Stanley Kubrick: Cuando encontró el valor de la música clásica en sus filmes

Si eres aficionado al cine y has visto más de una película de Stanley Kubrick, tales como The Shining, 2001: Odisea en el espacio o La naranja mecánica, podrás distinguir el talento del realizador. Siempre ha sido admirado por su composición de planos, personajes complejos y los temas existencialistas.


Una esfera menos difundida sobre el cineasta, fue su afición por la música que plasmó en sus películas. Músicos doctos como Beethoven o Strauss sonaron en cintas como La Naranja Mecánica o 2001: Odisea del espacio, demostrando su preferencia por la música clásica, entregando una emoción penetrante a cada filme.

Para Kubrick: “Una película es, o debería ser, más como música que como ficción. Deber ser una progresión de estados de ánimo o sentimientos. El tema que hay detrás de la emoción, el significado, todo lo que viene después“, comentó en algún momento el artista.

Pero este recelo por encontrar la canción precisa para momentos exactos en sus largometrajes, no estuvo exento de imprevistos. Por ejemplo, cuando trabaja en 2001: Odisea en el espacio y encargó una partitura al compositor Alex North, en el montaje final se mezclaron varias piezas clásicas. Pero Kubrick alucinó con el resultado: sin pensar, ni molestarse en preguntar por los derechos de autor.

El preludio Así habló Zaratustra Op.30 del alemán Richard Strauss, terminó en sus películas y entró en la historia del cine, gracias a la secuencia del homínido al principio del filme 2001 Odisea al Espacio. También el Danubio Azul de Johann Strauss (un vals) estuvo en la cinta, tras un revolucionario trabajo de edición.


En uno de sus más recordados largometrajes La Naranja Mecánica. La pandilla de Alex hizo de sus fechorías al ritmo de piezas de Beethoven y Rossini. En una de las secuencias de violencia sonó la obertura de La urraca ladrona, compuesta por el italiano en 1817. Así mismo para el momento culmine de esta cinta escuchamos el famoso segundo movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven.

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También en otros filmes como Barry Lyndon se usó música que siempre fue de prefencia del artista. En esa ocasión encargó al director de orquesta Leonard Rossman una selección que incluía al segundo movimiento del Trío para piano nº 2 de Franz Schubert, el Concierto para violonchelo en Mi menor de Antonio Vivaldi, entre otras.

Pero no tan solo Kubrick fue un melómano empedernido, sino también durante su juventud tocó la batería, fue aficionado al jazz y la música docta. Sus emociones siempre tuvieron la palabra final para incluir una canción en una de sus creaciones cinematográficas.

Para escuchar un compilado de las canciones utilizadas por Stanley Kubrick en sus películas, está el playlist: Classical Music Used In Stanley Kubrick Films en Spotify.

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