El posicionamiento y respeto por las diversidades sexuales ha sido tema durante los últimos tiempos en Chile y el mundo, sobre todo desde la vereda artística. Algo que el cantante Sr. Soya lo sabe sobremanera. Este artista chileno ha estado ahondando en el queer pop desde su debut con “Negro Matapacos“ y, recientemente, con el lanzamiento de su single “Bailando Yo Voy“.
La propuesta musical de Sr. Soya es muy interesante, porque busca romper estereotipos de género con letras potentes, ritmos bailables, atuendos llamativos y mucho rosa.
Por ello y más Sr. Soya habló con La Máquina para conocer más de él, su carrera, su propuesta musical y su mirada sobre cómo la sociedad ha mutado su conciencia sobre la comunidad LGBTIQA+.
N.E.: Esta entrevista se realizó de manera remota, debido a las precauciones dictadas para evitar la propagación del coronavirus covid-19.
Sr. Soya, ¿cómo nace tu interés por el queer pop?
Creo que siempre tuve un interés por la estética queer, por aquello que no estaba bien definido. No sabías si el artista era un rockero o un popero, si era hombre o mujer, pero a la vez tenía esa chispa y esa luz que hacía que cualquier persona de cualquier grupo, orientación sexual o religión fuese cautivada por su arte. Pretendo ser lo mismo, ser queer en la vida y en la música y generar una constante interrogante y coqueteo entre mis seguidores donde nunca sabrán lo que soy, pero siempre intentarán descubrirlo. Es un juego.
Carlos Soya, o más conocido como Sr. Soya, estudió distintas disciplinas artísticas en los Estados Unidos y volvió a nuestro país recientemente a trabajar en su debut como artista. Quizás uno pensaría que compondría en inglés, pero no, decidió escribir en español. “Siento que Latinoamérica y la música latina necesita más referentes queer y artistas que representen a la comunidad LGBTQIA+”, aseguró el artista.
¿Sientes que había una urgencia personal para aportar en un cambio social?
La verdad, sí. Apenas ocurrió lo del estallido social, recuerdo que estaba en el estudio de grabación y mientras grabábamos “Negro Matapacos” se sentían las balas afuera. Eso hizo que todo tuviera más sentido y que fuera importante escribir algo que diera fuerza a las personas. Además, siento que el rol y deber de los artistas es siempre reflejar los tiempos en que vivimos, a través del arte y la música.
Es interesante que estés creando música con contenido social que, a la vez, es bailable. ¿Era un concepto de música planeado o que surgió naturalmente?
Ja, ja, creo que fue bastante orgánico, pero ya tenía la idea en mente, de hacer canciones rítmicas y bailables donde se hablase de temáticas sociales porque mi idea es poder contar una gran historia a la humanidad, la historia retrata este despertar y tiene que ser sí o sí bailado cantando y visualmente explicativo.
Entre las temáticas que aborda en sus canciones está el estallido social, la violencia intrafamiliar y las disidencias sexuales. ¿Cómo fue el proceso de unir estos temas a un ritmo queer pop?
Creo que todo sucede primero en la imaginación del músico y en cómo vamos uniendo conceptos, ideas y visiones con la música. También es importante dejar espacios en blanco porque para mí nada tiene por qué ser tan literal, puedes escucharlo con un sentido o varios sentidos más, la idea es que las canciones sean lo más versátiles posibles y que al final el oyente las convierta en sus propios himnos.
Tienes un estilo claro a la hora de vestir y cantar. ¿Se trata de un personaje artístico o Sr. Soya siempre es así?
Sí, pero la verdad para mí es un juego. Salto de un personaje a otro, queriendo contar una breve historia visual generalmente jugando con estéticas masculinas que se contraponen. En “Bailando yo voy” soy una especie de señor antiguo y vintage pero tengo guantes de lavar losa que a su vez son rosados, y que a su vez canta reggaetón a su mamá. Son mezclas, pero todo apunta a una deconstrucción y una reboot de la masculinidad.
Me imagino que hacer música desde el movimiento de liberación LGBTQI+ en Chile no es fácil, debido a que la homofobia y la transfobia van en aumento. ¿Cuál es tu opinión frente a esto?
La verdad es que crecí como guerrero, estoy acostumbrado a las personas que al fin y al cabo sienten miedo y van por la vida extinguiendo la libertad de los demás, porque ellos se sienten presos de sus propias vidas. Simplemente hay que tomarlo como eso y también para nuestra comunidad, aprender a cuidarnos y protegernos entre nosotres cada vez más.
¿Crees que la industria de la música a nivel nacional tiene cierta lejanía al movimiento LGBTQI+? ¿Por qué?
En cierto sentido, sí. Creo que son pocos los artistas nacionales masivos que han dado la cara por el movimiento, especialmente en un momento donde no era popular hacerlo, pero sé de varios que lo están haciendo y me alegra ver ese acercamiento que tanto necesitábamos para integrar la música con el movimiento LGBT en la vida cotidiana de todes.
Por último, si pudieras dar un mensaje a todes en este mes del orgullo gay, ¿cuál sería?
Que son los mejores, ¡que son súper aperrados! Y los amo con toda mi alma. Que todos los días me levanto y trabajo para ver un mundo mejor, más libre y más feliz para que mañana nadie tenga que salir de clóset y seamos como cualquier ser humano. Ese momento va a llegar y ¡espero estar vivo para celebrarlo! Por ahora seguimos en la lucha.