Reseña de “Beetlejuice Beetlejuice”: Una secuela a la altura de lo mejor de Tim Burton, pero innecesaria en su esencia

“Beetlejuice Beetlejuice” está hecha para los fans. Es una secuela digna que respeta el universo original y lo mantiene. Para disfrutarla plenamente, hay que ser conocedor de la primera película. Beetlejuice, sin duda, se roba el show. ¿Es una secuela necesaria? La respuesta es simple: no lo es.

Con una reciente estrella en el Paseo de la Fama y una de las películas que promete ser un éxito en taquilla este fin de semana, el director, productor, guionista, dibujante, escritor y animador estadounidense, Tim Burton, regresa en gloria para dirigir la esperada secuela de “Beetlejuice”, bajo el nombre de “Beetlejuice, Beetlejuice”.

Después de 36 años, vuelven rostros del pasado para dar vida una vez más a sus icónicos personajes. Pero ¿es “Beetlejuice Beetlejuice” una secuela necesaria?

Tras una tragedia familiar, la familia Deetz regresan a Winter River, donde Astrid, la hija adolescente y rebelde de Lydia, está a punto de abrir accidentalmente un portal al inframundo, desatando un caos espeluznante, tal como lo hizo su madre. Aquello resume lo que es una trama sencilla para lo que es una secuela tan esperada. Sin embargo, a lo largo de la cinta se desarrollan varias subtramas que nos mantendrán entretenidos durante 1 hora y 44 minutos, las cuales en Revista La Máquina iremos mencionando.

El regreso de los muertos (y no tan muertos)

Algo que genera mucho agrado y nostalgia es ver nuevamente a los personajes interpretados por sus actores originales, quienes les dieron vida y personalidad única desde el principio. Casi todo el elenco original está de vuelta. Catherine O’Hara y Michael Keaton parecen no haber dejado nunca a sus personajes. El mítico demonio Beetlejuice parece poseer a Keaton cada vez que aparece en cámara, mientras que O’Hara brilla nuevamente como la madrastra “Delia Deetz”.

Winona Ryder, por su parte, ha pasado de ser una adolescente gótica que veía fantasmas a una adulta gótica traumatizada, con una hija que también ve fantasmas.

Es importante mencionar que el actor Jeffrey Jones no regresó para esta entrega. Aunque muchos no están al tanto de su carrera, la principal razón de su ausencia es que en 2003 fue acusado de solicitar fotos de desnudos a menores de edad. Fue arrestado y se le encontró en posesión de material pornográfico infantil. Tras este escándalo, evitó la cárcel, pero recibió una sentencia de cinco años de arresto domiciliario y fue registrado como delincuente sexual, lo que afecta su posibilidad de conseguir empleo. Por ello, Jones no pudo participar en “Beetlejuice Beetlejuice”.

No puedo hablar de los personajes sin mencionar a quien sería la Winona Ryder de nuestra generación: Jenna Ortega. Aclaro que no tengo ningún problema con ella, pero sí con cómo la industria la encasilla en el terror gótico. Su participación en “Scream 6” y su papel como “Merlina” en la serie del mismo nombre, hicieron que se le etiquetara en ese rol. Actualmente, no la buscan por su habilidad actoral necesariamente, que sí lo tiene, sino para replicar su éxito. Por ello, su interpretación como la hija de Lydia resulta predecible, sobre todo si conoces la serie de “Merlina”.

No hay que dejar de lado que también se incluyen al elenco Justin Theroux, Willem Dafoe y Monica Bellucci, tres reputados actores que, en sus personajes de breves minutos, logran proporcionar elementos exquisitos en cuanto a interpretación, de la mano con los ya clásicos estereotipos de personajes que enmarca Burton en sus cintas, calcando los mejores momentos de su carrera en el filme.

Una cinematografía a la altura de Tim Burton

36 años hacen una gran diferencia en términos de producción, efectos especiales y calidad de imagen. Comparando esta cinta con su predecesora, ambas son satisfactorias, aunque el stop-motion luce mucho mejor en la primera película.

En cuanto a la dirección y el guion, realizado por Alfred Gough y Miles Millar, es una comedia oscura entretenida, aunque con subtramas bastante olvidables. Como entretenimiento momentáneo, cumple su función. No he mencionado varios personajes nuevos porque el desarrollo culmina en una resolución absurda. Tiene algunos toques de gore y criaturas deformes que solo Tim Burton podría imaginar en sus mejores sueños.

La influencia de obras anteriores de Burton, especialmente “Merlina” y “Beetlejuice”, es evidente. A veces resulta predecible, pero en otros momentos sorprende. Gran parte del tiempo uno se encuentra señalando objetos o cameos de la película anterior, lo que apela a la nostalgia de quienes crecimos con el mundo peculiar de Tim Burton.

La estética es, como siempre, maravillosa.

“Beetlejuice Beetlejuice” en pocas palabras…

Esta cinta está hecha para los fans. Es una secuela digna que respeta el universo original y lo mantiene. Para disfrutarla plenamente, hay que ser conocedor de la primera película. Beetlejuice, sin duda, se roba el show. ¿Es una secuela necesaria? La respuesta es simple: no lo es. Su existencia no cambia nada, pero es un llamado a la nostalgia muy bien ejecutado, o simplemente una buena excusa para generar ingresos.

La película ya está disponible en salas de cine en Chile y el mundo.

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