Robot Salvaje es una experiencia visual y sentimental hermosa. Los personajes te hacen sentir empatía a pesar de su naturaleza salvaje, y sus personalidades son únicas.
Comenzar una reseña o crítica con una reflexión demuestra el interés por la cinta de la que se está hablando. Por mucho tiempo, y hasta hoy, se sigue tratando el “género” de animación como un producto netamente para niños. Si bien se pueden compartir películas de animación con todo el público, estoy totalmente en desacuerdo con que queden etiquetadas únicamente para niños. Para toda una generación, una cinta de animación ha marcado más que cualquier película del aclamado director Martin Scorsese.
Guillermo del Toro, un director de cine de origen mexicano, comprende bien el concepto al cual se debe referir a las cintas de animación: son un medio, no un género. Cuando el séptimo arte se fusiona con el primero, se forma una obra excelente. No obstante, muchas producciones y estudios multimillonarios siguen creyendo en este estigma. Sin embargo, cada cierto tiempo florecen cintas un poco más independientes del formato “infantil”. Hay que recordar que los niños, muchas veces, tienen una inteligencia emocional y empática mucho más profunda que la nuestra, la cual nos encasilla y nos trastorna con el “ser adultos”. Quizás la animación sí sea solo para niños, pero para los de ahora y para nuestros niños interiores que adoran vivir en la fantasía, fuera de la realidad adulta.
Sin explayarme más en una reflexión (quizás) necesaria, hablaremos de una cinta que definitivamente podría ganar el Oscar como mejor animación o, al menos, competirle de igual a igual con el éxito del año en taquilla, Intensamente 2.
En Revista La Máquina te contamos sobre la última película de DreamWorks: Robot Salvaje.
El crecimiento de un estudio secundario
DreamWorks es conocido por ser la mejor competencia contra Disney y Pixar, y por ser “el segundo”. A lo largo de su trayectoria, ha hecho verdaderas joyas de la animación y es un estudio destacado por hacer excelentes secuelas. Lamentablemente, esto ha ido cambiando con el paso de los años.
Tras la creación de otros estudios de animación, se ha generado un estilo único, conocido como estilo “Spider-verse”, inspirado en la película del arácnido amigo, y DreamWorks no se quedó atrás al formar su propio estilo basado en esto.
Durante el cambio de década, este estilo se desarrolló mejor con la cinta Los tipos malos, donde se empezó a experimentar, pero no sería hasta la maravillosa secuela El gato con botas: el último deseo cuando este estilo quedaría plasmado en el estudio. Ahora, con la que promete ser una de las mejores cintas del 2024 y de la década, llega Robot Salvaje.
Robot Salvaje es inteligente en todo aspecto
Como ya mencioné, esta cinta, dirigida por Chris Sanders (Lilo y Stitch), es fruto de varios años de animación experimental. Tan solo con la primera escena te sientes deleitado con un apartado estético, como si estuvieras viendo una pintura de acuarela moverse fluidamente por cada rincón de la pantalla.
La trama inicia cuando un robot con inteligencia programada es activado por error en una isla abandonada. En busca de servir, interactúa con los animales que, aterrados, se escapan de él.
Una cosa que me pareció magnífica es que la palabra “salvaje” en el título no está de adorno. Es realmente icónico cómo la naturaleza es mostrada en todo su esplendor. A pesar de ser una ficción, no teme mostrar cómo los animales se alimentan, pelean o se desgarran. La película no teme hacerlo y, de hecho, hay detalles cómicos increíbles en la cinta, así como también se maneja bien el drama.
Una trama poco cliché y deslumbrante
Desde el inicio, la película se toma el tiempo para describir e integrarte en este pequeño mundo en la isla de animales. No es una cinta que mantenga un ritmo apresurado, pero tampoco es lenta; es un equilibrio que se mantiene.
Es común que una película comience con un descubrimiento, luego amigos, un antagonista, un conflicto casi al final y una resolución. Maravillosamente, Robot Salvaje usa esos conceptos, pero los desordena totalmente. Cuando crees que un personaje hará un movimiento o comportamiento predecible, resulta que no, ya que ellos siguen sus propias personalidades y van evolucionando dentro de la película. Cada personaje es importante.
El humor es muy bueno. Si bien hay algunos chistes de flatulencias, logran ser cómicos porque no son saturados, y la mayor parte de los chistes son visuales, lo cual, con la calidad de la animación, se agradece muchísimo.
Los humanos detrás de los animales y el robot
Esta cinta cuenta con actores excelentes. Mención especial para el chileno Pedro Pascal en su papel como el zorro “Fink” y Lupita Nyong’o como Rozz, el (la) robot. Esta dupla tiene buena química, a pesar de ser solo voces. Cabe destacar a Mark Hamill, el mismísimo Luke Skywalker, como el oso Thorn.
Cabe destacar al director de esta cinta, Chris Sanders, quien cuenta con un currículum en animación bastante extenso. Solo con mencionar Lilo & Stitch y la trilogía de Cómo entrenar a tu dragón (dirigidas junto a Dean DeBlois), su reputación ya está asegurada. En esta ocasión, Sanders trabajó solo, y el resultado es excelente. La dirección de esta cinta te hace apreciar aún más este mundo “solo para niños”.
Robot Salvaje en palabras simples
Una experiencia visual y sentimental hermosa. Los personajes te hacen sentir empatía a pesar de su naturaleza salvaje, y sus personalidades son únicas. El apartado visual podría describirse como un cuadro hecho para exhibirse en un museo, con cada fotograma que deja satisfecho. Totalmente recomendada.
Disponible en tus cines favoritos desde el jueves 26 de septiembre.