“‘Perro Bomba‘ es una película humilde y periférica“, así se refiere Juan Cáceres, director chileno, sobre su destacada y aplaudida ópera prima cinematográfica.
La cinta, estrenada en 2019, aborda la realidad migrante, convirtiéndose en una fotografía a la marginalidad y al racismo de la sociedad chilena. Una película necesaria y que insta a hacer una revisión, como sociedad, a cómo nos relacionamos con la inmigración.
“Perro Bomba” es protagonizada por el actor haitiano Steevens Benjamin, cuenta también con las actuaciones de destacados actores chilenos como Alfredo Castro, Blanca Lewin y Gastón Salgado. El largometraje que recorrió festivales en Miami, Guadalajara, Marche du Film (Cannes), Francia, Málaga, entre otros, fue aplaudida por la crítica y merecedora de diversos galardones.
La película cuenta la historia de Steevens, un joven inmigrante haitiano que llega a Chile en busca de una mejor vida. Si bien su situación es precaria, tiene papeles, trabajo, dinero, un lugar donde vivir y con eso es feliz. Pero la llegada de Junior, un amigo de su infancia, desestabiliza su vida. Steevens le pide a su jefe trabajo para su amigo en la construcción, quien, interpretado por la sólida y ácida actuación de Alfredo Castro, acosa laboralmente a sus trabajadores, haciéndoles burla con comentarios xenófobos.
Alentado por la injusticia, Steevens golpea a su empleador, tunda que rompe el equilibrio de su vida (incidente incitador). La trifulca le cuesta caro; uno de sus compañeros graba el momento y el video se viraliza. Sale en los noticiarios, le quitan su visa y es repudiado no solo por un país sino, lo más lamentable, por su comunidad. Steevens deja de ser un sujeto de derecho, vaga por las calles de Santiago, sin siquiera tener un techo donde dormir, quedando al desamparo en una sociedad injusta.
En La Máquina conversamos con Juan Cáceres, director de “Perro Bomba”, quien relató dónde nace su interés de retratar la realidad migrante: “Surge desde el lugar en que nos posicionamos como cineastas, no solo yo, sino todo el equipo. Tiene que ver con el considerar al cine no solo como una herramienta de entretención o distracción sino también como una herramienta de vinculación social. Quisimos que nuestra ópera prima, que es la primera película de todo el equipo, abordara un tema que Chile necesitaba revisar. Esto fue el 2016, cuando nació el proyecto, ahí la inmigración haitiana estaba creciendo y estaban surgiendo estas críticas que ahora están instaladas como: nos vienen a quitar el trabajo, todos esos juicios. Decidimos poner la película al servicio de esa problemática, del racismo chileno”.
La obra transmite soledad, abandono, atropello, iniquidad, indignación y vergüenza. Steevens representa a los marginados, no solo a los haitianos sino a todos quienes son excluidos, discriminados, en una sociedad carente de hospitalidad.
Steevens Benjamin, protagonista de “Perro Bomba”, dialogó sobre su percepción acerca de la migración, afirmando: “Con el tiempo que llevo acá me he dado cuenta de un cambio grande, antes uno caminaba y era: Oh, un negro. Quince años atrás no era común ver tanta inmigración negra, pero ahora en el 2020 ya estamos aquí y yo creo que nosotros tenemos que socializar, entendernos, no tener miedo de acercarnos a otro, hablar, conocerlo.
“Darse cuenta que también el extranjero tiene una familia que está atrás, pero cuando están acá la gente lo ve como un simple extranjero que le viene a quitar el trabajo, pero en realidad la vida no es así, es un simple extranjero, pero tiene que pagar casa, mandar dinero, la familia y los amigos están lejos y todo eso lo afecta a uno emocionalmente, tal vez uno no lo ve, pero cuando se está solo eso se siente”, reafirma Benjamin.
