Superman instaló que hoy la rebeldía es ser, simplemente, bueno con el resto. Y si eso no es punk rock, ¿entonces qué lo es?
Han pasado ya varios días desde el estreno de la cinta que dio inicio formal al nuevo DCU: Superman. Una película que escapa del cinismo y redescubre al héroe que necesitamos hoy.
Las interpretaciones, la fotografía, guion, dirección y otros ítems han sido parte del escrutinio por parte de la prensa especializada y los fans. No es una película perfecta, pero sus aciertos son más importantes que sus errores y el corazón de la cinta está puesto en los lugares correctos, lo que la hace crecer más en cada visionado.
- Spoilers a continuación.
Un Superman humano
La palabra “corazón” podría sustituirse por “humanidad”, ya que es desde ahí que el Superman de Gunn elige hacer el bien. Uno que intenta sacar lo mejor de sí para ofrecerlo a los demás y enfrentar sus obstáculos desde su propia perspectiva humana. Pero ¿de donde viene esta humanidad?
La fortaleza de la soledad, el “hogar” de sus padres biológicos, o lo más cercano que tiene Superman a Kriptón. Se calma, como vemos al comienzo de la cinta, con el video de sus padres kryptonianos cuando lo necesita y se motiva al escucharlo. Por eso, cuando la revelación del mensaje completo de Jor-El y Lara – que su destino era ocupar el mundo y no salvarlo – derrumba los cimientos filosóficos de Clark. La actuación de David Corenswet refleja eso (muy bien logrado), una persona al borde de una crisis de ansiedad ante la pérdida de la fe heredada.
Pero aquí también está lo valioso. A lo largo de la película vemos cómo Superman jamás duda en hacer el bien, lo que refleja, más que una herencia alienígena, una terrícola. Tanto así que el punto de inflexión es la conversación con Pa’ Kent, quien refuerza la crianza de Clark. Un joven criado con valores rurales, de parte de una pareja amorosa que le han hecho ver que toda y cada una de las vidas tiene valor, desde las vacas en el campo de sus papás, Krypto, hasta los ciudadanos de Metrópolis. Porque su bondad no nace del poder, sino de la empatía.
Un Superman en comunidad
La película muestra cómo este Superman necesita de los demás para lograr salvar el día (y el mundo). Sin Lois y Mr Terrific, no hubiese podido escapar del universo de bolsillo. Sin el Planet Lex Luthor habría quedado libre. Sin Krypto la batalla final habría tenido un final diferente. Sin sus padres, los Kents, Superman no habría encontrado nuevamente la identidad que pareció perder por algunos instantes. La “Justice Gang” demuestra que compartir el peso del mundo en heroico.
Superman existe en comunidad y esto lo hace aún más interesante, porque, como humanos, necesitamos del “otro” para subsistir, incluso, cuando renegamos de ello.
Esto, en contraste con la cultura actual, de “levántate a las 4 AM y aplasta o manipula al resto”. Superman nos muestra un camino distinto: compartir responsabilidades, construir lazos y apoyarnos en quienes amamos.
Un héroe humanista y comunitario
Reeve era el patriota, Cavill el alien “existencialista”, Corenswet el “humanista y comunitario”. Bajo esta mirada, podemos notar lo que hace rico a personajes como Superman y Batman (de quien podremos hablar más adelante cuando se sepa algo de su película), y es que los escritores, tanto de cómics como de distintos medios, han sabido dar puntos de vista distintos para estos, no haciéndolos repetitivos y siempre se ha encontrado la forma de que estén al corriente con el mundo. Y aquí el Superman de Gunn hizo una jugada valiente. En un mundo lleno de Omniman, Homelander, Injustice y otros personajes basados en el Hombre de Acero, que destacan por su violencia y oscuridad, esta versión saca a relucir lo que Superman siempre fue… el campeón de los oprimidos.
Ser bueno es el nuevo Punk Rock
Algo que la película ha dejado claro, y que basta con abrir cualquier red social para ver lo viral que se han vuelto algunas escenas de la película, es que este Superman instaló que hoy la rebeldía es ser, simplemente, bueno con el resto.
En una era donde se premia al más ruidoso, al más sarcástico, al que domina a los demás, aparece este Superman callado, amable, que no lidera por miedo ni por fuerza, sino por ejemplo. Es un héroe que no grita que es diferente, sino que vive como si no lo fuera.
Esa es su verdadera rebeldía. No volar más alto, ni golpear más fuerte, sino tratar de sacar lo mejor de ti para inspirar al resto.
Y si eso no es punk rock, ¿entonces qué lo es?