El actor nacional Francisco Melo suma un nuevo reconocimiento internacional a su trayectoria, confirmando su versatilidad y vigencia en la escena audiovisual. Esta vez, con el cortometraje La matadero – La carnicería, dirigido por Gonzalo Sepúlveda. La producción obtuvo el Prix du Film Court Mordant en el festival francés Silence, Ça Touille, certamen que cruza el cine con el arte gastronómico.
La propuesta del festival busca explorar cómo los relatos audiovisuales dialogan con la cultura culinaria. Así otorgan un espacio a películas que abordan problemáticas contemporáneas desde un enfoque sensorial y crítico. En ese marco, la obra de Sepúlveda se destacó con una narración de atmósfera distópica, donde Melo interpreta a un carnicero que, junto a Pablo Canales, intenta sobrevivir en un planeta devastado por el colapso ambiental.
La matadero – La carnicería se articula como un thriller distópico que reflexiona sobre el calentamiento global y el consumo de carne en un mundo en crisis. Su guion, inspirado en el antipoeta Nicanor Parra, se potencia con las atmósferas sonoras diseñadas por Cristián Cárdenas. También la inquietante narración de Mabel Farías aporta densidad e intensidad dramática a la trama.

El cortometraje ha construido un sólido recorrido en el circuito de cine independiente. En 2024 La matadero – La carnicería se convirtió en el Mejor Corto Experimental en el Student and Young Artist Feedback Festival de Toronto. Además, fue distinguido en el L.A. Action/Fantasy/Sci-fi/Thriller Film Festival en Los Ángeles. Su impacto también se reflejó en festivales de Turquía, Portugal y Estados Unidos, donde fue finalista. Así, confirmando el alcance internacional del audiovisual latinoamericano.
Para el director Gonzalo Sepúlveda, que anteriormente ha trabajado con figuras como Carmen Disa Gutierrez, Paulina Urrutia, Aline Kuppenheim y Alejandro Trejo, esta producción significa un paso más en una carrera marcada por la experimentación y la búsqueda de nuevos lenguajes. Con La matadero – La carnicería, Sepúlveda consolida un estilo que combina riesgo estético y crítica social, abriendo camino a un reconocimiento internacional que empieza a consolidarse.