Híbrido entre la ficción y el documental
«Perro Bomba» es una película que hibrida la ficción y el documental, utilizando elementos de la realidad, técnicas documentales, con el fin de levantar una ficción. Como cuenta su protagonista, la casa donde realizan las grabaciones es de él, la ropa que lleva es propia, el nombre del personaje es suyo, el trabajo que muestran era su trabajo. La mayoría de las personas que aparecen en la película pertenecen a la comunidad haitiana y hablan créole. La cinta, además, introduce sus costumbres, sus comidas y al rol del cristianismo evangélico en la comunidad.
Su director, Juan Cáceres, nos relata este proceso: “Comenzamos a grabar de manera documental; la chispa que encendió todo fue que Steevens nos llamó para preguntarnos si se podía poner extensiones en el pelo y no habíamos considerado eso, nos tomó por sorpresa, pero nos pareció súper interesante esa escena, que es la primera de la película. Nos dimos cuenta que muchas cosas de las que estábamos planificando no eran tan orgánicas, salían de la cabeza de una persona que era ajena a la realidad migrante, entonces dijimos: dejemos los papeles de lado y acerquémonos a la realidad con lo que la realidad nos va a brindar, ahí empezamos a documentar el cotidiano de Steevens, su barrio, sus amistades, las dinámicas en su trabajo con sus compañeros, eso nos sirvió de base a la película, sustenta los primeros 20 minutos y de a poco fuimos metiéndole ficción“.
El cineasta complementa: “La hibridación funciona situándonos en una plataforma real, situándonos con las herramientas del documental en una realidad concreta y una vez que esa realidad la pudimos entender, la pudimos observar a profundidad, meter elementos de ficción”.
“Perro Bomba” cuenta también con breves momentos musicales, con ritmos urbanos y folclóricos, grabados a plano fijo y general, que se intercalan en la película. El recurso recuerda el efecto de distanciamiento propuesto por Bertolt Brecht.
Otra particularidad de la película es que no fue rodada bajo un guion escrito, sino a base de improvisación; esta decisión corresponde a una búsqueda que están desarrollando como equipo y que seguirán utilizando en su próxima película.
Cáceres declara que también hubo una intención de romper con paradigmas clásicos del cine criollo: “Tiene que ver con una búsqueda hacia la democratización de las metodologías de creación cinematográficas y horizontalizar sus esquemas, aportar a nuevas maneras de organizarse. Partimos desde la crítica que los actuales esquemas de producción son patriarcales, existe esta concepción de un director, que generalmente es varón, sobre esta montaña, es jerárquico.
Hacemos también un diagnóstico crítico a cómo ha sido el cine chileno de los últimos años, a cómo se configuran las historias. El 95% de las películas se consideran de una manera aristotélica, en tres actos y con un tercer acto donde explícitamente se manifiesta la voz del autor, la tesis de cierre, la conclusión de la cabeza creadora. Cansados de un cine de tesis, donde autores vienen como a usar la realidad o acercarse a esta realidad marginalizadas o periféricas, simplemente para comprobar la tesis que se manifiesta en el tercer acto, es que decidimos sublevarnos, intentar de nuestro pequeño lugar, revelar nuestras estructuras. Yo intenté el proceso de escritura de un guión pero no me sentí cómodo, sentí que no estaba llegando en profundidad a lo que estaba pasando. Entonces decidimos trabajar en base a la improvisación, a las herramientas documentales, no crear personajes sino que acercarnos a personas que representaran más o menos sus propias realidades, con las excepciones de quienes tienen experiencia en la actuación como Blanca, Alfredo y Gastón”, relata Juan Cáceres, director de la cinta.
Actuaciones
El gran protagonista de «Perro Bomba» es Steevens Benjamin, un actor haitiano que realiza una tremenda, admirable y sensible interpretación. Es capaz de transmitir verdad y emoción con una simple mirada y la carga que su personaje lleva con el peso de su pestañeo y su caminar. Su actuación es orgánica y se agradece, lo que lo hizo merecedor del premio a mejor actor en el Festival Cine Latino de Toulouse y a mejor intérprete en el Festival de Cine de Málaga, donde paradójicamente le negaron el visado para viajar.
