Reseña | “Limpia”, el mejor estreno teatral del año por Alfredo Castro: Nos ahogaremos, aunque sepamos nadar

Las actuaciones de “Limpia” están brillantes, pero Paola Giannini es la gran protagonista. Ella narra la historia, empatizamos con ella y su actuación tiene unos matices notables.

En Revista La Máquina fuimos invitados a ver “Limpia”, uno de los estrenos teatrales más esperados y destacados del primer semestre. Y gracias a la Fundación Teatro a Mil y el Teatro Nacional Chileno, pudimos asistir y así traer un análisis completo del montaje dirigido por el destacado actor nacional Alfredo Castro.

La obra es una adaptación de la exitosa novela del mismo nombre de la autora Alia Trabucco; nos trae la historia de Estela, una trabajadora puertas adentro, que presta servicios a una familia de clase acomodada y bajo el contexto del estallido social del 2019, vemos como el personaje va contando su vida con la familia, sus pros, sus contras y cómo llegó a ser despedida.

“Limpia” dura alrededor de una hora y media, con monólogos excelentes y una tremenda actuación de Paola Giannini, se transforma en uno de los mejores estrenos teatrales del año.

La propuesta de dirección de Castro es impecable. Primero nos enfrentamos a un audio que contextualiza el texto de la obra y cómo ésta novela fue llevada al teatro. Al principio puede parecer como una excusa, como si el riesgo no diera resultado. Pero luego nos damos cuenta de que es un simple audio de contexto, que nos reafirma que todo texto, novela o libro puede ser llevado de forma brillante a las tablas.

Su dirección es de corte realista con quiebres de los actores y actrices, momentos oníricos y una quietud que inspira tensión. La escenografía también pasa a ser un personaje más, como suele suceder en los montajes teatrales.

Aquí nos ambienta la típica casa del barrio alto, pero sólo vemos la cocina. Una cocina en tonos grises oscuros, frívola y famélica. Una viva representación de la familia que habita en ella. Una escenografía rectangular, cuadrada e inamovible. Una puesta en escena que acompaña de manera correcta la historia. Y el texto, el texto es lo que sostiene la obra y lo que hace que el viaje funciona y fluya de una manera brillante.

Aquí el texto está construido sobre la base de monólogos y poco diálogo. Los monólogos son dinámicos, abarcan una gran cantidad de información, pero aun así no se hacen tediosos. Llevan el viaje de la obra y develan la personalidad del personaje en cuestión. Creemos que la decisión de que exista poco diálogo o sea casi nulo entre los personajes, también es por algo. Aquí no hay tanta conexión entre ellos, no se cuentan nada, no se hablan y todo es superficial. Cuando intentan revelar algo a otro personaje, son capaces hasta de morderse la lengua. Todo es controlado y meticulosamente pensado, cada palabra dicha al otro. Nada parece espontáneo.

Las actuaciones están brillantes, pero Paola Giannini es la gran protagonista. Ella narra la historia, empatizamos con ella y su actuación tiene unos matices notables. Trabajar con sólo monólogos siempre es un desafío, mas Paola lo maneja muy bien. Logra dinamismo y su interpretación nunca es plana; transita desde la alegría a la angustia, a la pena y al resentimiento escondido de una forma sutil. Pero Estela, su personaje, también es alegre, picarona, un ser humano que siente como todo el mundo y que también sabe su lugar porque se lo hacen sentir. Es la empleada de la casa, es ajena al hogar en el cual vive y nunca va a ser parte de la familia, aunque se lo digan.

Luego tenemos a la familia, a la dueña de la casa. Álvaro Espinoza es que el más protagonismo tiene y, si bien lo vemos en un personaje que le queda muy cómodo, su monólogo casi llegando al final de la obra, es impresionante. La niña también es notable. Su participación como la hija del matrimonio saca una que otra carcajada porque sí, la pequeña es insoportable pero en el fondo se ganó el corazón de Estela y no merecía ese final. Taira Court nos trae a la señora de la familia, poco diálogo pero omnipresente, sabe todo lo que pasa, pareciera vivir en otro mundo y su forma de tratar a los suyos con desprecio y desdén hacen que sea una actuación que llena a éste frívolo triunvirato familiar.

En resumidas palabras, “Limpia” es uno de los mejores estrenos del año: su texto, montaje y actuaciones de gran nivel han hecho que prácticamente la sala esté llena todos los días.

La coproducción entre FITAM y el Teatro Nacional Chileno tendrá funciones hasta el 27 de abril, de jueves a sábado a las 19:30 hrs. Compra entradas acá.

Vaya a verla. No se va a arrepentir.

“LIMPIA”: Aclamada obra dirigida por Alfredo Castro se estrena con Paola Giannini como protagonista