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Andrés Giordano, presidente sindicato de Starbucks y candidato constituyente: “Queremos encarar al poder con la misma garra que el sindicalismo enfrenta a una multinacional”

Vasto conocedor de los problemas que aquejan al mundo laboral, el presidente del único sindicato de Starbucks en el mundo y vocero de la Primera Línea Sindical durante el Estallido Social, Andrés Giordano Salazar (Independiente-Apruebo Dignidad), es una de las cartas para la Convención Constitucional del próximo 11 de abril representando al Distrito 8, compuesto por las comunas de Cerrillos, Colina, Estación Central, Lampa, Maipú, Pudahuel, Quilicura y Tiltil.

A pesar de que el fuerte de su candidatura es abogar por los derechos laborales, Andrés Giordano asegura que el trabajo cruza directamente e interfiere en otras problemáticas sociales exigidas por la ciudadanía, como salarios, pensiones, agenda de género, acceso a viviendas, aguas, entre otras.

“La nueva Constitución debe tener un enfoque integral, porque nuestra candidatura es colectiva. Queremos encarar al poder con la misma garra que el sindicalismo enfrenta a una multinacional. Sabemos que hay muchos que no quieren que esto cambie y hay que estar organizados y tener esa fuerza de no temerle al conflicto que habrá al interior de la constituyente”, delinea Andrés Giordano.

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Entre las principales mejoras laborales para los trabajadores de Starbucks logrados por el sindicato, Andrés Giordano destaca: “hay un sinnúmero de condiciones remuneracionales que antes no aplicaban y que hoy han mejorado al menos en un 30% durante los últimos 10 años”. A su vez, el sindicalista afirma: “Se han generado mecanismos para tratar temas de género, de disidencias sexuales, de abuso y acoso”

“A pesar de que Starbucks es una empresa sumamente antisindical (registran cinco condenas por este tipo de actos) y que en un principio se regía por los estándares norteamericanos (país de origen de la marca), hemos logrado subir las remuneraciones de manera considerable, también asignaciones de colación y movilización e incluso que se mejoren los ingresos a través del acceso a propinas. Además, hemos podido generar ciertas políticas que apuntan a un enfoque de género, como derechos maternales y a salas de cuna”, complementa Andrés Giordano.

En conversación con La Máquina, el candidato constituyente Andrés Giordano planteó los principales problemas laborales de los trabajadores y trabajadoras y sus posibles soluciones a través de una nueva Constitución.

¿Por qué decides ser parte del proceso constituyente?

Octubre de 2019 nos movilizó. Nos habíamos hecho parte del movimiento No + AFP y yo era vocero del Frente Sindical. Estuvimos muy activos durante el Estallido Social, demandando principalmente pensiones y salarios dignos. Luego estuvimos muy involucrados en el plebiscito. Desde un principios tuvimos una postura clara y participativa hacia el Apruebo y la Convención Constitucional, a pesar de que hemos defendido la tesis de la Asamblea Constituyente como un proceso con bastante menos restricciones.

Después de la victoria del Apruebo nos preguntamos: “¿qué hacemos?, ¿Delegamos la voz del mundo del trabajo a abogados, economistas y tecnócratas que sabíamos que los partidos y bloques hegemónicos de la política nacional iban a posicionar para puestos de constituyentes?” Ahí fue cuando decidimos agarrar este espíritu de octubre de 2019 y empujar para que quienes sean protagonistas del proceso fueran quienes se hayan movilizado y hayan vivido en carne propia las injusticias que se quieran transformar.

Giordano complementa: “Voy como Independiente por la lista Apruebo Dignidad. Tengo un cupo entendiendo que tengo una trayectoria de demandas y movilización social bastante larga. Particularmente la juventud en el sector privado ha sido precarizada, permanentemente invisibilizada y alejada de cualquier proceso de toma de decisiones, a pesar de que hemos tenido un empuje muy grande por cambiar esas reglas del juego. Somos una de las pocas candidaturas que viene desde el mundo del trabajo y que tiene un relato con la juventud y el 18 de octubre”. 

¿Hacia dónde va apuntada tu candidatura?

Nace del mundo laboral, pero también sabemos que el trabajo es una característica que define las reglas del juego para casi todas las familias chilenas. Y no solo se le considera trabajo al que es asalariado con un patrón, alguien que te paga por un servicio o acción; sino también esas labores no remuneradas que posibilitan las remuneraciones.

