El maquillaje ha estado durante décadas en nuestras vidas, nos hace sentirnos bellxs y empoderadxs, muchas veces nos ayuda a disimular ciertas imperfecciones que no queremos que sean vistas, pero si hablamos de makeup es indispensable hablar de variadas texturas, colores y pigmentos. Uno de los ingredientes más usados en nuestro maquillaje diario tiene un lado bastante oscuro y que no muches conocen: la llamada Mica.
Las micas no solo aportan color (y además muy variado), sino también brillo y luminosidad. Por eso se usa en casi cualquier tipo de maquillaje con color, desde sombras de ojos hasta coloretes en múltiples formatos, como bases, iluminadores, etc.
La mica es un mineral muy frecuente y abundante. Se obtiene a través de la minería, y no se añaden aditivos en su molido y corte en láminas o copos, que son las formas en las que se suele comercializar, por lo que es apta en la fabricación de cosmética natural y cruelty-free. Los países con mayor producción son China e India.
¿Pero qué hay detrás de este producto que parece ser tan amigable con el medio ambiente, de fácil uso y bellos colores? La India produce el 60% de la mica mundial, la mayor parte procedente de Jharkhand y Bihar, pero desde que en 1980 una ley destinada a proteger los bosques obligó a la mayoría de las minas a abandonar gradualmente sus actividades, la industria pasó a la clandestinidad.
La extracción de mica ha venido ocupando a 20.000 mineros a pequeña escala muchos de ellos niños que comienzan a trabajar con tan solo 8 años, sin tierras y analfabetos, a merced de una tropa de agentes, intermediarios y exportadores sin escrúpulos, lo que alimenta una intrincada red de abusos, trabajo infantil, destrucción del medio ambiente y endeudamiento. Reunir 20 kilos de mica al día se paga a razón de 10 rupias ($138 pesos chilenos) por kilo. Los miserables tres euros una ($2500 pesos) persona gana en una jornada cavando bajo un sol de justicia solo alcanzarán para comprar un poco de comida. Una vez extraída, agentes independientes compran la mica y se vende a intermediarios, se corta y se refina.
Aquí, las carreteras principales están flanqueadas por talleres que acogen a decenas de habilidosos ancianos que dividen cuidadosamente las láminas con cuchillos y tijeras, las clasifican y las separan según su calidad. Luego se enviarán a los exportadores quienes las introducirán en el mercado mundial, a través de China y Europa. La media de 10 rupias por kilo que obtienen no es suficiente para sobrevivir durante la temporada de lluvias, cuando las minas se llenan de agua y se vuelven inaccesibles, por lo que los aldeanos tienen que pedir anticipos a los agentes que venden la mica, a veces a tipos de interés exorbitantes, del orden del 15% mensual.
En 2017 el gobierno de la India legalizó la extracción de mica tras la investigación de The Guardian que reveló que 20.000 niños trabajan en la extracción del brillante mineral en minas que en un 90% era ilegales, obligados por la pobreza. Según una investigación posterior de la Fundación Thomson Reuters, en tan solo dos meses al menos siete niños habían muerto mientras buscaban mica en minas ilegales.
Hasta ahora se han identificado aproximadamente unos 100 vertederos de mica para ser subastados. Una vez que se vendan, las minas “fantasma” y las reservas de mica frescas serán subastadas. Pero no queda claro qué sucederá con los niños y sus familias cuando se agote esta fuente de ingresos.
En una reciente investigación del Departamento de Trabajo de Jharkhand, se descubrió que la extracción ilegal de mica era el principal sustento de muchas familias. También, que varias personas habían muerto mientras lo hacían debido al derrumbe de las minas. Los que conocen la industria elogiaron la legalización, pero también advirtieron sobre el escaso alcance de la medida.
La mica puede provocar la cicatrización de los pulmones cuando se respira. Por lo tanto es un peligro para las personas que entran en estrecho contacto con grandes cantidades de mica, como son los extractores. Desde el punto de vista medioambiental la mica se encuentra en la naturaleza junto con otros elementos y para su extracción es necesario realizar perforaciones y/o voladuras de las rocas para después eliminar los minerales extraños y obtener así la llamada mica en bruto. Dichas perforaciones generan efectos medioambientales adversos sobre el agua, suelo, clima, fauna y flora, lo que anula el pensamiento de que por ser un producto proveniente de la naturaleza no daña el medio ambiente.
Son muy pocas las marcas de maquillaje que fabrican cosméticos libres de mica. ¿Sería la solución comprar cosméticos y cremas sin mica? Daría lugar a que muchas personas de las zonas extractoras se quedasen sin trabajo. ¿Es mejor por lo tanto seguir ignorando el problema?
Quizá debemos pedir o exigir a la industria cosmética que por cada producto fabricado con mica done una parte de las ganancias para cambiar la fuente de ingresos de las personas que ahora son extractoras de mica y quizá también es momento de que nosotros colaboremos con las ONG,s que desarrollan proyectos en la India.