Se viene un nuevo Día del Libro, y los listados de recomendaciones literarias se multiplican por estas fechas. No obstante, en La Máquina decidimos darle una vuelta al asunto y hacer nuestra Lista Negra de Libros Polémicos. Criticados, censurados, e incluso quemados, son distintas las publicaciones que han generado amores y odios en el último medio siglo en nuestro país.
¿Por qué medio siglo? Pues, entre 1920 y 1952, la tasa de analfabetismo bajó solo 10 puntos. Para 1952, el 36,3% de los chilenos eran analfabetas. Para 1970, en cambio, era el 12,8%. Vale decir, se redujo a un tercio en 20 años. Es en este período, 1952-1970, cuando los chilenos se ponen a leer en serio. Y es por esa misma época, a partir de la Revolución Cubana en 1959, que empiezan a surgir ideas y gobiernos revolucionarios, la Democracia Cristiana primero y la Unidad Popular después, y por supuesto proyectos contrarrevolucionarios como el Movimiento Gremial y la Dictadura militar.
Es en este período que empiezan a surgir libros que incomodan a la elite (pero no como Bad Boys), y también libros escritos de forma reaccionaria por esa misma elite. ¿Como cuáles? Veamos:

- Frei, el Kerensky chileno (1967)
Publicado hace 54 años, cuando Eduardo Frei Montalva estaba en La Moneda, y su gobierno emprendía la llamada “Revolución en Libertad”. Buscando ser una tercera vía, o sea una alternativa tanto al comunismo como al capitalismo, Frei inicia la reforma agraria y la chilenización del cobre.
Lo anterior lo llevó a pelearse tanto con la izquierda como con la derecha más dura. De este último sector, surgieron críticas que lo acusaron de estar despejándole el camino a un gobierno izquierdista (cosa que finalmente pasó con la Unidad Popular).
En este contexto, en 1967 se publicó “Frei, el Kerensky chileno”. Ya el título del libro es bastante elocuente: se estaba acusando a Frei de cometer el mismo error que Alexander Kerenski, gobernante de Rusia tras la caída del zar en la Revolución de Febrero de 1917: su política de “ceder para no perder”, o sea, su propuesta de una tercera vía, con un gobierno menchevique y reformista, que tolerara y diera espacio al comunismo, no hizo más que darle la fuerza suficiente a los bolcheviques hasta que estos terminaron derrocándolo en la Revolución de Octubre.
¿Quién lo escribió? Un brasileño de nombre Fabio Vidigal Xavier Da Silveira. ¿Y por qué los brasileños andaban tan pendientes de Chile? Bueno, sucede que Da Silveira pertenecía a una organización conocida como Tradición, Familia y Propiedad (TFP), una organización católica de ultraderecha, el equivalente al Opus Dei brasileño, y con presencia en gran parte de Sudamérica. Eso, y el hecho de que Brasil estuviera en dictadura por esos años, llevó a que el libro fuera publicado en Brasil, Argentina y Chile.
Al año siguiente de su publicación, ya se habían vendido 50 mil ejemplares, y solo en nuestro país, había un total de 18 mil copias impresas. Lo anterior llevó a que el gobierno ordenara la incautación parcial del libro y la prohibición de circulación y venta (o al menos eso dice el prólogo de la cuarta edición). El resto es historia conocida: para pesar de Frei, y de la derecha, Salvador Allende ganó las elecciones presidenciales el 4 de septiembre de 1970. Se cuenta que poco antes de entregarle la banda presidencial a Allende, Frei llegó a decir “A pesar que yo no tengo la culpa, voy a ser el Kerensky chileno…“.