Steevens, quien comenzó actuando en la obra de teatro “Trabajo sucio” dirigida por Marcos Guzmán nos cuenta que, para él, la actuación y el cine eran un sueño, que donde él vivía, en el campo en Haití, no tenía acceso ni a cine ni a ver una cámara. “Cuando llegué a Chile tuve la oportunidad de hacer cine sin estudiar y fue como: guau voy a ser actor. Pero después me di cuenta que no solo voy a hacer actor yo, sino que estaba abriendo la puerta a muchos inmigrantes que están en Chile y que sueñan con ser actor, modelo. Me di cuenta que lo estaba haciendo no solo para mi sino para todos y me dan más ganas de hacerlo”
Steevens también participó en un videoclip de los Denver, tuvo apariciones en la teleserie “La colombiana” y participó del montaje “No tenga miedo” de la destacada compañía “Teatro niño proletario”.
Las actuaciones de Alfredo Castro, Blanca Lewin y Gastón Salgado son breves pero fundamentales, cada uno aparece en distintas etapas del camino de Steevens.
Alfredo Castro interpreta al jefe de Steevens en la construcción, un jefe abusivo con sus trabajadores -como tantos que hay- que los expone a malos tratos y a comentarios discriminatorios teñidos de burla. Un Castro que respira racismo y encarna la xenofobia de un país entero. Alfredo Castro, estoico como siempre, domina a la perfección el sarcasmo, la crueldad y la ironía. Interpreta a un personaje que llegamos a detestar pero que reconocemos. Emite comentarios que los chilenos tienen normalizados y de los que incluso hacen gracia, discursos repetidos como “Antes en chile no había negros”, como si Chile no fuera una raza morena, colonizada, pero morena.
Una escena resume y refleja claramente el espíritu inhumano del personaje que interpreta Castro. Una situación aberrante en que el jefe se sienta a la mesa con sus trabajadores y les pide que les muestren sus manos, las observa y las compara: “A ver, hueon, préstame tus manos. ¿Hay diferencia entre los negros? Puta, hay negros más negros. Mira, jajajaja ¿A ver tú? Este es el negro más negro. No sabía que había diferencia entre los negros, negros más negros, negros más blancos“.
El actor Gastón Salgado, con una atractiva interpretación, da vida al nuevo jefe de Steevens, un explotador, que los tiene trabajando ilegalmente, vendiendo Super 8, en una esquina que denomina suya. Pagándoles sólo un 20 por ciento por cada Super 8 que vendan y con el típico discurso “el que no quiere estar aquí se va”. En estas escenas se hace un guiño también a la situación de las mujeres migrantes y su doble responsabilidad, al tener que trabajar y criar a sus hijos.
Blanca Lewin interpreta a la abogada defensora de Steevens, que trabaja en un servicio gratuito de apoyo para inmigrantes y que comienza a desarrollar una relación un tanto ambigua con Steevens, de la cual es preferible que cada uno saque sus conclusiones.
Steevens acerca de su experiencia de actuar con destacados actores nacionales, mencionó: “Con Alfredo Castro ya tenía química, ya nos conocíamos, ya hablábamos; con Blanca Lewin, la había visto en teleseries y jamás habría pensado que iba a actuar con ella y cuando me toca es como un nervio que uno tiene, pero no es un nervio malo, es un nervio bueno, entonces solo trato de copiarle porque obviamente tiene muchísima experiencia y yo apenas estoy empezando, sin estudios. Es admirable trabajar con personas como ellos, estoy muy agradecido”.
¿Dónde verla?
La película está disponible de manera gratuita en la plataforma online Ondamedia.