El uróboros (también conocido como ouróboros) es un símbolo antiguo, una serpiente que devora su propia cola. Desde la antigüedad ha estado presente en varias culturas con diversos significados: lo cíclico, el ciclo de la vida (con su muerte incluida), el eterno retorno (existió una época dorada para la humanidad y a ella regresaremos luego de extinguirnos), el infinito, entre otros significados. Algo que la serie ‘Dark’ tiene muy presente de principio a fin.
Es inevitable hablar de símbolos, mitos, arquetipos y referentes en una serie que condensa tantas capas de contenido diverso en una sola historia de solo 3 temporadas. En el siguiente artículo reseñaremos el final de una de las producciones más exitosas de Netflix (tratando de hacer la menor cantidad de spoilers posibles), enfocándonos en sopesar el cierre de esta atractiva y controvertida historia.
Recapitulando dos ciclos previos
Es altamente recomendable volver a ver las temporadas 1 y 2 antes de adentrarse en la conclusión de Dark, serie alemana creada por Baran bo Odar y Jantje Friese. No obstante, te entregamos previamente una idea general de dónde ha quedado la historia.
En la primera temporada conocemos a un pueblo cuyos habitantes conforman una enrevesada red de secretos, mentiras y pasiones. Un cóctel que fácilmente podría evocar a la serie ‘Twin Peaks‘ del laureado David Lynch, aunque, aceptémoslo, también podría pasar por cualquier telenovela caribeña exitosa en los 90.
Para enredar más aún estas historias, se descubre que el pueblo de Winden oculta un fenómeno: en sus cavernas es posible viajar en el tiempo, 33 años hacia el pasado o 33 años hacia el futuro. Existen personajes que complican aún más su trama viajando en el tiempo y alterando pasado, presente y futuro.
Al final todo se relaciona con el asesinato de niños, accidentes en una planta nuclear y el destino de la humanidad. Definitivamente, ‘Dark’ es compleja y la segunda temporada no se hace más sencilla.
La red de relaciones personales se complica más, ya que abiertamente se revelan genealogías paradójicas: el personaje B es hijo de un niño perdido en el pasado y, por ende, B está enamorado de su tía, hermana de dicho niño. La hija de A es al mismo tiempo su propia madre y A termina siendo su propia abuela. ¿Claro quedó, no?
Adicionalmente, se evidencia una lucha entre bandos por el control del viaje en el tiempo y el deseo por romper un bucle temporal que solo trae desgracias a los habitantes de Winden. Al final se muestra que el “verdadero” villano de toda la historia, increíblemente, es también el protagonista de la trama, dejándonos en un estado de fascinación, intriga y shock que pocos programas han logrado en la última década.
Y justo cuando le agarramos un poco el ritmo a la dinámica de los viajes temporales: existe más de un mundo, no solo se puede viajar en el tiempo en ‘Dark‘, también de un universo a otro.
Temporada 3: Empecemos por lo malo, ¿lo hay?
Un comentario habitual en muchos de los que intentan sobrellevar el encierro viendo esta serie es la lentitud y complejidad de su trama. La historia pareciera dilatarse al extremo.
Pero si logras vencer al ominoso enemigo del sueño y aun así consideras que la serie debería ser más rápida, tus plegarias son escuchadas en la tercera entrega. Sin embargo, este elemento es un arma de doble filo, al ser la última temporada el espacio donde todo (¿casi?) obtiene su debida explicación. Pareciera que en ocasiones ‘Dark‘ avanza “demasiado” rápido en su conclusión y nos deja exhaustos tras una explicación maratónica (en casi un solo capítulo, el 7, “Entretiempo”) de todas las dudas que se han acumulado.
ALERTA DE POSIBLES SPOILERS
¿Logra concretarse apropiadamente la transformación de Jonas en Adán?
