Desde hace un poco más de 10 años, Chile vive un fenómeno social relativamente inédito: se ha vuelto uno de los países más seleccionados para las distintas diásporas que se vienen dando en Latinoamérica. Esto, producto de variadas razones que podemos agrupar en políticas y socioeconómicas, haitianos, colombianos y venezolanos han comenzado a hacer vida en el país austral, lejos de sus hogares.
Como venezolano (y chileno al mismo tiempo), es inevitable sentirse tocado por esta temática. Según indica un estudio elaborado por diversas universidades de Venezuela llamado “Informe de movilidad humana venezolana”: “El grupo que se dirige a territorio nacional (Chile), mayoritariamente es joven y con estudios profesionales, pasó de 7,3% a 16,9% de 2018 a 2019”. Y claramente ese número, en la práctica, se empieza a sentir más grande.
Chile, siguiendo con el estudio mencionado, se convirtió en el cuarto destino más elegido por los oriundos de Venezuela, teniendo las siguientes cifras en los países que lo anteceden: “Perú (37,8%) se con la primera posición, seguido de Ecuador (25,8%) y Colombia (17,9%)”.
Pero más allá de dedicarnos a hablar de números, les comentaremos un poco sobre las personas detrás de esos números, a través de una película pronta a estrenarse: “Lejos de casa”.
El filme, dirigido por el venezonalo Abner Ramírez, nos muestra la cruda realidad del migrante venezolano en tierras chilenas.
La historia de “Lejos de casa” nos cuenta cómo un venezolano, Samuel, llega a Chile con un plan que se frustra de entrada al quedar sin un lugar que lo reciba. De ahí debe realizar todo tipo de actividades y relacionarse con diverso tipo de personas para lograr lo que todos deseamos al llegar a Chile o cualquier otro destino: vivir una vida plena, feliz, estable y tranquila.
El principal detonante (y muchas veces más que motivador, torturador) que lleva y obliga a muchos a salir del país caribeño, es la falta de visualización de una vida “normal”. El saber que se debe prescindir para siempre de ciertas (o muchas) comodidades básicas, no poder salir a hacer vida social por temor a la delincuencia (a morir a manos de esta), la falta absoluta de muchas garantías: entre un hospital a medias y ningún hospital todos vamos a preferir el hospital a medias, al menos es algo. Y así la lista sería larga y desoladora.
Pero el migrar no es sinónimo de mejoría instantánea. Como apreciamos en el tráiler, la zona de confort queda bien atrás para el venezolano, no solo por los trabajos que debe realizar para conseguir comer y vivir debajo de un techo a diario, sino por las relaciones que debe establecer, los lugares donde pernoctar por las noches y demás retos y obstáculos a superar.
Conociendo la mente detrás de Lejos de casa
Abner Ramírez, director del largometraje, también es músico, con más 5 años de carrera y fuera de Venezuela desde el mismo lapso, reflejó mucho de su historia personal como inmigrante en su película, lo cual viene siendo la odisea de muchos.
El novel director quiso realizar la primera película en retratar esta realidad tan puntual, ya que hasta ahora solo existían documentales.
La experiencia para Abner fue conmovedora, según le contó en exclusiva a La Máquina, con cada momento filmado regresaban los recuerdos de esas duras vivencias. El proyecto inició como un cortometraje pero al verse con tanto que contar decidió llevarlo a película.
Y así como el inmigrante debe superar escoyos, “Lejos de casa” tuvo sus obstáculos que superar. “Faltaba presupuesto ya a la mitad de filmaciones y necesitábamos permisos para grabar”, relata el director.
Pero la suerte favorece a los valientes (y a los pacientes), es así como Abner consiguió el permiso de un colegio y de la directora del Aeropuerto de Santiago para lograr filmar lo que necesitaban.
Abner, según señala, siempre sintió amor por el cine pero nunca se imaginó llegar hasta aquí. Con fuerza de voluntad, investigación y tesón llegó a producir esta pieza de una hora veintisiete minutos.
“No me lo creo, en 6 meses logré esto. Todo está en tener constancia y disciplina”, afirmó el joven cineasta con respecto a la duración en las filmaciones.
También narra que la historia es una mezcla de drama, humor e inspiración para todos los que tienen que emigrar de Venezuela. Justamente sobre ello, Abner comenta: “Quienes vive la historia Lejos de Casa son quienes más deben verla, porque llega directo a todos, sin importar qué, a todos los que han tenido que rehacer su vida fuera de su nación natal”.
Hay un mensaje para aquellos que jamás han vivido la experiencia y que quizás nunca se han proyectado en dicha situación. “De igual forma deberían verla para tener una mejor noción de lo que es la empresa tan importante y difícil que es emigrar”, concreta Ramírez.
Lejos de casa, pero no lejos de las historias
Pero la historia de Lejos de casa no termina aquí ya que hay planes de realizar una serie a futuro.
Para el cierre de este artículo lamentablemente el proyecto de Abner Ramírez sufrió los efectos de la pandemia actual y la función especial, prevista para la cadena Cinemark no se pudo dar.
No obstante, Abner es un luchador y recurrió de inmediato a los medios digitales para difundir su importante historia. Lejos de casa ya está en línea para ser comprada o arrendada.
En la plataforma Mowies es posible rentar o comprar la película: https://www.mowies.com/creation/arfilms/lejos-de-casa-exodo-venezolano/RUVKl_Fy y en sus primeras horas ya está rompiendo récord con 100 compras hechas.
Definitivamente una historia más que cercana para todo Chile, sin importar la nacionalidad de origen, por lo que merece ser vista y apreciada como testimonio de uno de los tópicos relevantes en esta nueva y extraña realidad que estamos viviendo.
