El sitio y plataforma de YouTube IGN postuló a la película chilena “La Casa Lobo” (de la que hablamos en extenso acá junto a sus creadores) como una de las mejores cintas animadas de la historia.
CineFix – IGN Movies and TV, con 3,77 millones de suscriptores, destacó a la cinta “La Casa Lobo” (2018) como la sexta mejor de todos los tiempos, en un listado que incluye clásicos históricos y contemporáneos como “Fantasía” (1940); “Toy Story” (1995) y “Spider-Man: un nuevo universo” (2018), respectivamente.
La película está inspirada en los horrores de Colonia Dignidad, un asentamiento alemán situado en Chile en los años 60’s, constituido por una macabra secta liderada por Paul Schäfer, que sirvió como centro de detención y tortura en la dictadura de Augusto Pinochet. El largometraje cuenta la historia de María, una chica que escapa de la Colonia, se interna en un bosque y para protegerse de un depredador lobo, se esconde en una casa abandonada que comparte con dos cerditos. Experiencia que terminará siendo una pesadilla.
«La Casa Lobo» está narrada como una fábula, un cuento de hadas. Eso sí, uno de terror, digno de los Hermanos Grimm. Esta es, sin duda, una animación oscura bajo una apariencia infantil. Asimismo,el imaginario y la creatividad de León y Cociña es desbordante. La visión con la que plasman es original y perturbadora.
“La Casa Lobo” ganó el Premio Caligari —una las secciones del Festival de Berlín— y recibió una mención del jurado en Annecy, considerada como la instancia más importante del cine animado alrededor del mundo.
«Había un decálogo de reglas técnicas al comienzo y una de ellas era todo se puede transformar«, relata a La Máquina el director Joaquín Cociña. «Nosotros teníamos la idea que la película contara la historia de los materiales, la historia de las transformaciones materiales que ocurrieron en los distintos lugares que estuvimos y que ocurrió durante muchos años», agrega.
“Esta idea de hacer obras o películas sobre transformaciones plásticas está en la base de nuestros trabajos”, complementa Cristóbal León. Asimismo, el cineasta afirma: “Entra caca y sale oro. El arte siempre debería ser alquímico. Cosas baratas, basura, papel, convertirlo en algo muy fino. Nosotros cocinamos con los ingredientes más rascas posible”.
La producción utilizó la experimentación para llegar al resultado deseado, con cinco años de trabajo y detalles como que fue filmada en 12 museos y galerías de Chile, Alemania, Argentina y México; además, todo lo que se ve en el filme es a tamaño real y no maquetas como se utiliza habitualmente en la técnica del stop-motion.