Probablemente, la mayoría piense que no. Si deseas ver cómo su cara se quema y desfigura te quedarás con las ganas, pero más allá de esto, el arco de este personaje no se muestra entero en pantalla. Confiando en el público y en la inferencia para terminar de imaginar ese proceso de actitud, los creadores nos omiten parte del camino de Jonas hacia Adán. Quizás lo que se enseña sea más que suficiente para muchos.
Quedarán preguntas sin responder, ¿preguntas de peso que te dejarán la trama abierta?
Afortunadamente, no, como es habitual en las series más contemporáneas. Son detalles más bien técnicos: heridas que carecen de cierta continuidad temporal, capacidades que algunos personajes poseen y otros (siendo sus iguales) no y uno que otro personaje que sí vive en el otro universo, pero cuya sobrevivencia no es explicada.
Por último, se conjugan varias hipótesis y temas de la física cuántica que pudieran aparecer muy de golpe, acumuladas una sobre otra para argumentar la coherencia de ciertos sucesos en ‘Dark’. Es un factor mejorable que quizás para los expertos en el área -físicos o científicos afines- sí pudiera representar una falla en esta temporada final, teniendo en cuenta la solidez científica-especulativa de las entregas anteriores.
Lo bueno: el final que complace a todos (puede contener spoilers)
El cierre es sólido, completo, haciendo de ‘Dark‘ una serie “redonda”.
En el siglo XIII, el papa Bonifacio VIII le pidió a Giotto (artista, pintor) una muestra de la calidad de su trabajo. Se dice que este pintó un círculo perfecto de un solo trazo, a mano alzada, sin compás. Esta anécdota (entre otras cosas) refleja cómo el círculo ha sido símbolo de perfección en muchas épocas y culturas, además de contener el número Pi con todo lo que esto implica.
El programa es el círculo perfecto de Giotto en lo que respecta a series. Y es justamente su final tan bien logrado lo que la reviste de dicha cualidad.
Personajes
Todos obtienen lo que merecen y claramente muchos de los que sufrimos una fuerte decepción con el final de Juego de Tronos, obtenemos justicia con una serie compleja y bien cerrada. Cada personaje, sin importar su universo, obtiene lo que merece, para bien y para mal.
No es solo que aquellos que obraron mal obtengan un castigo (una recompensa para los casos opuestos), es la construcción bien terminada, sin cabos sueltos, sin agujeros argumentales que nos devanen el cerebro. Hay personajes que reciben una “última página digna”. Un final adecuado, a pesar de algunas circunstancias. Y sobre todo, un descanso de tantas aflicciones.
De nuevo presenciamos otro gran logro de la serie: ese nudo tan complejo y tenso que fue la”vida” de cada personaje, debido a sus conflictos, traumas y pecados, encuentra una apropiada válvula de escape. La tensión que las historias en ‘Dark’ nos ha provocado por tres años es liberada y resuelta de la mejor manera posible.
El 3 omnipresente (Spoiler total)
Para algunos nos resultó totalmente lógico y anticipado que, después de la llegada de “otra Martha”, existiera al menos un tercer universo. Y si pusiste mucha atención al primer tráiler de esta temporada, viste cómo la “Partícula de Dios” se mostraba claramente con negro, blanco y gris. Tal vez pura coincidencia, quizás un guiño super elaborado.
En cualquier caso, el 3 ha estado presente en ‘Dark’ y es por eso que calza a la perfección la resolución de todos los conflictos gracias a un tercer universo, el cual no nace de la nada ciertamente, por más que se muestre solo en el penúltimo capítulo de toda la serie. Es el universo madre, el origen de todo, el centro del nudo/bucle y, por ende, el “lugar” donde la historia concluye.
Pero es también un postulado filosófico e ideológico: “La mente está acostumbrada a pensar en dualidades, luz y sombras”, le comenta Claudia a Adán. La solución al conflicto infinito viene de lo gris, de algo que no es ni el Universo de Adán, ni el Universo de Eva. Es la tercera opción lo que trae un conclusión definitiva y satisfactoria. Una metáfora (más) de que los extremos solo prolongan los enfrentamientos.
