Conocí a Maite Alberdi con el documental “La Once” (disponible gratuitamente en la plataforma de streaming Ondamedia) y se transformó en una de mis cintas nacionales favoritas. Cada vez que tengo oportunidad la vuelvo a recomendar. Asimismo, con otra de sus obras llamada “Los niños” fui a una función de estreno. Pero luego de ver el adelanto de su última película, “El agente topo”, tuve que aprovechar que fue el largometraje inaugural del Festival de Cines en Red (REDFECI) para dejar de esperar y que, para muchos, es la gran candidata chilena a los premios Oscar 2021.
Créanme cuando les digo que valió ABSOLUTAMENTE la pena.
¿Agente Topo?
Rómulo es detective privado. Le han solicitado investigar una casa de reposo para corroborar las condiciones en que se encuentra la madre de su clienta. Se sospecha que sufre de robos. Para esta misión necesita contratar a un espía para que pueda infiltrarse.
En ese contexto, Sergio, de 83 años, nunca ha sido detective. Acaba de sufrir la muerte de su esposa y decide aceptar el trabajo motivado por la curiosidad y las ganas de mantenerse activo. Infiltrado vemos su posicionamiento como uno más. En su tarea vemos en él y sus pares, los problemas de la tercera edad, desde las dificultades con la tecnología, los problemas de salud, hasta la soledad y abandono, siendo los tópicos de “El agente topo”.
Se busca persona de 70 a 80 años
Esa curiosa afirmación publicada como aviso laboral es el puntapié inicial de la historia de “El agente topo”. La primera parte de la película es la búsqueda del agente que cumpla con el perfil y exigencias de este particular empleo.
Con una alta dosis de humor, las entrevistas de trabajo podrían haberse transformado en una cinta por sí sola. Los distintos postulantes con sutileza nos aproximan al protagonismo de esta historia. Otra vez, uno que habitualmente invisilizamos en el día a día: la tercera edad. Un fenómeno que el cine de Alberdi aprovecha con maestría, narrar desde lo que evitamos, desde nuestra incomodidad.
En estos primeros minutos, sucede algo que puede ser una curiosidad o anécdota, pero que destaco, puesto que interpreto como un hecho cargado de significado: Escuchamos la voz de la directora.
La cinematografía Alberdi nos interpela con la interrogante de “¿es ficción o realidad?”. La presencia de su voz en el corte final resulta un símbolo en el cual la respuesta de la pregunta no se posiciona como relevante o esencial. Más bien, confirma la existencia de un estilo propio y consistente, que se propone ofrecer una narrativa articulada, original y nutrida por la propuesta ofrecida al espectador como con sus reacciones. Una experiencia personal, pero a la vez universal y humanista.
“El agente topo” consigue integrar distintos momentos y problemas. La desconfianza con el centro de reposo; los problemas con la tecnología de los adultos mayores; la soledad y abandono de la tercera edad; problemas de salud. E incluso la existencia del espionaje. Una receta tan absurda como real en la que la propia directora fue asistente de investigación para alimentar la producción. Una creación compleja que justifica la presencia de apoyos extranjeros.
Sorprender con lo cotidiano
Resulta intrigante, después de cuatro largometrajes, el modo en que Maite Alberdi sigue sorprendiendo y emocionando con su estilo, cada vez más coherente. Una conjugación de elementos en la cual la vida misma opera como punto de fuga para ofrecer un relato audaz y dinámico, pero a la vez genuino y creíble. Una ilusión real, cotidiana e intensamente emocional. Casi adictiva.
Maite Alberdi en sus redes sociales tiene la siguiente afirmación:
“Hago películas documentales como una excusa para vivir muchas vidas junto a la mía”.
“El agente topo” o don Sergio, ofrece un personaje conocido (más de alguno tiene un abuelo o vecino que puede reconocer en él), con su nivel de carisma. Característica esencial en los detectives del cine. Un James Bond real que sin sensualidad ni alta dosis de acción, logra atraparnos con una identidad genuina. Tan necesaria como reconfortante.
Estrenada en el Festival de Sundance, premiada en el Festival de San Sebastián, convirtiéndose en la cinta chilena nominada a los premios Goya, Maite Alberdi, muchas gracias por tus películas.