Durante años hemos escuchado que los videojuegos pueden ser perjudiciales para la salud o crear actitudes antisociales, hasta agresivas, sobre todo en los niños y jóvenes. El pasatiempo preferido de millones ganó mala fama, sin embargo, últimamente, se descubrió algo totalmente diferente, revindicando a los gamers.
Investigadores del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano, detectaron, por medio de un estudio realizado a un grupo de adultos que se entretuvieron jugando Super Mario 64 por 30 minutos diarios durante 2 meses, que la materia gris aumentó notoriamente en hipocampo derecho, partes del cerebelo y la corteza prefrontal.
El resultado, en sentido práctico, arrojó que la materia gris de los que jugaron aumentó en áreas relacionas con habilidades motrices, orientación espacial, formación de memoria y pensamiento estratégico en comparación con aquellos que no juegan.
En la misma línea, un estudio de la Universidad de Oxford comandado por Andrew K. Przybylski, develó que quienes juegan de forma moderada tienen una mayor adaptación psicosocial. El estudio se enfocó en jóvenes entre los diez y quince años de edad.
El estudio anterior demostró que aquellos que invierten menos de un tercio de su tiempo libre jugando, mostraron mejores niveles para un comportamiento social adecuado y sentirse más satisfechos con la vida. Por el contrario, disminuyeron conductas negativas como la hiperactividad.