El invierno se hace cada vez más presente a medida que el año avanza y a algunos nos viene cierta nostalgia con la niebla, el cielo nublado y la lluvia ocasional que golpea nuestras ventanas.
Esta nostalgia nos ayuda a asociar el clima con las experiencias vividas, momentos pasados y, en este caso, historias leídas, porque sin dudarlo, la lluvia siempre me trae a la memoria una de mis portadas favoritas en lo largo y ancho de lo que compone las aventuras del amigable trepamuros del vecindario.
Y es que una portada tan atractiva no pasa desapercibida al ojo. Este fue el primer acercamiento que tuve a “La última cacería de Kraven”, un cómic de seis partes repartidas entre Web of Spider-Man #31-32, The Amazing Spider-Man #293-294, y The Spectacular Spider-Man #131-132. En este número veíamos el encuentro final entre Spider-Man y Kraven, el cazador, un enemigo, a estas alturas, longevo del arácnido que en esta ocasión no solo planea derrotarlo, sino que reemplazarlo demostrando que el cazador supera a la presa.
El argumento de la historia es, a grandes rasgos, sencillo: Spider-Man se enfrenta con Kraven, quien le dispara certeramente dejándolo presuntamente muerto. Tras esto, Kraven realiza un entierro ceremonial en su mansión, vistiendo un traje idéntico al de Spider-Man (el atuendo negro sintético, no el simbionte) y proponiéndose a demostrar ser mejor a Spider-Man, así es como comienza su patrullaje en las calles golpeando brutalmente a los criminales y capturando tras una paliza a Vermin, un temible enemigo de Spidey a quien derrotó con anterioridad gracias a la ayuda del Capitán America.
Pasan dos semanas, una Mary Jane desesperada por la desaparición de su esposo, recorre las calles buscando respuestas al saber que el Spider-Man que patrulla las calles es un impostor, Kraven sigue manteniendo al crimen a raya con fuerza bruta y hasta letal y Peter despierta en su tumba, el efecto de los sedantes con los que Kraven le disparó dejaron de hacer efecto y es momento de su “resurrección”.
Aquí vemos a Peter confrontando a Kraven por lo que hizo, dispuesto a darlo todo en la batalla, pero el cazador no presenta pelea, debido a que ya está claro que él fue el vencedor.
Entonces, Vermin aparece, con una sed insaciable de venganza contra Spider-Man tras la brutal golpiza que le propinó Kraven. Es cuando un debilitado Peter Parker, a momentos de morir, es salvado por quien fue su enemigo y vencedor. En este momento, Vermin queda libre y huye de la mansión de Sergei, quien le deja la vía libre a Spidey para ir tras la amenaza, aquí llega el punto fuerte de la historia.
Kraven hace un repaso por su carrera y reflexiona, luego de triunfar en su propósito habiendo capturado a la presa más grande de su carrera sabe que nada más le espera delante, así que con el pecho lleno de orgullo tras su última y más grande cacería.
Posteriormente a la muerte del cazador, Peter detiene a Vermin frenando su amenaza. Kraven antes de dar su último adiós deja evidencia suficiente para demostrar la inocencia de Spider-Man tras las dos semanas donde parecía no tener quién lo detuviese y vemos cómo la historia se cierra con el funeral de Kravinoff.
Uno de los elementos más interesantes que presenta esta excelente historia escrita por J.M. DeMatteis es la inclusión de extractos del poema “The Tyger” de William Blake, siendo reemplazado el tigre por la araña, “The Spyder”.
Citando el poema, nos encontramos con la siguiente estrofa:
Tyger Tyger, burning bright, (Tigre, Tigre, ardiendo intensamente)
In the forests of the night; (En los bosques de la noche)
What immortal hand or eye, (¿Qué mano inmortal, qué ojo,)
Could frame thy fearful symmetry? (Pudo idear tu terrible simetría?)
Debido a esta estrofa, siendo un añadido en el comienzo de la historia, también se le conoció por un tiempo a la historia cómo “Terrible Simetría”, a causa de la constante búsqueda de Kraven por demostrar ser un igual a Spider-Man. Sin embargo, lo que no veía en su simetría era lo que caracteriza al amigable vecino, su corazón puro y noble, que busca hacer el bien sin nada a cambio.
El cazador siempre vio a Spider-Man como un héroe que resolvía sus problemas a golpes y con esto mantenía a raya al crimen, al no ver más allá de su motivación y emociones, comprendía de manera totalmente errónea al enmascarado. Siendo Kraven esa aterradora simetría que buscaba reflejar del héroe, cuyo emblema es aquella bondad con la que no todos cuentan.
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