En la mayoría de las composiciones laborales, por como está estructurada esta sociedad machista y patriarcal, este tipo de prácticas recaen sobre las mujeres, quienes tienen trabajos de crianza y cuidado no solo de niños, sino también de adultos mayores que han sido abandonados por el Estado; y ambos son eslabones que no encajan en el modelo neoliberal, porque no producen y no están al servicio del mercado.

Además de los derechos laborales, la candidatura de Giordano se extiende a otras necesidades sociales, entre ellas las pensiones, una mejora de salarios, acceso a viviendas, protección del agua y agenda de género.

Sobre este último punto, el sindicalista comenta: “Debe ser un pilar en términos de contenido para toda la Constitución, no solo un articulado que reconozca la igualdad de derechos entre hombres, mujeres y otros géneros. Tiene que tener un carácter feminista de principio a fin, lo que implica generar un montón de obligaciones al Estado para que después de la Constitución establezca políticas públicas en esa dirección“.

Debe haber un post natal para padres, para que la carga no caiga solo en las mujeres. Eso significa que hay una visión del Estado de que las mujeres se tienen que hacer cargo de esto, además de trabajar y de alguna manera desarrollar su vida”, complementa.

Lo que planteamos es defender los derechos sociales desde el término más amplio, con una lectura desde el trabajo, pero vinculándonos con diferentes organizaciones sociales. La nueva Constitución debe tener un enfoque integral, nuestra candidatura es colectiva. Queremos encarar al poder con la misma garra que el sindicalismo enfrenta a una multinacional. Sabemos que hay muchos que no quieren que esto cambie y hay que estar organizados y tener esa fuerza de no temerle al conflicto que habrá al interior de la constituyente.

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¿Cuál es la situación laboral de los trabajadores?

Los problemas fundamentales tiene que ver con el bajo acceso a remuneraciones dignas, porque el Estado no garantiza nada. Nunca el acento ha estado puesto en las necesidades de las familias trabajadoras ni la seguridad social. El parlamento discute proyectos de ley sin la presencia de trabajadores. No es casual que la mayoría de los chilenos ganen menos de 500 mil pesos.

El sueldo mínimo de Chile es miserable, no se puede vivir con 326.500 mil pesos. Hemos presentado propuestas al Ministerio de Hacienda que probablemente han quedado guardadas en un baúl y nadie las ha mirado. El sueldo para una familia promedio que salga de la línea de la pobreza está cercano a los 500 mil pesos. El sueldo mínimo está 175.000 pesos por debajo de la línea de la pobreza en una familia promedio. Lo que no significa que tú tengas una vida digna, porque solo establece un límite de precariedad. Pero si tú quieres tener una alimentación saludable, tener tiempo para ocio y recreación, como en las comunas más pudientes, son otras discusiones.

Además, indica, los trabajadores tienen pocas posibilidades de organizarse, y cuando lo hacen existen muchas represalias, mientras que las sanciones no son significativas sobre todo a las grandes empresas.

Por otro lado, la negociación colectiva es un instrumento que distribuye la riqueza. Es la oportunidad para que los trabajadores negocien colectivamente las posibilidad de un contrato que mejores sus condiciones. Esto está comprobado y no solo existe en Europa, sino también en Argentina y Uruguay. Acá en Chile no, porque la negociación colectiva solo existe por empresas y eso debilita el poder de los trabajadores para enfrentarse a alguien que tiene las facultades de administración de despedir y contratar cuando se quiera. Es muy difícil es negociar en Chile.

Andrés Giordano agrega: “El derecho a huelga es la única forma de presionar al empleador. Es muy restringido, se aplica de una forma muy regulada que hace que los trabajadores no tengan la fuerza para presionar. Son cosas que en otros países constitucionalmente están muy avanzadas, que tienen reconocimiento expreso. Allí existen garantías estatales para que la ley entregue más herramientas a los trabajadores, porque entienden que ellos generan la riqueza y deben tener el poder de organizarse y disputar esas mejores condiciones con sus empleadores”.

“Con la Constitución del 80′ y luego con el Código del Trabajo diseñado por José Piñera, lo que se ha buscado es todo lo contrario: despolitizar y desempoderar a quienes hoy posibilitan la generación de riquezas en Chile”, complementa Andrés Giordano. 

