Destino Final: Lazos de Sangre es una entretenida y absurda cinta que recuerda los mejores años de esta saga. Ya disponible en salas.
Gracias a los amigos de Warner Bros. Chile, pudimos asistir a una función privada de Destino Final: Lazos de Sangre, la nueva entrega de la ya mítica saga de terror absurdo. Esta vez, la cinta sigue la historia de Stefani, una adolescente de 18 años que no para de tener la misma pesadilla una y otra vez, afectando todo lo que la rodea.
El fatídico sueño trata sobre un gran accidente en una torre, y un familiar directo de ella estuvo involucrado en ese accidente. Después de atar los cabos, se da cuenta de que son premoniciones que involucran a su abuela Iris, y tendrá que luchar para salvarla a ella y a su familia del macabro destino final.
La película cumple con todo lo que los fans esperan: muertes absurdas, mucha sangre y un completo sinsentido. Un digno cierre para una de las sagas más emblemáticas del cine. O eso queremos creer, porque, tal como está, sería un cierre genial.
En Revista La Máquina te contamos todos los detalles de este esperado regreso, que ya estrenó en salas de cine en Chile.
UNA CINEMATOGRAFÍA YA CONOCIDA
La silla de dirección viene por partida doble: Zach Lipovsky y Adam Stein son dos jóvenes directores que alcanzaron notoriedad con su película independiente Freaks. Ahora quieren dar el gran salto, al inmiscuirse en una de las franquicias de terror más importantes del cine contemporáneo.
Y lo hicieron bastante bien, ya que lograron levantar una saga que venía muy alicaída, recuperando parte de su espíritu original. El montaje remite a las mejores entregas anteriores: está la esencia, lo absurdo, el alma de Destino Final. Aunque el CGI pudo haberse mejorado, eso también nos transporta directamente a la estética de los años 2000. Con muertes ridículas que quedarán para el recuerdo, la cinta también incluye sutiles guiños a entregas anteriores. Muy bien hecha.
El guion es cosa aparte, porque es el tronco de una cinta, y aquí cumple con el molde de forma perfecta. Tenemos una historia lineal, en la que se nos presenta la premonición y cómo todo gira en torno a intentar salvarse de lo imposible.
Pero lo mejor del guion es que abraza lo absurdo, no intenta tomarse en serio, e incluso incorpora argumentos dignos de una teleserie diurna. Y eso está bien, porque así es el universo de Destino Final: exagerado, irreal, delirante. Un escrito rápido, dinámico y con risa asegurada. Justo y preciso.
¿Y el giro del final? Maravilloso.
ACTUACIONES A TONO
La protagonista del filme es Kaitlyn Santa Juana, una joven actriz que estelariza esta nueva entrega de la franquicia. Aunque aquí se permiten los clichés, ella trata de mostrarnos una gama actoral más profunda.
Nos transmite valentía, inteligencia y un fuerte deseo de salvar a su familia de algo que ya parece escrito. La actriz logra conectar con el público, provoca empatía y es capaz de liderar una franquicia de este tamaño. También se muestra vulnerable, frustrada, decidida y humana. Buen trabajo.
Luego está todo el elenco en conjunto, porque sí: todos son clichés andantes. Una madre ausente, un padre incrédulo, la prima extremadamente guapa pero incapaz de defenderse, un hermano que actúa como el escudero de la protagonista, y más.
Aquí, el cliché y la poca tridimensionalidad están permitidos, porque Destino Final apunta a otra cosa: al sinsentido, a las muertes ridículas y al baño de sangre que viene después. Es sabido que todos deben morir, y lo harán de las peores formas posibles. Todos funcionan, porque todos comprenden el lenguaje de la cinta. No hay fallos.
Mención especial para la aparición de Tony Todd, nuestro querido Candyman. Es sabido que al actor lo aquejaba un agresivo cáncer y que, lamentablemente, este fue su último trabajo. Pero hasta su enfermedad está incluida con inteligencia narrativa, y su última línea hasta podría sacarte lágrimas. Muy emotivo.
“DESTINO FINAL: LAZOS DE SANGRE” EN PALABRAS SIMPLES…
Destino Final: Lazos de Sangre es una entretenida y absurda cinta que recuerda los mejores años de esta saga. Con muertes absurdas y sangre por doquier, si has visto las anteriores entregas, te sorprenderán todos los guiños y hasta podrías emocionarte con esos fatídicos troncos.
Una película que no busca tomarse en serio, porque nunca lo ha sido.
Y cuidado con ese paquete de cabritas… ahí podría estar tu destino final.