De tanto en tanto, el interés del gigante del streaming en la animación japonesa o conocido más como “anime”, trae noticias del estilo “Ya está en Netflix One Piece” o “La polémica por los subtítulos de Evangelion en Netflix“. Más allá de los voladores de luces, es evidente que la animación japonesa se insertó en el cotidiano y, como parte de ello, el catálogo de la plataforma para Latinoamérica incluye en su renovación habitual grandes títulos.
Pero hoy no te venimos a recomendar que veas por cuarta vez “Full Metal Alchemist” ni seremos como aquel amigo otaku que insiste por enésima vez en que veas “Death Note”. Aquí se dará por sentada la importancia de obras de culto como “Ghost in the Shell” o “Neon Genesis Evangelion” para centrarse en otros ejercicios del anime sumamente interesantes por su estilo, historia o su estatus dentro de la comunidad asidua al anime.
También se evitará recomendar animes demasiado populares, no por el clickbait de “10 animes que seguro no conocías” -o quizás un poco sí-, pues así es más probable que añadas a tu radar algunas obras que quizás no tenías en presentes y podrían darte un rato agradable. O quizás uno no tan agradable. Pero bueno, de eso se trata el arte. En especial este arte.
El orden a continuación no es, en ningún caso, un índice sobre la calidad de cada anime. Principalmente porque es una lista intencionadamente heterogénea, por lo que compararlas sólo traería injusticias. Además, esta nota está libre de spoilers.
1. Devilman crybaby (2018)
Comienza la lista con la joyita de las “series originales” de Netflix en cuanto a anime. De diez episodios, “Devilman crybaby” es una reinterpretación contemporánea del manga de los 70s “Devilman”, de Gō Nagai. En él se cuenta la historia de Akira Fudō, un tímido estudiante de secundaria que, por intervención de su amigo Ryo Asuka, deberá enfrentar a demonios que poseen humanos, convirtiéndose él mismo en uno de ellos para hacerles frente.
La premisa de que los demonios quieren retomar el lugar que Dios les quitó en la Tierra no es tremenda vuelta de tuerca, pero el logrado desarrollo de personajes, la musicalización que va desde el japón tradicional hasta el rap nipón y la animación que experimenta con el minimalismo, convierten a la historia en un camino atrapante, aunque sumamente violento.
De hecho, pese a los tres OVAs que se le hicieron a “Devilman” entre el 87’ y el 2000, la producción siempre tuvo problemas con sus estudios por adaptar un contenido sumamente explícito, pues toma lo demoníaco como sublimación de los mayores pecados de la humanidad. La adaptación de Netflix no es fiel al manga del 72’ pues actualiza la serie al contexto actual, pero contiene el nivel de violencia con que ella impactó en la época. Esto la convierte en una serie difícil de digerir, aceptando la moral difusa en pantalla es tremendamente disfrutable.
2. Yakusoku no Neverland [The Promise Neverland] (2019)
Quizás el título más popular de esta lista, “The Promise Neverland” es uno de los animes que se robó la temporada pasada. Basada en el manga homónimo del 2017, este anime de Clover Works, filial de Aniplex (Sony), cuenta la historia de un orfanato donde sus residentes descubren ser parte de un futuro horrible: la humanidad no es más que el ganado de una raza monstruosa que gobierna la tierra.
Tras descubrir que el orfanato era en realidad una granja y ellos el alimento, nuestros protagonistas comienzan a desentrañar la trama de engaños de las que han sido víctimas, desconfiando de todos quienes les han cuidado para escapar del cruel destino que les esperaría. A la par, deja una nunca sobrante reflexión sobre la relación de la humanidad con otros animales -¿acaso go vegan?-.
La primera temporada consta de solo 12 capítulos y la segunda está anunciada para el 7 de enero de 2021. Si bien esta última no se estará publicando semana a semana en Netflix, puedes ponerte al día desde ya con esta historia distópica de suspenso con tintes de terror.