¿Existe un resguardo hacia ellos en la actual Constitución?

La Constitución del 80′ no genera resguardos para el trabajador en sí mismo. Supedita el derecho al trabajo a la libertad de empresas de inversión y derecho de propiedad privada y cómo el gran propietario lo administra. Tenemos un mercado laboral sumamente precario, con altísimos niveles de informalidad, de falta de seguridad social con gente que no cataloga entre los sistemas de seguridad social y salarios que son bajísimos. En el Distrito 8 la mayoría son comunas dormitorios. Vivo en Estación Central y trabajo en Las Condes y diariamente veo las diferencias brutales que hay desde las áreas verdes, calles limpias, y a la gente que tiene un poder económico para ir a un Starbucks y gastarse 20 lucas de una, que para nosotros es el ingreso de cuatro días para comer. Es una diferencia social brutal.

Una nueva Constitución al servicio del trabajador

¿Cuáles son las propuestas y los cambios de Andrés Giordano que debe tener una nueva Constitución con respecto al trabajo?

Para que se garanticen los derechos sociales que la gente exigió en el Estallido Social, se necesita un Estado más protagónico. Que no sea subsidiario, sino solidario, social y que se reconozca a sí mismo como al servicio de las grandes mayorías y el bienestar colectivo. Eso implica una nueva política fiscal, tributaria y presupuestaria que obligue al Estado a través de sus distintas instituciones a una legislación que avance en la superación de la terrible desigualdad que tenemos, donde un pequeño porcentaje acumula una enorme riqueza de un país muy rico como Chile, mientras una inmensa mayoría ha estado supeditada a esta mercantilización, salarios y pensiones indignas y derechos no reconocidos.

Un Estado protagónico que sea capaz de recuperar sus recursos naturales, de ser empresario, es decir, que genere iniciativas de trabajo y otros modelos que no estén pensados solo de la inversión privada; donde reconocemos a alguien que pone lucas, solo por el hecho de ponerlas, a ganar mucho más y que los demás están obligados a tener condiciones más precarias para que ese inversionista quede feliz. Hay otras formas, como la justicia y modelos económicos distributivos donde hay mucha más participación de democracias más liberales. 

“Es trascendental la redistribución del poder, y eso tiene que ver con el hecho de que nosotros seamos hoy candidatos: gente del mundo social, que se haya movilizado y que no estemos pensando en que la democracia es delegarle el poder a tecnócratas, economistas, abogados, gente con grandes títulos que ya han hecho Constituciones para este país y que hemos visto los resultados que la gente común termina recibiendo”, agrega.

La nueva Constitución debe consagrar un Estado plurinacional y que tenga una democracia participativa permanente, paritaria y que le permita al pueblo formas de involucrarse en el poder, de ejercerlo a través de medios deliberativos como iniciativas populares de ley, sectores organizados y juntas de vecinos que puedan presentar proyectos que deban ser tramitados en el poder legislativo. O que haya poder revocatorio, que existe en los sindicatos, y establece que si un dirigente no hace la pega, es corrupto, se vende, hay derecho a removerlo.

Andrés Giordano agrega: “Aquí votamos cada 4 años, las autoridades no rinden cuentas, hacen lo que quieren y pueden tener la aprobación del 4%, pero uno tiene que limitarse a decirle “renuncia” al presidente, cuando en una democracia uno debería tener un plebiscito y sacarlo”.

Deben haber plebiscitos vinculantes a nivel local y nacional que permitan a la sociedad decidir lo que quieren en determinados temas que van afectando su vida cotidiana. Por ejemplo, en las comunidades cuando viene un proyecto inmobiliario que pone en riesgo al acceso al agua, como ocurre en zonas de sacrificio como Lampa, Batuco o Tiltil, donde interviene la inversión privada y desarrolla un proyecto que afecta a la población y no tienen ninguna posibilidad de decir nada. La ciudadanía debe ser capaz de decidir sobre su suelo, sobre su espacio, su hábitat, medio ambiente, para que tengamos una democracia que permita la participación de la gente de manera permanente. 

¿Es suficiente esta nueva Constitución para dichos cambios?

