‘Mis hermanos sueñan despiertos’: Cómo fue la compleja realización de la aclamada cinta chilena que critica al Sename y que fue filmada durante el estallido social

La cinta chilena “Mis hermanos sueñan despiertos” se ha convertido en uno de los filmes chilenos más comentados del último tiempo, tanto por su maravillosa puesta en escena (que comentamos sin spoilers acá) como por la temática que aborda: la denigrante realidad del Servicio Nacional de Menores (SENAME), una de las instituciones más criticadas desde su génesis a finales de los años 70.

El protagonista Iván Cáceres junto al guionista y productor del segundo largometraje de Claudia Huaiquimilla conversaron en exclusiva con La Máquina, acerca del estreno del filme en salas nacionales y la importancia de la historia que expone la convivencia de un grupo de jóvenes en un centro del Sename.

Mala Junta’ como base

Hace aproximadamente cuatro años que rondaba por la cabeza de los creativos de la productora audiovisual Lanza Verde llevar a cabo “Mis hermanos sueñan despiertos”. La chispa que encendió la mecha aconteció luego de que “Mala junta”, la ópera prima de Huaiquimilla, que fue vista por jóvenes en centros de reclusión, cuyas funciones fueron posibilitadas por el programa Escuela de Cine de la Cineteca Nacional. Dichos encuentros cambiaron la percepción de los realizadores para siempre.

“Mostramos ‘Mala junta’ en varios centros, desde Til Til, Talca, La Serena, Graneros, Puerto Montt y desde el primer centro que fuimos, tuvimos una experiencia un poco mágica con Claudia (Huaiquimilla), en el sentido de que fue el mejor público que tuvimos”, recuerda Pablo Greene, guionista y productor ejecutivo de “Mis hermanos sueñan despiertos”.

El artista que también es el cerebro detrás de Equipo TV, justifica que dicha conexión entre la audiencia con la película se debió principalmente a que el protagonista era un adolescente con un pasado en centros del Sename: “Habían chistes que escribimos, con los que nunca nadie se río. Pero ahí fueron por lejos los chistes que más reacción tuvieron”. Este suceso gatilló que los cineastas cambiaran la imagen que tenían antes sobre cómo era un joven que terminaba en el Servicio Nacional de Menores. Diversos testimonios y el hecho de comprobar la lealtad casi familiar que proyectaban los jóvenes, impulsaron a que comenzaran a escribir el guion del largometraje que inicialmente se trabajó con el título de “Motín”.

Iván Cáceres, quien interpreta a Ángel, joven que cumple un año en un centro de reclusión junto a su hermano menor Franco (César Herrera), llegó a este proyecto por sugerencia de un amigo, ignorando que se trataba de un largometraje. Participó en el teaser que se presentó para obtener fondos y acabó siendo elegido como protagonista de “Mis hermanos sueñan despiertos”.

Su preparación para encarnar este desafiante personaje estuvo enfocada en estudiar el guion, conversar con la directora y recordar acontecimientos de su entorno. “Lloré leyendo el guion, porque mostró en parte la realidad de donde vivo, lo que comencé a ver a medida que fui creciendo y a tener conciencia de lo que me rodeaba. Tuve la oportunidad de ver cosas similares en los colegios en que estudié, con las realidades de compañeros y de amigos, que quizás no estuvieron en un centro del Sename, pero la pasaron mal y les tocó difícil”, comenta el actor de 24 años. Todos esas vivencias facilitaron a que generara cercanía con su rol, para así poder interpretarlo de mejor manera.

Andrew Bargsted en Mis hermanos sueñan despiertos.

Una película dentro de la revuelta

Originalmente, en las primeras versiones de la cinta, el sitio en que se origina la acción estaría ubicado al lado del mar. Pero esta idea terminó siendo descartada por asuntos que involucraban al presupuesto y la producción. Finalmente, las principales locaciones escogidas fueron un centro de reclusión en la comuna de Graneros, el interior del Liceo Valentín Letelier, en Recoleta, y el Instituto Barros Arana, en Quinta Normal.

El inicio de la pre-producción de “Mis hermanos sueñan despiertos” coincidió con el 18 de octubre de 2019, fecha que marcó un antes y un después en la sociedad chilena. Este hito social puso en una disyuntiva a todo el equipo realizador, en donde llegaron a pensar incluso detener el rodaje.

El país estaba viviendo un proceso histórico, estábamos todos como divididos y la pre-producción de la película partió el 20 de octubre, justo después del estallido”, rememora Greene.

Las oficinas de Lanza Verde quedaban en la intersección de Avenida Vicuña Mackenna con Marín, a pocas cuadras de Plaza Dignidad, por lo que era poco probable que lo que ocurría en las calles no repercutiera en su trabajo. “Hablamos con todo el equipo y decidimos que era importante hacer esta película, porque al ser una de las consignas que se estaba hablando en el estallido, creímos que sería nuestra forma de aportar. Durante toda la pre-producción lo que hicimos fue trabajar en la oficina desde las 9 de la mañana a 1 o 2 de la tarde, almorzábamos, y ahí nos íbamos todos a marchar. Fue algo muy satisfactorio en términos personales y políticos. Pero en términos de pre-producción fue perder prácticamente la mitad del trabajo, en cuanto a horarios de oficina”, confiesa uno de los guionistas de “Mis hermanos sueñan despiertos”.