3. Toradora! (2008)
Emitida entre el 2008 y 2009, “Toradora!” es también una adaptación, pero en este caso, desde las novelas ligeras del mismo nombre. Este formato se impuso en los tempranos dosmiles entre el público japonés más joven, por lo que inmediatamente los estudios y productoras de animación fijaron su interés en adquirir los derechos para adaptar esta clase de historias.
Pese a tener más de una década de antiguedad, “Toradora!” es un estreno relativamente reciente de la plataforma (agosto 2020) y su tono es mucho menos frenético que el resto de títulos de esta lista. Básicamente, es lo que pasa cuando las situaciones ridículas pero agradables de ver una comedia romántica son filtradas por los tópicos y códigos propios del anime, un resultado dulcemente vergonzoso y conmovedor.
Esta serie de 25 episodios nos muestra a Ryuji Takasu y Taiga Aisaka, un muchacho inseguro y una chica de carácter explosivo, quienes a pesar de sus diferencias, deciden unir fuerzas para conquistar a sus crush’s cuando descubren que a cada uno le gusta el mejor amigo/a del otro. Suena cliché y quizás decir el rumbo que tomará la situación esté de más, pero es tan encantadora que la serie desnuda nuestras propias inseguridades y nos hace sentir adolescentes como los personajes de ella. Un anime ligero pero muy bien logrado.
4. Lupin III: El Castillo de Cagliostro (1979)
Si bien las obras de Studio Ghibli no entran en este listado pues “La Princesa Mononoke” o “Mi Vecino Totoro” son obras de renombre, el maestro Hayao Miyazaki no podía quedar fuera. Antes de alcanzar la fama mundial y conquistar un estilo único para la fantasía animada, Miyazaki trabajó en la productora japonesa de cine Toho, donde aportaría al área de animación. Allí ocuparía diversos roles secundarios, pero no sería hasta “El Castillo de Cagliostro” que debuta como director y guionista.
Lupin III es una saga consagradísima del arte japonés. Iniciada por el mangaka Monkey Punch en 1967, las historias de Arsenio Lupin III han sido adaptadas a varias series y películas, construyendo un legado que se sostiene hasta hoy con décadas de historias y matices del protagonista. Es una especie de anti-James Bond japonés, pero en lugar de diferenciar sus eras por el actor que le interpreta, la historia de Lupin se identifican con el color de la chaqueta que cada director le ha puesto.
Lupín III es el nieto de Arsenio Lupin, elegante ladrón francés presente en las novelas del escritor galo Maurice Leblanque. Por lo mismo, las historias de Lupin III tienden a un mundo moralmente bastante difuso, donde el Lupin de chaqueta verde, es decir, el de Miyazaki, destaca por ser el más noble de todas las interpretaciones del personaje.
En ese contexto, “El Castillo de Cagliostro” se convirtió en una joya del anime y del cine en general, teniendo un impacto cultural tremendo que ha sido citado en escenas de todo tipo, desde Los Simpsons hasta Batman: The Animated Series, pero entre el público general no ha gozado de mucha fama. Si quieres adentrarte al mundo del ladrón de cuello blanco mejor escrito del cine mundial, este puede ser un buen comienzo.
5. Hellsing Ultimate (2006)
Cuando el arte pierde la vergüenza, poca palabras bastan: una agencia secreta británica combate una organización secreta de vampiros nazis. Contrario al prejuicio que podría tenerse ante una trama tan esquizoide, “Hellsing Ultimate” es mucho más que discursos incorrectos y gore.
Como toda obra que toca esta clase de temas, merece la precaución de leer sus mensajes con sumo cuidado, pues una representación del nazismo tan espeluznantemente épica es de franco temer. Pero justamente en reconocer lo ridículo de esa grandilocuencia está el desenmascarar al fascismo, y eso lo entiende tan bien Umberto Eco como esta serie.