La Constitución nos va a permitir avanzar y después debe haber una restructuración de la institucionalidad y de quienes van a encarnar el proceso de su perfeccionamiento a través de la legislación, porque esperamos tener las reglas del juego justas, no como las de ahora. La Constitución no resolverá el sueldo mínimo en sí, pero sí puede fijar el derecho a acceder a un salario que considere las necesidades básicas de una familiar promedio. Esperamos que las futuras autoridades de las futuras instituciones tenga una voluntad, donde la política vuelva a ser legitimada para la gente común y el poder se distribuya no solo en personas electas. 

Esta voluntad política que dices que hace falta, ¿es solo de este Gobierno o se antecede en los demás?

Esto no es un problema de este gobierno solamente, este ha extremado y le ha tocado defender el modelo en una pandemia. Traslada el peso de los costos de la crisis a las y los trabajadores y a la gente común. Hemos subsistido en base a nuestros propios ahorros en el seguro de cesantía con esta Ley de Protección del empleo, que en realidad protege las ganancias de las grandes empresas. Tener que recurrir a los retiros del 10% para subsistir da a entender que el Estado se ha desligado de esa responsabilidad. Si hubiese dado condiciones de subsistencia mínimas, a través de una renta universal garantizada, no debiésemos haber tenido que recurrir a nuestros propios ahorros para subsistir. No hay políticas públicas diseñadas a que realmente el costo de la crisis impacte en quienes han acumulado más riquezas. La constatación es que durante la pandemia gente como Sebastián Piñera aumentó su fortuna en un 40%, mientras que Andrónico Luksic la dobló.

Pero volviendo atrás, todos los gobiernos de centroizquierda han coadministrado y perfeccionado el modelo. También el Código del Trabajo, que se ha vuelto un limitante para la organización de los trabajadores y trabajadoras. Han perfeccionado la privatización y concesionado mucho de los medios a través de los cuales nos desarrollamos como sociedad, como los recursos naturales, las carreteras o espacios de desarrollo medioambiental. Han puesto en peligro la existencia de ciertos ecosistemas para que lo privado se desarrolle y atraiga inversión extranjera.

No ha habido desde el retorno a la democracia voluntad política para transformar este sistema. La esperanza que tienen las personas que apoyan candidaturas como la mía es que ojalá no vayamos a elegir a esta misma gente para el proceso constituyente, porque tendríamos una deslegitimación de toda una lucha que ha tenido mucho sacrificio, que incluye a gente mutilada, presa, con procesos irregulares que han tenido que estar privados de libertad, donde no ha habido ningún tipo de reparación ni justicia.

¿Por qué Andrés Giordano debería ser parte de la redacción de una nueva Constitución para Chile?

Voy de candidato por el Distrito 8, uno de los más si no el más grande de Chile. Cuyas comunas son muy populares y existe una lista de prácticamente 70 candidatos donde la mayoría hace turismo electoral. Vienen de comunas pudientes del Rechazo a decirnos que ahora entendieron y van a resolver el problema de estos dos Chiles: el de las personas comunes y el de los privilegios del que muchos de ellos son partes.

Eso creo marca una distinción grande de nuestra candidatura. He vivido en Estación Central prácticamente toda mi vida. Me toca vivir de cerca todas las injusticias que hemos venido reclamando en las calles y sé lo que es organizarnos en los territorios para tener acceso a condiciones dignas de vivienda, salud, seguridad. Sé que en el trabajo uno individualmente no tiene el peso para enfrentarse a su empleador y tratar de mejorar sus condiciones, pero sí he visto que la organización que hemos construido ha demostrado que incluso una multinacional con todos sus recursos no puede comprar los anhelo de dignidad que tienen las personas cuando se organizan y se dan cuenta que con similares unos a otros. 

Mi llamado es a votar a candidaturas como la nuestra: independientes. Nuestro programa está siendo construido colectivamente. Tenemos un compromiso para que la Constituyente no sea un “Congreso 2.0”, sino un espacio abierto donde las decisiones, defensas y peleas que vayamos a dar adentro estén relacionadas con la decisión del pueblo y nuestro distrito. Además, estamos vinculados con organizaciones sociales y tenemos esa comprensión de la necesidad de más democracia y participación, porque la gente se cansó de delegar en otros. Queremos avanzar en que esto no solo sea una Convención, sino una Asamblea con mecanismos deliberativos donde participe la gente y tengamos una Constitución que nos represente, nos asegure y garantice seguros sociales y que nos permita pensar en un Chile en el que nos dé gusto vivir, no como actualmente ocurre.

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