‘Dark’ es una obra de ficción que bebe ampliamente del teatro, la tragedia griega, el romanticismo alemán y las obras de William Shakespeare. Y en medio de todas estas influencias temáticas y narrativas, en ese océano de referencias, encontramos, enlazados con maestría, elementos de ciencia especulativa que potencian aún más el verdadero nudo de la serie: las relaciones personales, el ser humano, lo que lo hace humano (lo positivo y lo negativo).
Y es que sí, ‘Dark‘ es compleja. Sí, usa fuertemente el elemento de viajes en el tiempo para luego hacerlo todo aún más complejo con los universos paralelos, realidades alternas, microcosmo y macrocosmo.
Pero lo anterior, un poco confuso y sobre todo extraño para muchos de nosotros, está magistralmente dispuesto para (al enrarecer tanto todo lo demás) posicionar una lupa gigante sobre sus personajes, sobre la vida en sí, sobre cuestiones más trascendentales que el poder o no viajar en el tiempo o la creación de otras realidades. ¿Quiénes somos realmente si estamos definidos por cada instante en el tiempo? ¿cómo nos definimos si eliminamos el elemento Tiempo al manipularlo a voluntad? ¿hay un destino en sí y, si lo hubiera, en verdad existe una escapatoria a él? ¿o es que simplemente vivimos en la Matrix, siendo soñados por alguien más, sin capacidad de cambiar nada?
Dark no nos da estas respuestas para nosotros mismos, pero sí las da para su propia historia y personajes, por eso su belleza y (subjetiva) perfección.
Desde el existencialismo alemán, pasando por múltiples teorías cuánticas (usualmente presentadas por separada pero entrelazadas en ‘Dark’), metaficción y llegando incluso a tocar el tópico de las almas gemelas, la serie germana presenta un mosaico de temas tan profundo y variopinto que fácilmente puede ser el equivalente a Matrix en series streaming. No es accidente que se haga referencia la película desde el capitulo uno hasta el último.
Dark: Al final algo tan sencillo como… ¿el amor?
Bella es la mejor expresión para tratar de definir la penúltima secuencia de ‘Dark‘. Luego de presenciar una lucha tan encarnizada entre Adán y el resto de su universo, pero también entre Adán y Eva y, por último, entre esta y el resto de los personajes de su propio universo, que se nos guié ante una solución tan sencilla y romántica como lo es el amor, hace de esta serie una obra de arte moderno.
Es el amor lo que hizo que Tannhaus diera origen a los otros dos universos (Adán y Eva). Su inmenso amor por su familia muerta lo impulsó a lograr lo imposible. El amor mueve montañas.
Justamente, el salvar a esa familia, el dejar de pelear entre todos los habitantes de Winden, en especial entre Adán y Eva, es lo que desata el nudo, rompe el bucle. Pero no si antes mostrarnos que Jonas y Martha siempre estuvieron creados el uno para el otro, a través de universos separados fueron capaces de visualizarse el uno al otro en sus respectivas infancias justo en el momento más crítico de sus vidas, cuando buscan poner fin al bucle. Fue el amor lo que los hizo cruzar el tiempo y universos.
Pero el amor deformado se vuelve deseo. Fue el deseo lo que originó el gran conflicto. Fue el deseo lo que impidió a Adán dejar ir a Martha y, en el caso de Eva dejar que muriera su hijo. Fue esa misma insuficiencia para soltar a su familia muerta lo que llevó a Tannhaus a crear la máquina (el verdadero origen de todo). Esta incapacidad para dejar ir a alguien se reproduce en casi todos los personajes de la serie. Se reproduce en todas las vidas de quienes hayan o no visto ‘Dark‘.
El amor retorna a su estado puro, ambos universos se sacrifican en pos del original. Martha y Jonas (Adán y Eva) salvan a la familia del relojero, se abrazan en sus versiones más viejas y ásperas. Y tal obra de Shakespeare, se desvanecen como un gran, terrible y hermoso sueño. Nuevamente: una obra de arte.