Con 10 OVA’s de poco menos de una hora, “Hellsing Ultimate” es la reversión del anime de Hellsing (2001) con mayor fidelidad al manga en que se basa, pero con la capacidad de transmitir mucho más que el material original mediante incursiones animadas en 2D y 3D (en tiempos donde dicha herramienta no estaba de lo más desarrollada). Es una serie frenética donde el presupuesto se nota, y se agradece, pero también extiende la no incidental relación tóxica del anime con el fascismo.
6. Sangatsu no Lion [March comes in like a Lion] (2017)
El título más personal de este listado. Si alguna duda quedaba de la capacidad de la animación japonesa de representar la sensibilidad humana, obras de este estilo las despejan. Esta serie del estudio SHAFT tiene hasta la fecha dos temporadas de 22 capítulos cada una, pero está inspirada en un manga que se serializó durante una década a partir del 2007.
“Sangatsu no Lion” cuenta la historia de Rei, un joven prodigio del shogi, deporte de estrategia al estilo del ajedrez o el go, en el que a su corta edad es 5to Dan. Si bien tiene bastante del género deportivo, al que pertenecen animes como “Slam Dunk”, “Captain Tsubasa” (o “Super campeones”), o la reciente “Haykiuu!!”, al mismo tiempo toma elementos del drama y el slice of life, género propio del anime, donde se desarrollan historias lo más cotidianas posibles.
Si hubiese que explicar la serie sin estropear las sorpresas de la trama, bastaría una pregunta; ¿cómo vivir en paz sin renunciar a lo que se nos impone? Ya que por más que haya contado con asesorías técnicas de expertos del shogi, la historia de la japonesa Chica Umino es antes íntima que épica, y su adaptación anime lo entiende muy bien, siendo espectacular, pero también pausada y parsimoniosa cuando debe. Un anime recomendadísimo para esas etapas de revisión interior que todos pasamos alguna vez.
7. Kiseijuu [Parasyte -the maxim-] (2014)
Este es otro título que aparece siempre en el radar de obras de culto del anime pero, en lo personal, no lo revisé hasta que un seguidor de La Máquina lo recomendó con ahínco cuando escribimos sobre “Evangelion”, porque le parecía otro anime de alto estándar. Y si bien no deja de ser una comparación injusta, tenía toda la razón.
La obsesión de los japoneses con las clasificaciones demográficas no suelen ser justas, pero nombrar a este anime como un seinen (serie para “adultos varones”) es un prejuicio que ayuda bastante a saber qué esperar. Sus 24 episodios se centran en la vida de Shinichi, un joven como cualquier otro que habita los suburbios de Tokyo. Eso hasta que la tierra comienza a ser invadida por unos parásitos del espacio que al llegar al cerebro, toman el control del cuerpo y se alimentan de otros humanos.
A partir de esta premisa digna del cine de John Carpenter, nuestro protagonista se descuelga al ser invadido insatisfactoriamente por un parásito. Este toma el control de su mano y al habitarle comienza a tomar conciencia de sí mismo, incluso llegando a tomar un nombre: Migi. De este modo, la serie desarrolla la historia de cómo el monstruo toma un rol relevante en en las esperanzas de la humanidad para sobrevivir, mientras que su huésped humano comienza a cuestionarse su propia existencia. En resumen, una taza de filosofía existencialista por cada una de irse a los puños contra monstruos horrendos.
8. Violet Evergarden (2018)
Otro “original” de Netflix. Este anime es una adaptación de la novela ligera homónima de la autora Kana Akatsuki que, siguiendo la tradición de los autores de este estilo, es un personaje reservado y enigmático. Sin embargo, fuera de la obra que comentaremos a continuación, su currículum incluye colaboraciones literatas para la popular saga “Sword Art Online”.
El anime cuenta la historia de, justamente, Violet, una talentosa aunque retirada soldado cuya vida e identidad completa se basaba en ser un “arma de guerra” del mundo steampunk que habita. Cuando la guerra acaba y es separada en circunstancias extrañas de su superior, el Mayor Bougainviella, su vida pierde drásticamente el sentido al que había sido orientada.
