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Reseña| IT: Chapter II, una pesadilla extensa y una amalgama de sensaciones

Stephen King es una marca asegurada y, prácticamente, registrada del cine hollywoodense. Nadie puede negar el gran éxito comercial que posee el sello King en películas del género de terror independiente de que las obras literarias sean conocidas o no por la gran mayoría de la población mundial, algo que ocurrió con La torre oscura o Cementerio de animales.

¿Cuál es la analogía entre los dos libros nombrados? Ninguna de sus adaptaciones al cine ha sido del nivel esperado e incluso son bastante paupérrimas.

Sin embargo, si nos remontamos a los años setenta, ochenta y noventa, tenemos una lista invaluable de cintas basadas en obras de Stephen King que son dignas de incrustar en nuestra memoria cinematográfica: The Shining, Carrie, La milla verde, Misery y, por supuesto… IT de 1990.

La mini serie protagonizada por Tim Curry como Pennywise, pese a los escasos recursos tecnológicos, de efectos especiales y a ese maldito y nefasto final, es una de las producciones más recordadas, espeluznantes y bien adaptadas del catálogo de Stephen King.

Tanto es así que demoró 17 años en poder ser revivida en el séptimo arte, con una adaptación, indudablemente, mejorada en aspectos técnicos y actorales; una maestría cinematográfica del argentino Andy Muschietti en la dirección y una historia mejor contada. Por lo tanto, una segunda parte de esta mejorada versión contenía un valor agregado: seguir la senda de una visión pulcra y auténtica de IT.

Una senda que, entre dimes y diretes, cumple IT: Chapter II.

“It: Chapter Two”, es el cierre de la historia basada en la novela homónima del autor Stephen King, uno de los mayores exponentes en el género de la literatura del terror y suspenso. Una obra que, a lo largo de los años, ha sembrado adherentes y retractores, especialmente por una enormidad de párrafos no aptos para ortodoxos.

El tranquilo pueblo de Derry sufre en silencio, ya que cada 27 años un terrorífico ser que existe desde la creación misma del universo, acecha a los habitantes de este lugar, convirtiéndolos en sus víctimas y alimentándose de su miedo.

Para nuestra suerte, no fue necesario esperar casi tres décadas para ver una vez más al payaso Pennywise (Bill Skarsgard) aterrorizando al “Club de los perdedores”, solo bastaron dos años para ver la conclusión de esta gran adaptación.

El aterrador Pennywise, interpretado por Bill Skarsgard.

Esta segunda entrega nos presenta la parte “adulta” de la travesía que cruzan los protagonistas, ya estando mayores y sin tener muchos recuerdos de los acontecimientos de la primera película; reencontrándose con personas, sitios, ambientes y, por sobre todo, miedos profundamente enterrados en su mente en el misterioso Derry. Un espacio lleno de secretos e historias que puede que sean la razón por la cual “Eso” aterroriza a sus habitantes (o viceversa).

La duración del filme puede parecer demasiado extensa para ser una película de terror (2 horas 45 minutos), pero pasa “volando” debido al buen trabajo de guion de Gary Dauberman y Jeffrey Jurgensen y dirección de Muschietti, quien sabe mantener atrapado al espectador con su historia y personajes. Todo esto sumado al increíble trabajo de la banda sonora y los efectos de sonido del visionario Benjamin Wallfisch.

Cada parte de la película funciona tan equilibra en conjunto que sostiene al espectador pegado a la butaca, tenso y esperando a que el tenebroso payaso no siga sumando víctimas.

El club de los perdedores, 27 años después de los acontecimientos de la primera cinta.

El largometraje en general está muy sobre el promedio en cuanto al género de terror se trata (cosa que no es muy difícil de lograr en la actualidad). Está muy a la par de su antecesora de 2017 y hasta la supera en varios aspectos, sobre todo gracias al destacable trabajo de los actores Bill Hader y James McAvoy, quienes interpretan el papel de Richie Tozier y Bill Denbrough adultos respectivamente. Este par logra meterse en la piel de los personajes y demostrar las emociones de sus roles a la perfección.

Sin ánimos de develar mucho de la película, hay un par de modificaciones que se omiten respecto al material de origen, pero que no arruinan en lo absoluto la obra. No obstante, algo que es totalmente acertado por Muschietti fueron los pequeños guiños o “easter egg” que tiene el filme, como la aparición de cierto escritor o una de las formas de Eso, diciendo una línea de la película más odiada por el autor de la novela.

Una escena del libro que esperaba ver en la gran pantalla, la estatua de Paul Bunyan. De mis favoritas del filme.

Si hay algo que esta película genera y que no se apreciaba del todo en la primera parte, es que sabe mantener al espectador tenso y, cuando llega a ese punto, no cae en el típico cliché de dar una falsa sensación de tranquilidad para sorprender con un “jump scare”, a pesar de que hay algunos.

Hay escenas que te “toman y no te sueltan” y que es un ritmo constante de tensión y emoción de golpe, jugando con la mente de las personas y enervando al punto de sentir terror real por los personajes en pantalla.

It: Chapter Two contiene todo lo que una película de terror necesita y esto se puede notar en muchas características de la misma, sobre todo en cierta escena que involucra una casa de espejos y mantiene al espectador al borde del asiento, sabiendo cómo va a terminar pero deseando que no sea así.

También el conflicto interno de uno de los personajes toca bastante al espectador y deja un mensaje claro que no se siente forzado, cosa que no muchos largometrajes logran.

En resumen, It: Chapter Two es una adaptación increíble de una novela excepcional que recomiendo totalmente disfrutar en tu sala de cine favorita.

Y recuerda… TODOS FLOTAN.

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