- Capítulos de la Historia de Chile (1973)
Estamos a fines del gobierno de la Unidad Popular, y la editorial estatal Quimantú publica de forma masiva libros baratísimos para educar y entretener al pueblo, de las más variadas temáticas. Uno de esos libros, fue Capítulos de la Historia de Chile (1973), escrito por una autora que usó el seudónimo de Ránquil.
Dicha publicación, de sólo 130 páginas, abarcaba de forma resumida la historia nacional, desde la Conquista hasta el tiempo presente. La edición tuvo una tirada de 5 mil ejemplares y se presentaba como un libro de divulgación histórica orientado a las clases populares. No obstante, el texto presentaba una interpretación marcadamente izquierdista e ideologizada.
Sin embargo, lo que generó más polémica fue que el libro atacaba constantemente a Bernardo O´Higgins, criticando la firma del tratado de Lircay, su gobierno dictatorial, y el rol que habría jugado en el asesinato de Manuel Rodríguez y José Miguel Carrera, entre otros puntos. Según el libro, para el proceso de independencia la burguesía se hallaba dividida en dos alas. La izquierda progresista, encarnada en Carrera, y la derecha conservadora, representada por O´Higgins. De ahí que, según la autora, la elite dominante “tergiversó” la historia exaltando la figura del general chillanejo. “Era imperativo relegar a un segundo plano de la historia a José Miguel Carrera, auténtico revolucionario. Había que obscurecer su imagen, y para ello nada mejor que exaltar la figura de O’Higgins” (p.67).
Esto derivó en que la oposición en bloque saliera a criticar el libro, además de personeros de las Fuerzas Armadas y del Instituto O´Higginiano, e incluso del mismo gobierno: los comunistas, y también el mismo presidente Allende, se reconocían ohigginistas en esa época.
El asunto fue discutido hasta en el Congreso Nacional. Y al considerar que el libro de Ránquil era un “crimen de lesa patria”, el Instituto O´Higginiano, en conjunto con el Ejército, organizaron un acto de desagravio en la tumba del prócer en el Cementerio General, el 20 de agosto de 1973.
Como dato freak, la protesta formal que envió el Ejército al congreso fue enviada por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el general Augusto Pinochet… ya se imaginarán lo que hicieron los militares con este libro después del golpe.

- El Libro Blanco (1973)
Octubre del ´73. El golpe fue hace poco, y los militares lanzan el primer best-seller del régimen: El Libro blanco del cambio de gobierno en Chile, un libro escrito por el historiador Gonzalo Vial Correa y la Secretaría General de Gobierno.
En el texto se denunciaba la existencia del “Plan Zeta” (sip, de aquí salió el programa del Rock and Pop), un supuesto plan del gobierno de Salvador Allende para llevar a cabo un autogolpe e instaurar una dictadura totalitaria marxista, con apoyo de 10 mil guerrilleros cubanos. En el libro, se entremezclan documentos oficiales de gobierno, y otros inéditos, con fotos del “armamento de guerra pesado y liviano encontrado por las fuerzas militares y de orden en los arsenales de la Unidad Popular”.
Una vez terminada la dictadura, el Gobierno de Estados Unidos y la CIA reconocieron que el Plan Z era en realidad una operación de guerra psicológica de la Marina de Chile para justificar las violaciones de los derechos humanos cometidas durante el régimen de Pinochet. Como parte de esta campaña, el diario La Segunda publicó noticias falsas con titulares como “Exterminados como ratones” o “No hay tales desaparecidos”, buscando darle cuerpo al ficticio Plan Z y esconder las muertes y torturas del régimen, entre otras cosas.
Posteriormente, se publicó el informe de la Comisión Valech (2003) sobre prisión política y tortura, y en el capítulo de contexto, se hacía referencia al Libro Blanco, publicación que fue “redactada para suscitar apoyo emocional al golpe militar y sus consecuencias” y que “Este libro, cuyas revelaciones nunca han podido ser validadas empíricamente, presentaba al pronunciamiento militar como la oportuna y justa reacción al inminente autogolpe de la Unidad Popular”.
Fue por su participación en este libro que a Gonzalo Vial, a pesar de su nutrida trayectoria académica como historiador, nunca se le dio el Premio Nacional de Historia. Vial se defendía argumentando que, contrario a lo que mucha gente cree, él no escribió el libro, sino que se limitó a organizar y editar una pila de documentos que le trajeron los militares. Algunos fidedignos, y otros de dudosa procedencia…