Iván Cáceres ensayaba en las mañanas y en las tardes salía a marchar junto a sus compañeros de elenco, destacando entre ellos la ganadora del Oso de Plata, Paulina García. Al vivir en La Pintana, muchas veces estuvo a punto de quedarse sin locomoción de regreso.

“Igual fue entretenido estar en pleno estallido, porque le dio un segundo o tercer aire a lo que estábamos haciendo y nos impulsó a querer seguir y no detenernos, cuando cualquier otra producción habría hecho todo lo contrario”, asevera el protagonista del filme, quien agrega: “Muchas veces salimos del rodaje y afuera estaba la cagada. Cuando pasábamos por ahí, dejábamos en claro que estábamos a favor de la marcha. Le teníamos más miedo a los pacos y a los milicos, pero no a la gente que marchaba”.

La misión casi titánica de continuar con las filmaciones de “Mis hermanos sueñan despiertos” atravesó otro episodio, cuando el Instituto Barros Arana fue tomado por sus estudiantes, tratándose de una locación crucial para la cinta. “Tuvimos que ir altiro a hablar con ellos, fuimos con el computador, les mostramos “Mala junta”, el dossier de esta película, la carpeta de arte, el guión, Claudia les comentó un poco de qué trataba y los jóvenes se entusiasmaron, y nos dijeron que querían que esta película se hiciera”. Pudieron retomar el rodaje en dicho establecimiento, a pesar de que estuviera fragmentado en su interior por lo que disponían los estudiantes en un lado y lo que autorizaba el rector, por el otro.

Qué esperar después del estreno

La historia que expone Mis hermanos sueñan despiertos continúa siendo un importante tema de conversación, sobre todo cuando este mes comenzó a operar en Chile el nuevo servicio “Mejor Niñez”, que pretende reemplazar al Sename, y continuar en adelante con un proceso de reestructuración gradual. El paso del largometraje por el Festival de cine de Locarno, Suiza, además de recibir buenos comentarios, estremeció a los espectadores ante una realidad que sucede en Chile desde hace décadas y también en otros países latinoamericanos, como México, nación que organizó el Festival de cine de Guadalajara, donde fue triplemente premiada la cinta de Claudia Huaiquimilla, causando identificación entre la audiencia con la realidad de los personajes de la producción inspirada libremente en la tragedia ocurrida el 2007, en un centro de Puerto Montt, donde diez jóvenes fallecieron tratando de llevar a cabo un motín. Iván Cáceres aguarda que las funciones de Mis hermanos sueñan despiertos en distintas salas del país, provoquen que ciertos segmentos de la sociedad generen empatía y consciencia ante lo que viven muchos niños y jóvenes en centros de Sename.

Mientras que Pablo Greene espera que la recepción de los espectadores chilenos a esta película ocasione conversación y acción. “Estamos tan acostumbrados a esa indolencia clásica terrible de personas que no tienen la capacidad de ponerse en el lugar de estos jóvenes, que siguen diciendo que “la raza se está limpiando” o “Qué bueno, diez delincuentes menos”. Pero como nos dijo un director de un centro de Sename, cuando un joven llega allá, es porque toda la sociedad falló: cultura, educación, deporte, familia, barrio, seguridad, etcétera”, enfatiza el productor ejecutivo del filme. Iván critica también a quienes están en contra de la adopción de niños que han sido derivados a centros del Sename.

Ese niño va a crecer solo y va a terminar en un centro, y cuando cumpla la mayoría de edad, va a seguir solo y sin nadie al lado. En Chile es difícil adoptar y la mayor parte de las personas que están en contra de la adopción son quienes no salen de su metro cuadrado. Me encantaría preguntarles qué es lo que pretenden de esa juventud. ¿Qué esperan si no dan ninguna solución? Porque tampoco atacan el problema, sino que se quejan”, agrega Iván Cáceres.

Las mentes detrás de Mis hermanos sueñan despiertos tienen claridad de que un producto como esta película, difícilmente sería el favorito de empresas o privados capaces de aportar a la cultura, sobre todo cuando no hay algún rostro de teleseries involucrado en la producción. Pero aún así, se esforzaron en sacar adelante este proyecto y tratar de alejarse del lugar común en que puede caer un guión ambientado en un centro de Sename, ya que a nivel mediático, generalmente es asociado al morbo, la violencia, suciedad y oscuridad. “No estoy diciendo que los centros de Sename sean luminosos, porque es un hecho que son muy inhóspitos. Pero las personas que están ahí, los niños, jóvenes, y la calidez que ellos tienen y emanan, es muy distinto a lo que había”, dice Pablo Greene. “Es un retrato de personajes y una reflexión en base a estos jóvenes que conocimos. Eso fue lo más complicado de llevar a cabo, porque trabajar con este material y con todos estos testimonios que cada día encontrábamos más y más y más, eventualmente provoca mucho sentimiento de culpabilidad, de no haberlo sabido antes o no haber podido hacer algo al respecto. Cuando se superan esas emociones, es ahí donde uno decide tratar de hacer algo desde su trinchera, que es el cine en este caso”, afirma.

¿DÓNDE VER ‘MIS HERMANOS SUEÑAN DESPIERTOS’?

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