Por lo general, aquellos nombres que suelen tener gran éxito en televisión son los que constantemente alimentan precisamente las lógicas televisivas de la superficialidad y conversaciones insulsas y que, en su gran mayoría, son solo una forma de distracción de las masas. Caso contrario es lo que pasa con uno de los rostros que más nombrado ha sido durante los últimos meses: Julio César Rodríguez Sierra (51).

Hoy, en pleno boom (el que pareciera ser por mucho tiempo además) de las grandes exigencias de la ciudadanía para con los medios de comunicación y lo que supone (o supondría) una mejor calidad de la información, de comunicadores críticos y que emplacen y cuestionen a la autoridad. Quien pareciera entender eso y lo lleva a cabalidad, sin caer además en la pesadez innecesaria, es Julio César Rodríguez.

Desde el llamado estallido social (18 de octubre de 2019) la sociedad chilena se ha visto inmersa en cambios que, aunque se auguran lentos, podrían ser para la creación de una nueva sociedad y para ello es fundamental entender el rol que los comunicadores deben tener en ella.

Cuestionador, sarcástico, informado y sagaz, Julio César Rodríguez pareciera haber entendido hace muchos años que aquel presentador de televisión que simplemente pone la sonrisa para los auspicios del programa no bastan ni son lo que una sociedad moderna requiere.

Atípico en su rol, siempre ha mantenido esa estampa y sello de “preguntón” y constante cuestionador de los moldes, de las situaciones que rozan lo inmoral y que están en riña con los intereses de la audiencia.

Esta labor se ha demostrado, por ejemplo, en La Nación domingo, en el Termómetro (Chilevision) y su ya prolongada presencia y vanguardismo en los programas de conversación (late show), donde ha marcado un sello con Sin Dios Ni Late (Zona Latina) y Síganme Los Buenos (Canal Vive); aquello unido a su programa de conversación en Radio Bío-Bío, Podría ser peor.

A lo anterior, sin dudas, se le sum al comunicador a sus ya clásicos emplazamientos y constantes encrucijadas, casi semanales, en los matinales de Chilevision La Mañana y Contigo en la Mañana, donde ha puesto en jaque a políticos y empresarios de diversos sectores, poniendo en la palestra aquellas cuestiones que, en forma permanente y que casi pareciera ser intencional, son abordadas en forma ligera o, lisa y llanamente, son dejadas de lado, coartando la posibilidad de los espectadores de interiorizarse de los temas país.

Julio César Rodríguez, aquel comunicador que pareciera haber estado marcado por su rol en la farándula, ha demostrado con creces ser más que eso y hoy por hoy es, a mi juicio, uno de los mejores elementos que componen la televisión local. ¿Será muy tonto lo que estoy diciendo, ah?