- Portales. Una falsificación histórica (1989)
Toda su vida Sergio Villalobos ha sido un historiador bastante polémico. Hoy está encasillado como un historiador de derecha (y uno bastante racista y misógino, por cierto), pero a fines de los ´80, era un simpatizante de la DC y un opositor a la dictadura.
En ese contexto, fue que el “Maestro Villalobos”, como lo apodan en la academia, publicó este libro. La dictadura estaba llegando a su fin, pero los chilenos ya habían vivido bajo 16 años de una intensa propaganda militarista, donde Bernardo O´Higgins y Diego Portales son, junto con Pinochet, los próceres de la patria más importantes de todos.
Don Sergio se reveló contra esta propaganda, y escribió un libro donde realizaba un duro juicio histórico al ministro Portales.
“La figura del ministro Diego Portales está rodeada de mitos y leyendas. Se ha difundido la idea de que fue el creador del orden y la institucionalidad, que su personalidad era honesta e incorruptible, que solo le guiaba el patriotismo y un sentido superior. Se ha ocultado la oscuridad en sus negocios particulares y los rasgos de crueldad en su vida privada y pública, dentro de una psicología compleja en la que no faltan las contradicciones”, se lee en la contraportada.
Desde antes de ser publicado que el libro hizo ruido en los círculos de poder de la dictadura. De hecho en La Segunda (algunas cosas nunca cambian…) publicaron una lapidaria reseña del libro.
Ante este escenario, Villalobos se hizo cargo de las críticas de forma bastante elegante en el epílogo: “A raíz de unas breves informaciones de prensa relativas a la próxima aparición de este libro y de sus novedades, un diario de segunda importancia formuló una condena para el sacrílego. No se conocía el contenido real del libro ni las pruebas que lo fundamentan. El juicio ya estaba formado y no había nada que discutir. La tribu había comenzado a agitarse”.
Ya en democracia, Villalobos fue nombrado por el gobierno de Aylwin director de la Dibam y se le entregó el Premio Nacional de Historia en 1992.

- El Libro negro de la justicia chilena (1999)
Los locos años ´90 terminaron con un sabor agridulce. Tras una década de altísimo crecimiento económico y con los chilenos comprando como locos en el mall, la detención de Augusto Pinochet en Londres y la crisis asiática pusieron a todo un país a hacer un balance de la transición. ¿Se había acabado? ¿hay cosas pendientes o ya pasó la vieja? ¿se puede reformar el modelo o todo esto llegó para quedarse?
En medio de todas estas preguntas, surgió el periódico The Clinic, el programa Plan Z del legendario canal Rock and Pop, y diversos libros que enjuiciaban la transición. Entre ellos, Chile actual. Anatomía de un mito (1997), de Tomás Moulian y El Chile perplejo. Del avanzar sin transar al transar sin parar (1998), de Alfredo Jocelyn-Holt. Pero ninguno de estos autores dio tanto que hablar como Alejandra Matus.
En su libro, la joven periodista abordó la historia y malas prácticas del Poder Judicial. No era un tema que despertaba mucho interés en el público masivo, pero despertó la ira del ministro de la Corte Suprema Servando Jordán, quien invocó la Ley de Seguridad Interior del Estado para acusar a Matus de desacato. El libro fue confiscado el día de su lanzamiento, y se emitió una orden de detención en contra de la autora, quien huyó del país y pidió asilo político en Estados Unidos, donde vivió 3 años. El editor de Planeta y su gerente general, en cambio, debieron pasar 2 noches presos en el desaparecido anexo Capuchinos (cárcel BIP y símbolo de la transición). Incluso Alejandro Guillier, quien osó mostrar el libro en televisión, fue citado a tribunales.
En plena democracia, un libro era censurado.
El escándalo que se generó fue mayúsculo. Aunque confiscado, el libro se pirateó y vendió como pan caliente. Lo anterior generó un intenso debate sobre la libertad de expresión y la reforma al poder judicial y a la Ley de Seguridad Interior del Estado. Finalmente, en 2001 se levantó la prohibición, la editorial recuperó los libros incautados, y Matus regresó a Chile.
Después vinieron las reediciones, la última de ellas, en 2016. Dicha edición fue una versión corregida y aumentada, donde la autora reflexionaba en el prólogo sobre los avances que ha tenido el Poder Judicial desde los ´90, pero también de las muchas deudas pendientes que quedan en dicha materia. En el prólogo original, de 1999, Matus ya era tajante al señalar que:
“No ha existido en la Historia de Chile un Poder Judicial que se entienda y conduzca como tal; lo que hemos tenido (…) ha sido un “servicio” judicial, no más moderno, ético ni independiente que cualquier otro de la administración pública”.
Un tema más que candente, ahora que la Convención Constitucional se está planteando eliminar el Poder Judicial y reemplazarlo con “sistemas de justicia”.

