La siguiente introducción fue escrita por Luis Guenel Soto, quien junto a Ébana Garín Coronel, dirigen la Fundación Cuerpo Sur; grupo humano que supervisó una etapa inicial del proyecto y ofrece aquí su testimonio sobre la experiencia con Colectiva Loca y HOMINIDAE CHILWE 2024. Para Revista La Máquina.
INTRODUCCIÓN

Recuerdo que conocí la Colectiva Loca a través de su postulación al programa de residencias en artes vivas Avanzada Sur 2023. En esa primera propuesta, Ignacia, en representación del colectivo proponía realizar una cartografía auditiva de Chiloé, con el objetivo de indagar en las problemáticas sociales del territorio.
Recuerdo que en su propuesta era muy claro el interés del colectivo por ir en búsqueda de personas diversas que habitaban en Chiloé pero que no habían tenido la oportunidad de expresar su sentir.
Recuerdo que fui testigo de cómo avanzó el proceso, al principio las estrategias utilizadas para el levantamiento de esta cartografía eran muy intuitivas: atravesar la ciudad caminando y escuchando las voces y el grano de ese acento sureño, subirse a una micro y registrar los sonidos con una tascam, sentarse en un paradero y conversar con desconocidos, tomar fotos, hacer mini entrevistas a personas en la calle.
Recuerdo que todas estas estrategias de exploración y creación las trasladaron desde la ciudad al campo y, hubo un fuego que encendió la Colectiva Loca cuando llegaron a Contuy, encontraron en esas voces rurales la esencia de lo que hasta entonces era un devenir.
Recuerdo claramente cómo fueron en búsqueda de testimonios rurales, mientras el grito: Holaaaaa!; llamaba a que una puerta se abra, iban quedando registrados en la tascam los pasos en el camino de piedras y una serie de perros, bandurrias, chucaos, queltehues y vacas que posteriormente enriquecerán el universo sonoro.
Recuerdo que a través de muchas entrevistas fue tomando forma un gran contenedor de registros del territorio. Y es aquí donde está el gran acierto de la colectiva, haber ido más allá del registro de las problemáticas sociales que aquejan a los habitantes de Chiloé, registrando como testigos del territorio también a la flora y la fauna desbordante del territorio.
Recuerdo que habían situado al humano al mismo nivel con su entorno natural permitiendo que emergiera un paisaje sonoro muy político, con mucha fuerza, reflejo latente de los sueños, necesidades y amenazas presentes en el archipiélago de Chiloé.
Recuerdo que la primera vez que asistí a Chile 2024; salí de la sala conmovido, no entendía qué había sido exactamente pero se habían movilizado muchas emociones en mi durante la escucha.
Recuerdo que el paisaje sonoro nos trasladaba cuidadosamente hacia aquello que se subestima o que se excluye de los grandes relatos, el paisaje nos tomaba en sus brazos y nos llevaba hacia algo nunca oído antes pero que siempre había estado ahí: el humo de la leña, el agua cayendo en el mate, el mapuzungun williche, las manos con tierra, las botas de agua de una jornalera, el bosque siempreverde, las papas nativas, el ajo, la fuerza de sus ríos…
Recuerdo que con los meses me di cuenta de que la experiencia de escucha a la que nos invita la Colectiva Loca no es algo que se limita al oído si no que involucra todo el cuerpo. Siento que en esta invitación de la colectiva de entregarnos a la experiencia de la escucha con el cuerpo en su totalidad permite que aparezcan otras formas de entender el territorio y sus lenguajes, algo que va más allá de lo verbal, y que no lo podemos atrapar en la palabra, sino simplemente vivirlo.
Recuerdo que Chilwe 2024, es un retazo de vida donde los árboles, los pájaros y los humanos nos cuentan al mismo tiempo y con la misma fuerza de esa isla grande.
Recuerdo que fueron muchos los registros, muchas las ideas de cómo presentarlo. Recuerdo que pasaron los meses y las golpeó el invierno y su lluvia incesante.
Pero también recuerdo que un día se abrió el cielo allá por Gamboa Alto, y la Lonko Clementina conversó con las aguas del río,
y fue tal vez ese soplo de vida, ese instante, en el que no había una jerarquía entre la lonko y el río, el que entregó luz al devenir del paisaje sonoro.
