo que toma la decisión de la eutanasia para acabar con su vida de forma digna. Tilda, como siempre, es magnética. Nos muestra vulnerabilidad, frustración, fuerza, temple y valentía. También toma decisiones que aportan mucho a la trama y la hacen sentir más de Almodóvar. Tilda se siente muy bien viviendo en este universo cinematográfico y lo lleva con creces. Perfecta.
“LA HABITACIÓN DE AL LADO” EN PALABRAS SIMPLES…
La habitación de al lado es una cinta experimental, silenciosa, contemplativa y que nos hace recordar los primeros filmes del director. Con un montaje excelente y actuaciones soberbias, la cinta se siente lánguida, pesada y plana por momentos. Pero Almodóvar lo hizo: se dio el gustito de trabajar con quien quiere y como quiere. Sin embargo, esperábamos más de tu esencia, de tu fuego y de tu marca.
El filme está disponible en salas de cine de Chile.