Columna | Gabriel Cañas, el camaleón actoral que no rehúye de desafíos

Hace ya algunos años la televisión, el teatro y el cine chileno ha sido testigo de la arremetida de jóvenes talentos de la actuación, siendo quienes están llamados a darle, precisamente, un nuevo aire a la teatralidad nacional. Uno de ellos ha sido capaz de estar constantemente en estados de exigencia actoral, siendo capaz de interpretar diversos registros (y todos con gran calidad). Hablamos del actor Gabriel Cañas.

Su gran debut hacia la masividad fue en “Perdona Nuestros Pecados”, teleserie en la que interpretó al intenso Horacio Moller. Sin embargo, la carrera de Gabriel Cañas ha estado marcada constantemente por el trabajo actoral. A pesar de que su rostro está asociado especialmente a las teleseries de Mega, también posee un incesante y profundo trabajo en tablas (Mercury, por ejemplo); y así como lo ha hecho en tablas, también ha mostrado su capacidad en cine, como en la cinta “Matar a Pinochet”.

Cañas, en sus ya poco más de una década de carrera, ha incursionado y desarrollado una carrera que es camaleónica y que no rehúye de desafíos. De interpretar a un drogadicto con problemas de control de la ira como Moller, un homosexual que abre su orientación sexual a su familia o, incluso, una estrella de la música mundial. Todos los desafíos que naturalmente enfrentan o han enfrentado estos contextos narrativos y los propios personajes, han sido sobrellevados con solvencia, solidez y gran capacidad de demostración de crecimiento por parte de los actores que, sin duda, se ha convertido rápidamente de una “promesa” a una realidad actoral.

De seguir así, por cierto, Gabriel Cañas está llamado a marcar época, ser un rostro actoral reconocible de su propia generación y pasar, desde una mirada contemporánea, a ser uno de los grandes actores de Chile.

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