Luis Guenel.
HOMINIDAE CHILWE 2024 – Colectiva Loca


HOMINIDAE es el nombre que elegimos para darle vida a una idea que estuvo rondando nuestras cabezas durante un verano caluroso en Santiago de Chile. El primer anhelo de un grupo de amigas por crear y trabajar juntas. Después de intensas conversaciones entre risas y desayunos, llegamos al concepto de la memoria como un punto de encuentro que despertaba nuestro interés hacia la creación. Los homínidos, son aquel grupo de primates sin cola, entre los cuales se incluyen 4 géneros y 8 diferentes especies que incluyen al ser humano; aquellos que a lo largo de la evolución tuvieron un desarrollo cerebral mayor que otros primates, esto incluye áreas como el hipocampo y la corteza prefrontal, que son cruciales para la formación y el almacenamiento de la memoria.
El proyecto HOMINIDAE nace de la intersección entre el arte sonoro, la memoria colectiva y el patrimonio cultural. La obra se nutre de la idea del sonido como medio para preservar y revalorizar la identidad territorial. Desde una perspectiva de paisaje sonoro, propuesto por teóricos como Murray Schafer, entendemos el entorno acústico como un reflejo de las relaciones entre los seres humanos y su ambiente. Este enfoque permite destacar cómo las transformaciones sociales quedan registradas en sus sonidos, ya sean naturales o antropogénicos. De esta manera, el interés de esta colectiva, se desarrolla en la captación sonora del presente para la elaboración de un material de archivo que contribuya a la preservación de la memoria colectiva de un territorio.
Metodología y proceso de registro
“Hominidae Chilwe 2024” se basa en la investigación del sonido como archivo histórico y herramienta de memoria cultural. El proyecto se articula alrededor del rescate de sonidos que forman parte del tejido histórico del archipiélago de Chiloé, incluyendo paisajes, naturaleza, ciudad y relatos. Siguiendo las teorías de patrimonio inmaterial, los sonidos capturados —como los testimonios orales y los paisajes sonoros— constituyen registros valiosos de la vida cotidiana en las islas que componen este archipiélago como un territorio de particular geografía, donde cada relato y cada sonido aportan a la construcción de una narrativa histórica viva. Este enfoque reconoce que el acto de escuchar, es una forma de preservar y entender la identidad territorial.
Asimismo, el concepto de patrimonio inmaterial, tal como lo define la UNESCO, nos ayuda a situar el valor de los paisajes sonoros y los testimonios orales de los habitantes del archipiélago. Los relatos y paisajes recabados durante la investigación conforman una cartografía de la resistencia, donde se reivindican las voces de aquellos que enfrentan la amenaza de la explotación ambiental, el extractivismo y la pérdida de sus tradiciones y saberes ancestrales.
Instalación sonora y participación comunitaria
HOMINIDAE CHILWE 2024 es una instalación llevada a cabo por Colectiva Loca; una dupla de mujeres artistas, que proponen un dispositivo itinerante que se activa, teniendo así un principio y un final. La instalación está compuesta por estructuras de fierro teñidas de rojo, que sirven de soporte para un sistema de audio inmersivo. A través de estos dispositivos, los sonidos viajan de un lado a otro, construyendo un relato sonoro en movimiento. Además, la obra incorpora piezas visuales creadas en colaboración con infancias del territorio, realizadas en actividades de mediación en escuelas rurales del archipiélago, dando valor a la experiencia sensorial y profundizando el vínculo entre memoria, paisaje y comunidad.
Al adentrarse en la instalación, las y los asistentes son envueltos por una sinfonía de voces, el rumor del agua y los ecos de la isla. Cada sonido, cuidadosamente dispuesto en el espacio, los invita a recorrer Chiloé a través del oído, descubriendo su memoria oculta en las ondas sonoras La obra en sí, invita a las y los asistentes a ser parte de una instancia de escucha comunitaria, donde a través de la percepción auditiva, pueden empaparse del contexto actual del territorio. Con este trabajo, la colectiva pretende generar ese material de archivo histórico para ser preservado y compartido con las comunidades que habitan el archipiélago y con sus futuras generaciones.