- El Otro Modelo (2013)
En el lanzamiento, participó la mismísima Michelle Bachelet. Y no por nada el libro se convirtió en el principal inspirador de su programa de gobierno, una suerte de “El Ladrillo” bacheletista. Nos referimos a El Otro Modelo: del orden neoliberal al régimen de lo público, un libro que reúne textos de académicos como Fernando Atria y Alfredo Joignant, quienes proponían un modelo socialdemócrata que reemplazara al modelo neoliberal heredado de la dictadura, mediante una nueva constitución y una reforma tributaria que redistribuyera la riqueza, entre otros puntos.
El libro fue escrito durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, poco después de las protestas del 2011 y de la reelección de Michelle Bachelet en 2013, por lo cual, muchas de las ideas que contienen sus páginas tomaron forma rápidamente como políticas públicas. En 4 años, Bachelet aprobó el aborto en 3 causales, acabó con el sistema binominal e implementó la gratuidad universitaria para el 60% más vulnerable de los estudiantes (en la práctica menos del 30% del total).
No obstante, el gobierno de Bachelet II tuvo muchísimos problemas para implementar sus reformas. No solo por la férrea oposición de la derecha, sino también por miembros de la misma coalición, particularmente de la Democracia Cristiana: Ignacio Walker llegó a decir que no se había leído el programa, y los ministros Jorge Burgos (Interior) y Rodrigo Valdés (Hacienda) tampoco creían en las reformas. A ello, se sumó escándalos de corrupción como el Caso Caval, un crecimiento económico menor al de años anteriores, y la crisis venezolana, con la crisis migratoria que ésta generó en nuestro país.
Por su parte, desde la derecha, el escritor y director de la Fundación Para el Progreso Axel Kaiser publicó en 2015 el libro La tiranía de la igualdad: por qué el proyecto de la izquierda destruye nuestras libertades y arruina nuestro progreso, donde se dedicó a criticar El Otro Modelo, copiando párrafos enteros y contra argumentando con su ideología liberal (en realidad neoliberal). Dicho libro, se convirtió en un best-seller, y Kaiser participó en distintos debates con Fernando Atria donde cada uno defendía su libro.
Finalmente, Sebastián Piñera fue reelegido con una amplia mayoría en 2017. Envalentados, la derecha publicó otro libro: El Derrumbe del Otro Modelo (2017), con textos de distintos intelectuales de derecha, como Daniel Manssuy y Hugo Herrera. Quedaron pendientes muchas reformas, y parecía que el tiempo le había dado la razón a Kaiser.
No obstante, se vino el estallido social, y quedó claro que las reformas apenas estaban empezando. En ese contexto, el libro fue reeditado en diciembre de 2019, con un prólogo que analizaba lo ocurrido en los últimos meses, y donde los autores sostenían que el estallido ratificó su tesis de que al país le urgían reformas estructurales donde el Estado, y no el mercado, garantizara los derechos sociales de la ciudadanía.
Un año y medio después, Fernando Atria fue electo convencional constituyente. El que ríe último, ríe mejor.

- Historia Secreta de Chile (2015)
Fue el libro revelación del 2015, y convirtió a un escritor de ciencia ficción en un divulgador histórico (y en “historiador”, según varios matinales).
El diseñador gráfico Jorge Baradit fundó su propio subgénero, el ciberchamanismo o “realismo mágico 2.0”, y desde que publicó su novela ucrónica Synco (2008), no dejó de experimentar con la historia de Chile. Conscientes de su interés, desde la editorial le propusieron escribir un libro derechamente de historia.
El resultado, son 12 historias que exploran el lado B de la historia nacional. ¿Arturo Prat era espiritista? ¿la Unidad Popular estuvo a punto de inventar la internet mucho antes que los gringos? ¿había un “médium republicano” que anticipó el Titanic chileno y tuvo vínculos con la familia Bachelet? Todo eso y más explora el primer tomo de una larga saga de libros de historia, que llegó incluso a convertirse en programa de televisión.
Baradit puso a la historia de Chile de moda otra vez. Ya no era un público especializado, sino un Juan Pérez o una señora Juanita que leían un libro escrito con capítulos cortos y en lenguaje simple mientras viajaban en el metro, los que más consumían sus libros.
El resultado generó reacciones mayoritariamente negativas entre los historiadores profesionales. La mayoría criticó a Baradit por no citar ni usar pies de página en sus libros, otros por su visión anacrónica y simplificadora de la historia de Chile, otros por razones políticas: su interpretación histórica es marcadamente izquierdista y maniqueísta (el mismo Baradit se declara allendista y se ha convertido en un conocido activista de izquierda). Y otros fueron más lejos y lo han acusado de inventar historia o de equivocarse constantemente. No obstante, hasta ahora nadie ha sido capaz de señalar un solo error en sus libros, ni de fechas ni de nombres.
Con sus polémicas, pero también harta popularidad, Baradit también consiguió ser electo convencional constituyente. En su campaña, su slogan fue “Hagamos Historia”.