Ante esto, Violet tendrá reubicarse en el mundo en el seno de la familia Evergarden, quienes la reciben a pedido de su mentor ausente. Adaptándose a su nueva vida, encuentra trabajo como una Auto Memory Doll, una especie de escritoras y/o transcriptoras que escriben cartas interpretando la intención y los sentimientos de sus clientes, a veces mejor que ellos mismos.
Así, este drama muy delicado en las formas muestra a Violet enfrentada a la emocionalidad humana, algo que desconocía debido a su interioridad amputada por la guerra. Con ello, a lo largo de una serie de 13 capítulos, un OVA y una película publicadas hasta la fecha (aunque hay una segunda película en producción), notará que, al tomar la palabra por otros, comenzará a hacerse las preguntas que tenía olvidadas.
9. Zankyou no terror [Terror in Resonance] (2014)
Shinichiro Watanabe es uno de esos directores que traspasaron la barrera del anime y son reconocidos por buena parte de los llamados “cinéfilos”. Con obras clásicas como “Cowboy Bebop” (1998) o “Samurai Champloo” (2005), se hizo de un lugar en occidente que le valió ser convidado a los cortos animados que extienden los universos de “Matrix” y “Blade Runner” (parte de “Animatrix” y el corto “Blade Runner Black Out 2022”, respectivamente).
Watanabe se reúne con la virtuosa de la música y también artista de culto Yoko Kanno, con quien ya había trabajado la banda sonora de la mencionada “Cowboy Bebop”, para traer una de sus series más controvertidas hasta la fecha: “Zankyou no terror”. En 11 episodios, la serie muestra a Tokio siendo asolado por ataques terroristas de los cuales hay solo dos pistas: las letras “VON” y unos crípticos videos.
El anime muestra la carrera contra el tiempo de la policía por descifrar el misterio detrás de los ataques y así atrapar a los culpables, pero a la vez, es protagonizado por dos jóvenes incógnitos que están detrás de los atentados. En la medida en que avanza la serie, el espectador desentraña los secretos detrás de los ataques terroristas con una dirección y construcción de personajes que desgarra el alma, sobre una ambientación musical absurdamente hermosa para lo horrible de la premisa de este anime.
10. Psycho-Pass (2012)
Para cerrar, un clásico de la animación contemporánea. Gen Urobuchi es uno de los genios de su generación de escritores y lo demuestra con un catálogo personal muy variado, que incluye la preciosa “Puella Magi Madoka Magica” (co-autor), la temporada completa de “Kamen Rider Gaim” (guionista), la obra maestra de la literatura ligera japonesa “Fate/Zero” (escritor) y el anime en cuestión.
Ambientada en un futuro distópico, la serie es una policial donde los agentes Shinya Kogami y Akane Tsunemori buscan anticipar las conductas delictuales antes de que ellas sucedan, cual Minority Report. Para ello, cuentan con una tecnología llamada Psycho-Pass, un coeficiente que determina, a partir de escáneres físicos y psíquicos, las probabilidades de que alguien pueda llegar a cometer un delito y su gravedad.
Con un guion impecable, la serie cuenta con dos temporadas disponibles en Netflix, de 22 y 11 episodios respectivamente, y una tercera que si bien no está en la plataforma de streaming, utiliza otros personajes para expandir el universo de la serie.
El anime es un comentario sobre el carácter de lo humano y la naturaleza del delito. No se queda solo en el plano de la vieja pero interminable cuestión sobre la bondad o maldad humana, desarrollada desde Hobbes y Rousseau en adelante (¿es el ser humano brutal por naturaleza o, más bien, es un buen salvaje corrompido por la sociedad?), sino que cuestiona el carácter punitivista de la sociedad contemporánea y los mecanismos del poder (te pienso, Foucault). Definitivamente, una obra necesaria.