El proyecto se desarrolla como una residencia artística en la que se lleva a cabo un estudio territorial de una ciudad específica. A lo largo del proceso, invitamos a la reflexión sobre el valor del sonido como parte del patrimonio inmaterial, en diálogo con la premisa central:
¿Cuál es tu lucha?
El dispositivo sonoro no es solo un medio de reproducción, sino un portal hacia un tiempo y un espacio que se reconstruye con cada escucha, permitiendo a la comunidad reencontrarse con su propia historia y reconocerse en su propio paisaje.


Impacto y proyección
Desde 2022, Colectiva Loca ha profundizado su interés en la exploración sonora de los territorios, con el fin de amplificar las voces locales y crear experiencias inmersivas de escucha comunitaria. Esta búsqueda ha dado lugar al diseño de dispositivos tecnológicos que conectan a los asistentes con las narrativas y preocupaciones del territorio, elevando las voces y los conflictos de un espacio-tiempo específico. Estas tecnologías no solo preservan el archivo patrimonial sonoro, sino que también ofrecen una forma crítica e innovadora de interactuar con la memoria viva del lugar.
El relato oral juega un rol clave en la preservación de la cultura y la memoria comunitaria. Su capacidad para conectar a las personas con su pasado, y transmitir valores, creencias y experiencias a nuevas generaciones, es fundamental para mantener viva la identidad cultural. En comunidades rurales, donde las tradiciones se sostienen a través del intercambio narrativo, este traspaso de conocimiento asegura que la cultura continúe siendo dinámica y relevante.
La integración de nuevas tecnologías otorga una nueva dimensión a este proceso, ya que nos permite esta amplificación, creando un entorno donde las historias no solo se cuentan, sino que se experimentan de manera colectiva y multisensorial. Al permitir que los miembros de la comunidad se escuchen a sí mismos, lo personal y lo colectivo se entrelaza, fortaleciendo los lazos culturales. Además, estas tecnologías promueven el desarrollo de habilidades comunicativas. Al darle valor al relato oral en un entorno inmersivo, se fomenta la escucha activa y la empatía, esenciales para la concientización de las problemáticas que enfrenta una comunidad, contribuyendo así a la continuidad cultural y el desarrollo de valores tradicionales ancestrales.
La combinación de relato oral y tecnologías inmersivas ofrece una renovada posibilidad de preservación de las historias de un pueblo, fortaleciendo la identidad colectiva y promoviendo un diálogo profundo entre las personas y su entorno.
El proyecto HOMINIDÆ se comparte en dos formatos principales:
- Experiencia de escucha colectiva, donde se invita a la comunidad a participar activamente en la escucha de los paisajes sonoros y relatos recolectados.
- Cartografía en formato web, que permite un acceso más amplio y digitalizado al archivo, facilitando la difusión y el estudio de la investigación desde diversas
Hominidae Chilwe 2024 fue presentada en seis puntos de la Isla Grande de Chiloé: Centro Cultural de Castro, Biblioteca Comunitaria de Quemchi, Escuela Rural Artística Alumno Marcelo Guenteo Solis (Molulco, Quellón), Liceo Galvarino Riveros y Cecrea Castro.
IGNACIA URIBE
Dirección, Dramaturgia e Investigación
CATALINA AGUILERA
Dirección, Diseño sonoro e Investigación
NICOLÁS ROA
Sonido, Mezcla y Master
MATIAS BURGOS
Montaje escénico
MARIA TERESA RODRIGUEZ
DAYANA GUZMÁN
Producción y Gestión Cultural
NASTASSJA BARBIERI
Diseño de aficheProyecto financiado por el Ministerio de las Culturas y las Artes.
Más allá de una instalación, HOMINIDAE CHILWE 2024 aspira a convertirse en un modelo de preservación sonora replicable en otros territorios. La memoria sonora, lejos de ser un archivo estático, sigue expandiéndose en el tiempo, desafiando el olvido y dando voz a quienes resisten.
Mensaje de la obra
El mensaje central de “Hominidae Chilwe 2024” radica en la creación de una experiencia de escucha para la comunidad, donde el público puede sumergirse en los sonidos y voces de los habitantes del archipiélago. A través de esta inmersión, buscamos que los asistentes se conecten con las problemáticas y dinámicas del territorio, entendiendo cómo estos archivos sonoros son parte esencial de la historia local. El proyecto no solo presenta los sonidos, sino que los organiza en una dramaturgia, poniendo en valor las voces de las personas que resisten los cambios sociales y económicos que amenazan su forma de vida.
