Si bien hay algo que sabe vender, actualmente, en un sector tan variado como es el cine, es el factor nostalgia, eso que hace que nombres como Star Wars, Terminator y Ghostbusters sigan tan vigentes hoy como cuando eran algo innovador.
Bajo este precepto y diecisiete años más tarde, llega la tercera parte de la comedia policial Bad Boys, dirigida por Bilall Fallah y Adil El Arbi y protagonizada, nuevamente, por Will Smith y Martin Lawrence, bajo el nombre de Bad Boys For Life.
Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence), vuelven a la gran pantalla tras Bad Boys II, pero los años no pasan en balde y vemos a estos carismáticos personajes ya gastados y cansados, siendo más “hombres buenos” que “chicos malos”. Esta dualidad se presenta entre la personalidad fogosa y de “hombre de acción” insoportable que solo Will Smith sabe hacernos amar (cosa que no sería posible con otro actor interpretando al personaje) y Marcus, quien ya es abuelo y busca retirarse de la fuerza para disfrutar de su vida en familia.
En comparación a las anteriores, la esencia y el “alma” de la saga, sin sentirse atemporal respecto a los tiempos actuales y demostrando que no es necesario tener a Michael Bay tras la cámara para que la magia suceda, aunque –SPOILER- lo podemos ver como cameo en una escena.
Esto también puede notarse en el humor que maneja, que se siente acorde a la actualidad, pero que no es distinto al anterior y que, incluso, da un “remate” a varios chistes de las dos precuelas.
Toda la trama se vería complicada cuando Lowrey es herido en un intento de asesinato, que llevará al dúo de vuelta a la acción, pero que no estarán solos gracias al apoyo de AMMO, un equipo que nos deja claro el tema central de la película: los “bad boys” están viejos y comienzan a quedarse atrás.
La unidad comandada por Rita (Paola Nuñez), nos presenta a un grupo joven que perfectamente podría ser el futuro de Bad Boys y da esa vibra de “familia” que nos entrega la saga de Rápido y Furioso. Esto lamentablemente se nota demasiado y no sería sorprendente ver un spin-off o una secuela directa con estos nuevos personajes.
Dos grandes sorpesas de este nuevo grupo son Dorn (Alexander Ludwig) y Rafe (Charles Melton), quienes definitivamente tienen material y la prestancia para ser los sucesores de Lowrey y Burnett, pero se sienten poco aprovechados para el desplante que tienen ambos actores de los que definitivamente esperamos ver más.
A pesar de lo bien que funciona esta nueva edición, sobre todo con el ritmo y la comedia, algunos personajes se sienten desaprovechados, al igual que los antagonistas de este filme, la dupla madre-hijo de Isabel Aretas (Kate Del Castillo) y Armando Armas (Jacob Scipio), quienes aparecen por lapsos cortísimos durante todo el primer acto hasta el clímax de la historia y proyectan estereotipos bastante burdos de pasados papeles de ambos actores y que, sinceramente, en la actualidad no pueden ser recurrentes.
Un ápice que sabe desarrollar correctamente esta película, es dejar en claro qué nos contará y no perdiendo su balance entre comedia y una trama interesante. La aparición de DJ Khaled y Nicky Jam no se sienten como una adición innecesaria y hasta resulta divertido verlos en pantalla; la música funciona a la perfección con la vida que se busca brindarle a la ciudad de Miami y la paleta de colores nos da esa sensación nostálgica que nos transmiten las dos entregas anteriores.
Si Bad Boys For Life es el fin de esta franquicia, podemos estar de acuerdo en que la cierra de forma coherente y correcta, a pesar de poseer fallos, algunos engorrosos y de poco sentido. Uno de ellos sería la mención de la página 4chan (sí, de verdad) cuando se investiga a un proveedor de municiones o la mención de la “deep web”. Se percibe demasiado forzado para lo que es realmente. Esto es notoriamente un intento burdo de acercar la saga a las nuevas audiencias.
Bad Boys For Life, finalmente, es una grata sorpresa para aquel que desee disfrutar de una película que mezcle acción y comedia sin orientarse en demasía para alguno de los dos lados y que, pese a los años, sabe tratarse a sí misma y a lo que conlleva el ser una secuela después de tanto tiempo.