Sin duda, la llegada del “Fast Fashion” revolucionó a la industria de la moda, ampliando las clásicas colecciones estacionales a un sinnúmero de cápsulas y líneas de cruceros, presentadas en espectaculares shows dentro de “La semana de la Moda”, invadiendo las capitales del mundo, en un ritmo vertiginoso de producción que hoy, producto de la pandemia, se ha puesto en pausa, generando preguntas en cuánto a la necesidad y su impacto ecológico.
Recapitulemos: El COVID-19 se expandió en Europa al mismo tiempo que se desarrollaba la Semana de la moda en Milán. Muchos shows fueron afectados, siendo Armani la primera firma en realizar su desfile a puerta cerrada. Luego, muchos diseñadores cancelaron sus desfiles de abril y mayo.
Las colecciones que alcanzamos a ver para Otoño-Invierno, se encuentran totalmente paradas o canceladas. Se comienza a cuestionar la cantidad de ciclos de moda que se produce en un solo año, mientras desconocemos si se realizará el tan esperado Fashion Week de Nueva York en septiembre próximo. A su vez, en Londres ya se habló de realizarlos de manera totalmente digital, como acaba de efectuarlo Chanel en su última colección Crucero, protagonizada por la top argentina, Mica Argarañaz.
La moda: otra industria desvalida por el virus
Con el avance de la pandemia, la industria de la moda se ha puesto en jaque. Ya hemos hablado sobre la crisis que viven los diseñadores independientes en Chile, la aparición de la mascarilla como un nuevo accesorio, que incluso ayuda a palear los efectos de esta recesión, y cómo las grandes casas de renombrados diseñadores han parado su productividad para crear herramientas que apoyen medidas sanitarias como alcohol gel y mascarillas.
¿Y qué pasa ahora? Indudablemente, este tiempo de “pausa” ha servido para cuestionarnos nuestros propios hábitos de consumo y, a gran escala, marcas de lujo y retail comienzan a repensar la velocidad con la que se mueve la industria, proclamando que es hora de reinventarse.
De esta forma, la marca Gucci anunció que incursionarán en una nueva estrategia, con solo dos desfiles al año, presentando sus colecciones independiente de la programación de la industria que los impulsaba a realizar un mayor números de desfiles que, al parecer, hoy carecen de sentido.
Así lo planteó Alessandro Michele, diseñador de la marca: “Es un acto fundacional, audaz, pero necesario, que busca crear un nuevo universo creativo”.
Marcas como Marc Jacobs, Saint Laurent, Marine Serre, Dries van Noten, han apoyado la iniciativa.
Por su parte, Chanel ha demostrado muy poco interés en cambiar el sistema. Así lo señaló Bruno Pavlovsky, presidente de las actividades de la marca: “Todavía creemos en la vieja forma de hacer las cosas, tenemos nuestro calendario intacto, con seis shows al año“.
¿Qué pasa con la sustentabilidad?
Desde antes de la pandemia, la sustentabilidad en la moda ha sido un tema que se ha venido discutiendo y hoy toma mayor relevancia, ya que, si vamos a un ritmo más lento, también podemos pensar en los procesos productivos y revaluar las técnicas, buscando sustentatibilidad para crear colecciones.
Por ejemplo, marcas como Stella McCartney ya están un paso adelante, planificando sus colecciones con mucho tiempo de antelación para ir de la mano con estándares ecológicos, utilizando técnicas más lentas y plazos mas largos.
En Chile, este es un tema que también preocupa a diseñadores, quienes buscan, entre otras materias, crear conciencia sobre el impacto del planeta frente al “Fast Fashion”, siendo nuestro país líderes en el consumo de esta moda desechable en Latinoamérica, que sin duda va en desmedro de la producción local.
No sabemos a ciencia cierta cómo terminará la agenda de las colecciones de las grandes marcas y sus desfiles. Estos temas están siendo discutidos entre las pequeñas marcas y los grandes conglomerados. Lo que sí sabemos es que hoy más que nunca necesitamos generar conciencia de nuestras marcas locales, es tiempo de mirar hacia dentro y no hacia fuera, apoyando a nuestros diseñadores nacionales para que puedan prosperar y no perecer durante esta pandemia.