Las personas que dan sus testimonios fueron seleccionadas por realizar algún tipo de labor comunitaria en el territorio, incluyendo trabajadores públicos, dirigentes sindicales, asociaciones gremiales territoriales, autoridades ancestrales, etc.
Patrimonio cultural y lo insular
Desde que llegamos a la isla, comenzó a rondarnos un concepto que no sabíamos que nos acompañaría durante toda la investigación. Cuando escuchamos por primera vez la palabra insular, algo hizo click dentro de nuestra idea de inmersión en el territorio. Sin embargo fue hacia el final de nuestro viaje, que esa idea de lo insular cobró sentido y se integró en el cotidiano de lo que significa habitar un archipiélago.
“Tiempo insular”, nos dijeron, para advertir que no siempre recibiremos una respuesta inmediata a correos electrónicos o mensajes de Whatsapp. Algo difícil para mujeres de la ciudad capital, pero que tiene que ver justamente con el tiempo, su apreciación y su ritmo, tan propio de un territorio como Chiloé, y que, seguramente, si alguna persona ha visitado estas islas, sabe de lo que hablamos. En la etapa preliminar del proyecto, cuando nos encontrábamos realizando la residencia de Avanzada Sur, Luis y Ébana nos presentaron el concepto “epistemologías del sur”, entendiendo así la apreciación crítica del contexto latinoamericano y de culturas del sur del mundo. Dentro del tiempo insular, existió el momento de calibración, como lo llamaron nuestras productoras en terreno, María Teresa y Dayana, aquel proceso de llegada y decantamiento del ruido de la ciudad, el ajetreo y el deseo incontrolable de hacer rendir el tiempo de manera productiva y eficiente.
Una expedición a conectar con el territorio y efectuar el ritual para “quitarse el bautizo católico”, en las cascadas de Tocoihue. Creemos fielmente en la afirmación de un contexto insular único, donde la vida en las islas crea dinámicas culturales y sociales particulares bajo las tradiciones huilliches y la conexión de las y los habitantes con el mar y los bosques. El hecho de vivir en este contexto, refuerza un sentido de comunidad y pertenencia que es fundamental para la identidad chilota, que van desde la valoración de preparaciones culinarias ancestrales, hasta juegos de palabras que armonizan con el cantar de las aves. A través de este proyecto, nos interesa destacar cómo los sonidos y las historias reflejan estas particularidades insulares y cómo forman parte de su patrimonio.
“Unidos por el mar” menciona Carla, una de nuestras entrevistadas en esta búsqueda de voces que nos ayudarán a descubrir este archipiélago. Si bien fue bastante común situarse en la concepción de un territorio parcelado, fragmentado, separado por el agua; pero no. “Unidos” dijo Carla, “unidos por brazos de agua…, esos eran sus caminos, sus carreteras”, (refiriéndose al pueblo canoero Chono que habitaba esa zona del país).
En el tiempo insular, el sonido adquiere otra dimensión: no es solo una señal de presencia, sino un testimonio del ritmo de vida, de la espera, del encuentro pausado con el entorno. En HOMINIDAE CHILWE 2024, cada registro sonoro no solo documenta, sino que dialoga con esta temporalidad única del archipiélago.
El deseo, como artistas, fue siempre cuidar los códigos de convivencia insular y respetar todo tipo de información que se nos fuera entregada; es por eso que el trabajo se realiza desde un enfoque profundamente colaborativo y no extractivista, respetando los ritmos, los objetos, la naturaleza y a las personas de la comunidad. El objetivo es registrar, rescatar estos sonidos y testimonios como parte de un archivo vivo, que no busca explotar la información obtenida, sino que resguardarla y devolverla a las personas como un reconocimiento de su valor histórico. En este sentido, es crucial dar espacio a todos los actores, desde las niñeces hasta los adultos mayores, en la construcción de este relato colectivo.
Trabajo dramatúrgico
El proceso de recopilación de testimonios no solo tiene un fin documental o de archivo, sino que también incluye un cuidadoso trabajo dramatúrgico. Las voces recogidas son estructuradas para que el oyente se conecte profundamente con las historias, organizadas de manera que resalten los contrastes y las similitudes en las diferentes vivencias. A veces repetitivo, a veces muy claro y a veces borroneado con cantos de ave y soplidos del viento. La dramaturgia se basa en la importancia de las relaciones intergeneracionales y la pluralidad de voces, creando una narrativa polifónica que refleja la diversidad de experiencias y perspectivas dentro del archipiélago.
Esta estructura dramatúrgica permite que las voces se transformen en actores históricos, guiando al público en una experiencia emocional y reflexiva sobre el pasado, el presente y el futuro que pende de un hilo, y que se vuelve más frágil cada vez que se amenaza el ciclo natural de la cordillera de Piwchen. Entender los ciclos vitales del territorio, fue parte esencial de la construcción del relato; al organizarlos, se busca resaltar tanto los elementos de resistencia como de identidad cultural, fortaleciendo el valor patrimonial de las historias de las comunidades. Se presenta de alguna manera, una narración primeramente contextual, que poco a poco se va adentrando en las problemáticas sociales, desentrañando el sentir de una lucha contra el extractivismo y la explotación de los recursos naturales del archipiélago, las consecuencia del daño medioambiental y cómo afecta el cotidiano de las y los habitantes. La conciencia del rescate tradicional como las guardadoras de semillas, las preparaciones culinarias, el colonialismo instaurado desde los mitos y leyendas que disfrazan el genocidio y exterminio a través de discursos mágicos, las formas de navegar, las materialidades de su arquitectura y artesanía, los inmensos conchales que hoy son parte de una huella histórica de pueblos insulares; todo eso, pero lleno de sabores, aromas, viento salado y lluvia… mucha lluvia.
Conclusión sobre HOMINIDAE CHILWE
Deseamos finalmente, que estos relatos estimulen a las y los participantes a reflexionar sobre la amenaza constante que enfrenta una cultura que lucha por la defensa de su territorio y sus costumbres. Reconociendo que existen temáticas que requieren un desarrollo y una mejora en estructuración para una mejor vida en comunidad. La valoración de las tradiciones y la no folclorización de una cultura rica en conocimiento medicinal y técnicas de oficios.
Así, HOMINIDAE CHILWE 2024 no solo nos invita a escuchar, sino a recordar que en cada sonido resuena la historia de un territorio que sigue latiendo en su propio tiempo.
Compartimos este trabajo como una invitación a experimentar el territorio a través del sonido, a sumergirse en una escucha que desdibuja los límites entre lo humano y lo natural. Más que un archivo sonoro, este proyecto se ha convertido en un espacio de encuentro donde las voces, los paisajes y la memoria se entrelazan, revelando nuevas formas de narrar y habitar el archipiélago.
En cada una de sus etapas, el proyecto ha buscado generar un diálogo activo entre las comunidades y su patrimonio inmaterial, no desde la nostalgia, sino desde la posibilidad de imaginar futuros donde la oralidad y la escucha sigan siendo herramientas de resistencia y transformación.
El acto de escuchar no es pasivo. Implica detenerse, abrirse a otras sensibilidades y reconocer que cada testimonio, cada sonido registrado, es parte de un ecosistema que lucha por mantenerse vivo. HOMINIDAE CHILWE 2024 nos deja con una certeza: el paisaje sonoro de un territorio no es solo un reflejo de su pasado, sino también un indicio de su porvenir.
Más allá de esta primera etapa, HOMINIDAE CHILWE 2024 aspira a expandirse y seguir construyendo una cartografía sonora que no solo documente el presente, sino que dialogue con el futuro. ¿Cómo seguirá resonando este archivo en quienes lo escuchen dentro de diez, veinte, cincuenta años? La memoria es dinámica, y al igual que el sonido, se transforma con cada nueva escucha.
Así, este proyecto llamado HOMINIDAE CHILWE no solo nos invita a escuchar, sino a recordar que cada sonido es un latido de la historia, una huella de quienes han habitado y defendido estos territorios. La pregunta queda abierta: ¿qué nos dice hoy el paisaje sonoro de Chiloé sobre su futuro?
Ignacia Uribe, codirectora Colectiva Loca
